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Artistas Eclipsadas por los genios, El caso de Dora Maar. Musa y Amante de Picasso

¿Quien fue Dora Maar?

La afamada artista Theodora Markovitch, conocida por el mundo como Dora Maar y por ser una de las relaciones más tormentosas de Picasso demostró desde temprana edad sus maravillosas aptitudes para la fotografía. 

A los 19 años, impulsada por su espíritu aventurero y la pasión por el arte fotográfico, se instaló en París donde intentó convertirse en ayudante de Man Ray, quien la rechazó.

No obstante, lejos de desalentarse, se vinculó con artistas que estaban gestando el surrealismo como Bresson, el retratista húngaro Claude Brassaï y con Georges Bataille, con quien tuvo un tórrido romance.


Tiempo después Paul Eluard le presentaría a Picasso, con quien mantendría una relación conflictiva llena de destrucción, creación y que opacaría su arte por siempre.

Doora Maar, la artista

Doora Maar, sería mundialmente conocida por su relación con Picasso, pero más allá de su relación con este genio era una creadora visionaria para su época, poseía una sensibilidad y fortaleza sin igual, desarrolló la técnica del fotomontaje, tomó retratos memorables y fotografió desnudos controversiales en su momento.

Con apenas 20 años su nombre se hizo popular en la ciudad parisina consiguiendo su reputación por retratar la moda y dedicarse a la fotografía publicitaria.

Subyugada por la avasallante personalidad de Picasso se alejó de las cámaras y comenzó su interacción con la pintura demostrando también un talento nato, capaz de resumir en unas pocas pinceladas vibrantes sensaciones, expresiones e historias tal como lo hacía en sus fotografías.

Uno de los legados más importantes de las obras de Dora Maar es la secuencia de fotos que tomó mientras se gestaba el Guernica, en ellas se puede contemplar todo el proceso creativo y desarrollo de la obra y ver a Picasso en plena acción.

La influencia de Dora mar en la obra de Picasso

Dora fue retratada por Picasso en muchas oportunidades, siempre con un gesto de tristeza y amargura y fue una importante influencia en su obra, incluso su rostro se hace presente en una de las obras que terminó por consagrar la excelencia del pintor: el Guernica.

El mítico mural que representa el bombardeo al pueblo vasco en 1937 por los alemanes durante la guerra civil de España y donde Dora se ve reflejada en “la llorona”.

Según las propias palabras del artista, se inspiró en Dora para crear uno de los rostros más trágicos y sufridos que pueden contemplarse en esa maravilla visual.

La obra Retrato de Dora Maar, pintada en 1939 hoy forma parte de la colección del Reina Sofía y está valorada en unos 4,5 millones de euros.

Sin lugar a dudas, la bella artista ha sido uno de los planetas que han girado incesantemente alrededor de la órbita del genio de la pintura, en el años 2006 un coleccionista llegó a pagar la increíble suma de $ 95.6 millones de dólares por un cuadro de 1941 titulado Dora Maar con gato.

De hecho, Dora forma parte de tantas obras de Picasso que hoy en día continúa siendo un juego identificar cuales son las obras que las representan y cuáles no.

El ocaso de Dora, sumida en la soledad

Corría el año 1946 cuando Dora dio por finalizada la relación de diez años con el pintor, quien la reemplazó sentimentalmente por la joven Françoise Gilot.

A partir de ese momento Dora se alejó del mundo del arte.

La ruptura con Picasso la condujo a una severa depresión de la que le costaba salir. Dora fue tratada por el psicoanalista del momento: Jaques Lacan, quien tiempo después se convirtió en una de las figuras más importante del psicoanálisis y la filosofía francesa.

A pesar de verse sumida en la soledad y vivir como una ermitaña, la artista continuó pintando y realizando algunas exposiciones aunque jamás se recuperó de su relación con Picasso.

La artista falleció en el año 1997, tenía 89 años y se había acercado a la religión cumpliendo a rajatabla una de las frases más famosas que habría emitido sobre Pablo Picasso: “Después de Picasso, Dios.