[curiosidades históricas]

El budismo

En tiempos antiguos los japoneses comían carne, pero todo cambió con la llegada del budismo. En el siglo VII el emperador Tenmu prohibió el consumo de vaca, caballo, perro, mono y gallina.

Es sabido que entre los principios del budismo se encontraba, y encuentra, el que proscribe el derramamiento de sangre.

También se ha apuntado que otra causa, probablemente menor, fue la necesidad práctica de reservar algunos de esos animales para tareas agrícolas explicándose así la permisividad respecto al derramamiento de sangre de los peces.

Curiosamente, las preferencias gastronómicas de los gobernantes del Japón continuaron modificando decisivamente las de sus súbditos.


En el siglo VIII la capital del imperio era Kioto, ciudad que se ubica entre montañas y muy alejada del mar, sin embargo, ese hecho no suponía ningún problema porque la gran mayoría de japoneses se alimentaban de pescados de agua dulce, al igual que los chinos de aquel tiempo.

Cambio político y cambio de dieta

En los primeros años del siglo XVII un nuevo cambio político modificó los hábitos alimenticios de la población. Fue entonces cuando Tokugawa instauró el sogunato, un sistema de gobierno que aún manteniendo al emperador en el poder le relegaba a una figura casi decorativa.

Como símbolo del cambio gubernamental la capital se trasladó a un minúsculo puerto pesquero – Edo – que en muy poco tiempo se convirtió en la ciudad más poblada del mundo, pues daba a una de las bahías más abundantes en peces de todo el Japón.

La supremacía del pescado de agua dulce terminaba para dar paso a la dorada, el plato favorito de los sogunes, a las sardinas, atunes, calamares, lubinas y mariscos de toda clase.

De nuevo Japón, como archipiélago que es, iniciaba un periodo de aislamiento.

Algo más de doscientos años en los que Japón inventó el haiku (poesía tradicional), el ukiyoe (grabado japonés), el sumo (lucha libre japonesa), el kabuki (teatro representado tradicionalmente por hombres disfrazados de mujeres)… y el sushi (el fast-food de la época).

Ya en pleno siglo XIX los mandatarios de Japón comprobaron el retraso industrial y militar respecto a Occidente.

No había marcha atrás, en 1868 el emperador Meiji recuperaba el poder imperial, rebautizaba a la capital con el nombre de Tokio y terminaba con la época del sogunato.

Tras doce largos siglos…

¿Y en qué se tradujo este cambio político renovador en la cocina de los japoneses? Con un cambio radical: el emperador autorizó el consumo de carne tras doce siglos de prohibición.

La idea era comer carne para no sentir vergüenza frente a los occidentales, pero a los japoneses no les hacía ninguna gracia este repugnante producto… La tarea era complicada, tanto que el mismísimo emperador  se comió en enero de 1872 un animal de cuatro patas (se cree que fue ragú de buey).

Hubo polémica y ciudadanos indignados, algunos llegaron a tal punto en sus protestas que fueron ejecutados convirtiéndose en mártires de la carne, o del pescado, según se mire.

La occidentalización y el consumo de carne en Japón: fenómenos paralelos

La occidentalización y el consumo de carne en Japón fueron fenómenos paralelos que se fueron asentando durante el siglo XX y siguen vigentes en la actualidad.

Buda en Japón

Esta es la curiosa historia de la larga prohibición del consumo carne en Japón; cultura, política y gastronomía para explicar la causa por la que Japón es el mayor especialista y consumidor de pescado del mundo.


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Daniel Garcia
Daniel García García. Nacido en Vitoria, aunque castellano de adopción, se licenció en la Universidad de Valladolid en las ramas de Historia y Literatura Comparada y Teoría Literaria. Actualmente trabaja en la Universidad de Sevilla.

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Comments

  1. Muy buen post. Gracias por compartirlo.

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