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Solo un loco pudo haberlo pintado”, escribió Edvard Munch en el reverso de “El Grito”. La explicación del propio artista al cuadro es la siguiente: “Estaba enfermo y cansado, y me quedé mirando el fiordo.
El sol estaba poniéndose, las nubes estaban teñidas de rojo, como la sangre, y de pronto sentí como si un chillido atravesara la naturaleza; creí oír un alarido, pinté esa imagen, pinté las nubes como sangre de verdad. Los colores estaban chillando…“
Significado de la pintura en video
A partir de esta explicación, algunos críticos como Robert Hughes han considerado que el personaje del óleo es el propio Munch, aunque no se parezcan en nada.
El rostro inundado de pavor, sobre el fondo del cielo mostrando el ocaso y dos figuras lejanas y ajenas, que ni pueden escuchar el grito, ni ver la impresión retorcida por el miedo.
Crean, en fin, una de las escenas que se han catalogado como más siniestras de la Historia del Arte.
Desde la mitad del siglo XIX, cuando las grandes ciudades no paran de crecer, surge la idea de la urbe como “devoradora de almas”, lugares que, al contrario de lo que pueden parecer comienzan a albergar multitudes de almas solitarias.
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Esta visión de las cosas se comenzaba a filtrar en el arte.
De algún modo, en el arte de los últimos años del siglo XIX también prevalecía una idea de fondo: la máscara combinada con las mencionadas multitudes solitarias.
La influencia de las máscaras
De las máscaras valga reseñar “Au Moulin Rouge“, obra de Henry de Toulouse-Lautrec, y todas las obras que en ese ámbito representaban la idea de la máscara antepuesta al verdadero rostro.
Esa influencia marcaría a Munch para poder condensar una imagen capaz de mostrar, en forma humana, el sentimiento de pérdida y terror que vemos en “El Grito“.
Pero aún hay más, pues la arqueología también le serviría de inspiración…
La momia inca inspiradora del cuadro de Munch
… En el París de la época, visitada por Edvar Munch, estaba cobrando relevancia la presencia y el estudio de las culturas precolombinas.
Las culturas sudamericanas despertaron la curiosidad de multitud de artistas. Concretando este hecho, hay que dirigir la vista a una de las atracciones de la Gran Exposición Universal de París de 1889, la que fundó la Torre Eiffel.
Se trata
Dicha momia serviría también de inspiración a Paul Gauguin, quien la incorporó en algunas de sus obras representando a la muerte.
La momia en cuestión, que se ha podido contemplar en el museo del Hombre de París, se halló enterrada en posición fetal y sirvió a Munch, no cabe duda, para describir la que se ha venido en llamar, la representación más vívida de la neurosis occidental.
El Expresionismo como influencia
La influencia de Munch en los aspectos que rodean “El Grito” se ha visto en parte del Expresionismo alemán y austriaco. Entre dichas influencias destaca sobre todo Ernst Ludwig Kirchner (1880-1938), quien encabezara el Grupo de Artistas del Puente, Die Brüke, un grupo de pintores (Fritz Bleyl, Erich Heckel y Karl Schmidt-Rottluff) que no sobrepasaba los treinta años y que se disolvió cuando llegaba la Primera Guerra Mundial, pero que antes de eso abrazaron una filosofía similar contra la cultura que se imponía de la gran ciudad y los aspectos represivos, también en lo social y en lo político.
Algunas curiosidades sobre El Grito
Wes Craven eligió la imagen característica de ‘El grito‘ como base inspiradora de la máscara utilizada en la saga Scream.
Así es, Ghostface, la temible máscara que cubre el rostro de los diferentes asesinos de la saga Scream, nos recordaba mucho a la obra pictórica de Munch y no es casualidad. El cuadro de Munch también inspirado la estética de los miembros de ‘El Silencio’, una orden religiosa de la serie Doctor Who, apareciendo en un episodio del manga Detective Conan. La trama del mismo se desarrolla en la búsqueda de quién ha robado el cuadro
Uno de los cuadros más valorado… por los amigos de lo ajeno
Una de las cuatro copias que Munch realizó de este cuadro fue robado en el año 1994 de la National Gallery de Oslo. Curiosamente, los ladrones dejaron una nota en la que daban las gracias a los responsables del museo por las facilidades dadas para poder ser robado.
En el año 2004, otra de las versiones de la pintura, fue sustraída del Museo Munch a plena luz del día, a mano armada y enmascarados. No solo no se conformaron con llevarse El Grito, también sustrajeron la obra del artista titulada ‘Madonna’, aunque ambas fueron recuperadas pocos años después.
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