Agatha Christie sufría Alzheimer Por Carlos Belane
03.04.2009 Leemos en el diario The Guardian que un grupo de académicos de la Universidad de Toronto se ha dedicado al estudio de una selección de novelas escritas por Agatha Christie entre sus 28 y 82 años de edad tratando de averiguar si la literata sufría alzheimer.
Del estudio se desprende que hay un buen número de síntomas que indican que lo sufría. Desconocemos lo que este grupo de "sesudos" investigadores, probablemente subvencionados, estudiará cuando sean octogenarios, pero vaticinamos que cuando alcancen -si acaso llegan- los ochenta años, el número de disparates que escribirán nos harán sonreír.
El estudio se basa en el número de palabras utilizadas por la notable y prolífica escritora, las repeticiones y las frases indefinidas que utilizaba. Encontraron así que su vocabulario fue disminuyendo según iba aumentando su edad. Quizá si hubiera aumentado, el hecho hubiera dado para catalogarla en una nueva enfermedad.
El estudio no habla de lo meritorio de una escritora que habiendo nacido en 1890, en 1972 aún aplicara su ingenio e imaginación en la creación literaria. Sin embargo, desde la Universidad de Toronto nos dicen que a los 82 años Agatha Christie repetía muchas palabras y usaba los sustantivos 'algo' y 'cosa', de forma "notable".
Prosigue el estudio diciendo que estos síntomas son especialmente percibidos en un total de quince novelas. El académico, Ian Lancashire, afirma de forma textual que "estos efectos de la lengua se reconocen como dificultades de la memoria asociadas al alzheimer".
Por otro lado, y no deja de ser curioso por el título de la misma, la novela donde se perciben estas manifestaciones es en 'Los elefantes pueden recordar', escrita a los 81 años. Los estudiosos canadienses afirman que en este libro aparece por lo menos un treinta por ciento menos de vocabulario que en las obras que escribió cuando contaba con sesenta años. Además, se pueden leer frases repetidas en un dieciocho por ciento más de ocasiones.
El estudio también observa que a Agatha Christie nunca le fue diagnosticada la enfermedad mencionada u otras parecidas. Quizá porque no la tuvo, nos atravemos a afirma con prudencia desde estas líneas. A lo peor, estos datos estadísticos era producto, "simplemente", de ¿la edad?.
Hace poco podía leer (perdonen que no mencione la fuente, pero debo tener principio de alzheimer sin llegar a los ochenta y no lo recuerdo) que una de las consecuencias de la crisis económica global que nos subyuga era la ausencia de tantos estudios estadísticos y de opinión. No hay mal que por bien no venga. ¿Acaso no ha llegado ya la crisis a la Universidad de Toronto?
Una curiosidad.
Cuenta el nieto de Christie que ésta se enfurecía cuando su marido descubría al asesino, al poco de que comenzara a leer en voz alta la historia, tal y como acostumbraba a hacer en familia.