Serendipias. Accidentes que se convirtieron en las mayores creaciones de la humanidad
Muchas de las mayores creaciones de la humanidad han surgido de forma casual. Es lo que se conoce como serendipia. Y es que, es común que mientras intentamos desarrollar una creación artística, un cambio novedoso a la receta de la abuelita o llevar a cabo una investigación, empecemos con una idea y terminemos haciendo algo totalmente diferente por accidente, pero que nos termina ofreciendo una grata sorpresa al saber que ese accidente resultó mejor de lo que se tenía planeado.
Estas situaciones chuscas también acontecieron hace décadas atrás cuando había un largo camino por recorrer en el área del descubrimiento y los inventos en donde se realizaban experimentos tratando de obtener un resultado, pero terminando con algo mucho mejor que cambiarían el mundo:
La penicilina
La penicilina es, sin duda, el descubrimiento que mejor sirve como ejemplo de serendipia según el planteamiento de lo que estamos hablando. El descubrimiento de Alexander Fleming, que vino a cambiar la salud de nuestra existencia, fue un descubrim
iento casual al cien por cien. Tal y como reconocería en la recepción del Premio Nobel, la forma en que se consiguió vencer a un gran número de microorganismos responsables de producir infecciones se produjo por azar, si bien acompañado de la combinación entre el método científico y su observación. Una combinación genial.
Descubrimiento de América
De todos es sabido que Cristóbal Colón emprendió su viaje intentando encontrar un camino que acercara las Indias a la vieja Europa, pero que, en teoría, sin saberlo -cuestión ésta que no está nada clara- se encontró con un nuevo continente: América.
El microondas
Más de 400 años después un tal Percy Spencer estuviera trabajando en un nuevo compone
nte para mejorar la tecnología del radar, descubrió que uno de los artilugios con los que trabajaba, había derretido una estupenda chocolatina que llevaba en su bolsillo.
Spencer podía haber ignorar este hecho, sin embargo, pensó en poner unos granos de maíz en las proximidades de la máquina para ver qué ocurría, pensando en el efecto que había provocado en el chocolate. Efectivamente, los granos de maíz se convirtieron en en unas suculentas palomitas: había nacido el microondas.
El marcapasos
El marcapasos que cada día salva la vida de millones de personas fue creado por John Hopps, un ingeniero en electrónica quien intentaba combatir la hipotermia con frecuencias de radio para provocar calor, pero cuando trataba de calentar un corazón frío con esta técnica se dio cuenta que los impulsos electrónicos que le proporcionaba su aparato hacían latir el corazón artificialmente, así fue como Hopps detuvo su experimento y comenzó a trabajar con lo que hoy llamamos marcapasos.
La sacarina
- La sacarina, un endulzante artificial común hoy en día, se creó por accidente mientras que Constantine Fahlberg hacía experimentos con alquitrán de hulla comúnmente utilizados para revestir y pintar armamento de guerra como misiles, mientras trataba de modificar la química de esta sustancia sintetizándola se detuvo para ir a comer, mientras comía pan se dio cuenta que estaba demasiado dulce, pronto recordó que no se había lavado las manos de los restos del alquitrán sintetizado y que eso era lo que le daba el sabor dulce. Constantine no perdió tiempo y lo patentó inmediatamente como sustituto del azúcar.
Y después de unas creaciones serias, unas creaciones pensadas para el disfrute que si no nos salvan la vida, la hacen algo más divertida…
- ¿Quién no ha disfrutado de unas deliciosas galletas con chocolate? Pues antes de 1930 nadie lo había hecho, pues no fue hasta esa época cuando Ruth Wakefield se disponía a hacer galletas de chocolate pero al percatarse de que no tenía la harina de ese sabor, ideó hacerlas de vainilla aunque agregándole trocitos de chocolate con la esperanza de que durante el horneado el chocolate se deshiciera y se mezclara con la masa. Al abrir el horno, se sorprendió al ver que el chocolate había quedado en su lugar en forma de chispas o granos, obviamente le gustó lo suficiente como para comercializarlas.
- El resorte de juguete se hizo muy famoso, principalmente en la década de los noventa del siglo XX. Consistía en una espiral compacta que se podía estirar. La magia ocurría cuando la posabas en el piso y la inclinabas hacia un lado haciendo que la espiral comenzara a “caminar” o incluso haciendo que bajara las escaleras como si se tratara de una oruga. Gracias a ese simpático juguete muchos niños tuvieron horas de diversión. Pero este juguete no fue inventado especialmente para jugar, te sorprenderá saber que se trataba de una pieza fundamental para un medidor de barcos de guerra que Richard James dejó caer por accidente en 1943 y vio lo simpático que se veía.
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