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La historia del gin tonic comenzó cuando los conquistadores españoles, en la década de 1700, supieron del uso que la tribu quechua (en lo que hoy es Perú) daban a la corteza de los árboles de cinchona (técnicamente: género de plantas fanerógamas del orden de las Gentianales de la familia de las Rubiaceae)
Los quechua quitaban la cinchona y la trituraban para calmar y detener los temblores relacionados con la fiebre. El ingrediente activo en el poder de la cinchona es una pequeña sustancia química conocida como quinina.
De esta manera, al observar los beneficios de la cinchona, los españoles comenzaron a aplicarla en otros usos, principalmente para combatir la malaria (enfermedad provocada por el parásito que se transmite a los seres humanos a través de la picadura de mosquitos y cuyo principal síntoma es la fiebre, aunque suele acompañarse de escalofríos, tiritonas, sudoración, y dolores musculares)
La ginebra en las colonias británicas
Pero no sería hasta 1820 cuando la sustancia química activa, la quinina, se extrajo de la cinchona. En ese momento, el químico se hizo más fácil de dosificar y más fácil de producir.
El siglo XIX fue el de la expansión colonial de algunos países europeos en África y Asia; y origen de los problemas que a nivel internacional afectan a todos porque esa política colonial fue, claramente, desaforada que dejó algunos beneficios en los países menos desarrollados que Francia o Inglaterra, pero que esquilmó sus fuentes y recursos naturales. Pero, no nos desviemos de la cuestión, lo que nos ha traído aquí: el origen del gin-tonic.
Te va a interesar, casi seguro…
Toda vez que los británicos se asentaron y tomaron la India, también utilizaron la quinina para prevenir la infección de malaria y combatir sus efectos. Solo encontraron un problema: el sabor amargo de la quinina hacía que ingerirla fuera algo desagradable. Fue entonces cuando comenzó a mezclarse con alcohol.
Johann Jakob Schweppe
Si los franceses mezclaban la cinchona con vino, los británicos se decidieron a mezclarla con ginebra, azúcar e, incluso, con un poco de limón… Ya vamos teniendo la mezcla infalible del gin tonic, ¿verdad?
Tiempo después, esta mezcla se hizo aún más placentera cuando un joyero suizo de ascendencia alemana, llamado Johann Jakob Schweppe, creó una mezcla de agua de soda burbujeante, con cítricos y quinina, y la denominó “agua tónica de Schweppes Indian“. Una marca que, como todos sabemos, sigue regando una buena parte de los gin tonic en la actualidad. El gin tonic había nacido, producto de las casualidades, el estudio y la búsqueda del placer.
la quinina ya no es un tratamiento efectivo: los parásitos de la malaria se han vuelto resistentes al medicamento
Sin embargo, el agua tónica que se comercializa actualmente contiene mucho menos quinina que la de su origen.
Y es que para prevenir la malaria, se necesitaban entre 500 y 1.000 miligramos de quinina, pero el consumo de un litro de agua tónica en la actualidad solo recibe entre 83 a 87 miligramos.
Lo más curioso es que la quinina, por sí sola, ya no es un tratamiento efectivo para la enfermedad: ¿por qué? Porque los parásitos de la malaria se han vuelto resistentes al medicamento.
Y, ahora, ya sabéis, a esta bebida se le añaden todo tipo de ingredientes… ¿desvirtuado su origen? Quizá. Pero, para gustos están los colores y los gin tonic 😀