El bosque de Aokigahara (Japón): No todos los grandes lugares encantados deben haber sido hechos por el hombre.
El bosque de Aokigahara, considerado como el bosque más encantado de Oriente, es una prueba viva de ello.
Situado a los pies del famoso monte Fuji de Japón, este bosque es conocido también con el nombre de “El Bosque de los Suicidios”.
Se tiene constancia de que más 500 personas se han quitado la vida en su interior desde la década de 1950, siendo el segundo lugar del mundo que más gente elige para suicidarse (el puente del Golden Gate, en Estados Unidos, tiene el dudoso honor de ser el primero).
Tanta gente lo utiliza como lugar de muerte que, desde los años 70, el gobierno japonés decidió por ley enviar a un grupo de personas cada año a recorrer el bosque para buscar cadáveres en el lugar y recuperar los que se encontraran y, hasta la fecha, nunca han vuelto de su expedición con las manos vacías.
De hecho, los guardabosques que trabajan en esta zona se encuentran obligados a menudo a rescatar el cuerpo de algún suicida y devolverlo a la civilización, muchas veces encontrando, entre sus efectos personales, el libro de Wataru Tsurumui titulado “El Manual Completo del Suicida”, que indica que este bosque es el mejor lugar para suicidarse de todo Japón.
La leyenda del bosque de Aokigahara
Cuenta la leyenda que, durante las épocas de hambre, las familias que no podían alimentar a todos sus miembros abandonaban a los más débiles en este bosque para que, con su desaparición, tuvieran una boca menos que alimentar.
Estas personas vagaban perdidas por el bosque hasta que morían lentamente de hambre o de algún accidente y luego se convertían en almas errantes que vagaban por el lugar buscando la salida. Asimismo, también se dice que el bosque está habitado por los fantasmas de mujeres vengativas llamados onryo, que buscan vengarse del sufrimiento que se les hizo pasar en vida llevando a la muerte a todo aquel que se cruza con ellas.
Muchos creen que todos los suicidios que han ocurrido en el bosque han impregnado su tierra y sus plantas de la oscura energía de las desesperadas personas que allí se quitaron la vida, evitando que todo aquel que pone los pies en ese lugar pueda salir nunca de él y arrastrándoles a una muerte temprana para unirse a ellos.
Se tiene constancia de que más 500 personas se han quitado la vida en su interior desde la década de 1950, siendo el segundo lugar del mundo que más gente elige para suicidarse (el puente del Golden Gate, en Estados Unidos, tiene el dudoso honor de ser el primero).
Tanta gente lo utiliza como lugar de muerte que, desde los años 70, el gobierno japonés decidió por ley enviar a un grupo de personas cada año a recorrer el bosque para buscar cadáveres en el lugar y recuperar los que se encontraran y, hasta la fecha, nunca han vuelto de su expedición con las manos vacías.
De hecho, los guardabosques que trabajan en esta zona se encuentran obligados a menudo a rescatar el cuerpo de algún suicida y devolverlo a la civilización, muchas veces encontrando, entre sus efectos personales, el libro de Wataru Tsurumui titulado “El Manual Completo del Suicida”, que indica que este bosque es el mejor lugar para suicidarse de todo Japón.
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