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A finales de la década de 1960, en un contexto de bonanza económica y espectacular desarrollo tecnológico, surgieron los Nuevos Movimientos Sociales (NMS).
Estos ponían en cuestión el concepto de desarrollo occidental, dando lugar a nuevas formas de entender el mundo que criticaban el racionalismo tecnocrático predominante por aquel entonces.
Después del movimiento del mayo francés de 1968 resultaba evidente que la noción de progreso consensuada desde 1945 estaba seriamente amenzada en sus contenidos, valores y modos de acción por estos nuevos fenómenos.
La aparición de los Nuevos Movimientos Sociales terminó por quebrar el paradigma político tradicional, dando lugar a un novedoso modelo en el que cuestiones como el pacifismo, el feminismo o el ecologismo, entre otros, tomaban un papel protagónico.
La incapacidad de los partidos políticos tradicionales para representar los intereses sociales fue aprovechada de forma eficaz por estos fenómenos asociativos, que desde el primer momento desarrollaron un estilo de acción política de carácter informal y participativo.
Características de los Nuevos Movimientos Sociales
Con independencia de los objetivos que pretendieran alcanzar, los Nuevos Movimientos Sociales presentaban una serie de rasgos comunes que son, a la postre, los que nos permiten presentarlos como grupo.
Surgimiento común
Lógicamente, la primera de estas características es su coincidencia cronológica. La inmensa mayoría de ellos surgieron en torno a 1965, se fortalecieron en la década siguiente y se institucionalizaron en los ochenta y los noventa.
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Predominio de las clases medias en los Nuevos Movimientos Sociales
El segundo de los rasgos comunes a todos estos fenómenos tiene que ver con sus miembros. Aunque existía una gran heterogeneidad dentro de los Nuevos Movimientos Sociales, existía un claro predominio de la clase media.
Curiosamente el grupo más beneficiado por el desarrollo económico de posguerra fue el que protagonizó las protestas de los años sesenta y setenta.
Al respecto, cabe destacar que no perseguían intereses étnicos o de clase, sino que su lucha se basaba en la defensa de unos determinados valores.
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El cuestionamiento de la concepción occidental de progreso
La tercera característica común a los Nuevos Movimientos Sociales es, como ya hemos indicado, el cuestionamiento de la concepción occidental de progreso.
En el seno de estos grupos se criticaba el proceso de modernización llevado a cabo desde la Revolución Industrial, pues, según ellos, amenazaba algunos valores culturales y medioambientales.
Además, los Nuevos Movimientos Sociales se mostraban contrarios a la creciente burocratización de las instituciones y al control excesivo que estas ejercían sobre la sociedad.
Denunciaban, también, el uso de las nuevas tecnologías para implementar esa omnipresencia estatal.
Pero, sin lugar a dudas, el rasgo más importante de los Nuevos Movimientos Sociales es su peculiar forma de organización. Se trataba de un modelo descentralizado y poco jerárquico, con una estructura abierta, igualitaria e informal.
Los nuevos movimientos sociales
En lo que se refiere a sus formas de acción, cabe señalar la importancia de la protesta, tanto para la presión política como para estar presentes en el ámbito de la opinión pública. A su vez, estas movilizaciones tenían como objetivo último captar nuevos apoyos entre la ciudadanía.
Unidad de método, diversidad de objetivos
Como acabamos de indicar, en la familia de los Nuevos Movimientos Sociales encontramos formas de organización y modos de protesta muy similares. Sin embargo, los fines de esos grupos, los problemas a abordar, presentan una gran diversidad. De entre estos grupos hay que destacar el pacifismo, los movimientos de cultura alternativa, el ecologismo y el feminismo.
Pacifismo
El pacifismo surgió a raíz de la protesta contra la carrera de armamentos, especialmente en lo relativo a la cuestión nuclear. En esta lucha contra el militarismo y el uso de la violencia por parte de las naciones, tuvo un especial protagonismo la oposición a la guerra de Vietnam en los EE.UU. y Europa Occidental.
Los movimientos de cultura alternativa o underground defendían la necesidad de que el individuo rompiera sus lazos con la sociedad establecida. Eran grupos formados, mayoritariamente por jóvenes, entre los que destacaban hippies, beatniks y punks. Estos, a partir de una determinada apariencia exterior, reclamaban su derecho a crear una sociedad alternativa.
Ecologismo
Si bien el movimiento ecologista tuvo, tanto en el campo teórico como en el práctico, importantes antecedentes, el acontecimiento clave en esta cuestión lo constituye la Conferencia de Estocolmo de 1972. En ella, bajo el patrocinio de la UNESCO, la ONU iniciaba su Programa sobre Medio Ambiente. A la aparición de la conciencia ecológica hemos de añadir el surgimiento de fuerzas políticas con la denominación “verdes” o de organizaciones como Greenpeace y ADENA entre otras.
El feminismo
El feminismo, con orígenes a comienzos del siglo XX como consecuencia del movimiento sufragista, sufrió una gran transformación en la década de 1960. De esta manera, sin olvidar ese importante antecedente, advertimos una clara transformación en los modos y fines de este grupo. La defensa de los derechos de la mujer continúa siendo su objetivo, pero desde una perspectiva social, laboral y sexual, más que política.
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