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¿Quiénes fueron el almirante Nelson y Lady Emma Hamilton?
El almirante Nelson
El almirante Nelson es, sin duda, una de las figuras históricas relacionadas con la milicia más admiradas de toda Europa, pero su vida personal fue tan agitada como su actuación militar…
Y la mujer más importante para él fue, sin duda, la enigmática Emma, lady Hamilton.
Los orígenes de Emma no se conocen demasiado bien, pero sí se sabe que era hija de un cerrajero que murió poco antes de su nacimiento.
Sus humildes orígenes evitaron que recibiera prácticamente ninguna educación y, al llegar a la adolescencia, trabajó como sirvienta.
Sin embargo, su extraordinaria belleza pronto llamó la atención y empezó a servir como modelo a pintores y a trabajar también como bailarina, llevando a cabo también distintos trabajos de muy variada naturaleza.
A través de ellos entró en contacto con los hombres que se convertirían en sus amantes, lo que le permitió avanzar rápidamente por la escala social y acceder a lujos y prebendas que anteriormente se le habían estado vedados.
Fue a través de uno de sus amantes, Charles Greville, como conoció al que se convertiría en su marido. Grenville era el sobrino de sir William Hamilton, el embajador británico en Nápoles, un rico y respetable viudo al que Grenville pidió que cuidase de Emma, ya que él debía dejarla para encontrar una esposa respetable.
Hamilton no deseaba especialmente volverse a casar ni buscar una amante; a sus sesenta años, no entraba entre sus deseos, pero tras conocer a Emma, aceptó tomarla bajo su protección.
Grenville envió a Emma a Nápoles, con su tío, diciéndole que simplemente iba de vacaciones. Sin saber del acuerdo que se había realizado entre tío y sobrino, Emma se enteró allí de que Grenville le había abandonado.
Sin embargo, Lord Hamilton cumplió su promesa, tratando con gran cariño y delicadeza a Emma, hasta el punto de que entre ambos se formó una fuerte relación que acabó con su matrimonio en 1791.
Junto a Lord Hamilton, Emma se introdujo en la elite de la sociedad y destacó como una mujer ávida por aprender todo lo relacionado con el arte y la cultura.
Lady Emma Hamilton
Poseedora de un gran encanto e inteligencia, destacaba en la sociedad napolitana, donde llegó a ser íntima amiga de la reina María Carolina.
Sin embargo, Hamilton era consciente de que no podría retener durante mucho tiempo el afecto y la fidelidad de su joven protegida y el tiempo le dio la razón cuando conoció al almirante Nelson en 1793, aunque su relación no empezó hasta cinco años después, cuando volvió a Nápoles convirtiéndose en una verdadera leyenda viva. Fueron amantes desde 1798 con la aquiescencia del anciano Hamilton.
Nelson y los celos de la esposa de Nelson, de la que llevaba años separado de forma efectiva…
La adoración que sentían Lady Hamilton y Nelson el uno por el otro se puede ver en las ardorosas cartas que se escribían, donde mostraban su admiración por el otro y su deseo incontrolable de verse todo el tiempo.
Un matrimonio sin boda
Ante los ojos escandalizados de la sociedad, Emma y Nelson vivían prácticamente como si estuvieran casados junto con lord Hamilton, a quien ambos tenían un inmenso cariño, sin hacer ningún intento por ocultarlo y llegaron a tener una hija, Horatia, que fue reconocida públicamente por Nelson como suya.
Deseaban casarse y formalizar su relación, pero Nelson continuaba casado, sin que se le permitiera divorciarse y Emma seguía casada con Lord Hamilton, aunque fuera solo en nombre.
Nelson esperaba que, una vez fallecido el anciano Hamilton, pudiera usar su creciente influencia para conseguir la anulación de su matrimonio y poder casarse con Emma. Pero eso no ocurriría.
Lord Hamiltón murió en 1803, pero Nelson tuvo que partir de Inglaterra para ponerse al frente de la escuadra inglesa, en el enfrentamiento que se estaba llevando a cabo entre su país y Napoleón, dejando atrás a Emma, que se encontraba embarazada de su segunda hija, que moriría al poco de nacer.
Nelson y la batalla de Trafalgar
El 21 de octubre de 1805, la flota dirigida por Nelson participó en la famosa batalla de Trafalgar, donde cosechó una gran victoria que le dio una fama inmortal.
Sin embargo, el precio de la misma fue increíblemente alto para Nelson. Fue herido de gravedad y murió en el mar poco después de la batalla.
Sus últimas palabras fueron para su querida Emma, pidiendo a sus amigos que no permitieran que ni ella ni su hija pasaran necesidades.
Sin embargo, la relación que Emma y Nelson habían tenido no se consideraba legítima y tanto el gobierno como los albaceas testamentarios de Nelson ignoraron sus instrucciones de proveer por Emma y Horatia.
Además, la esposa humillada de Nelson y su familia se encargaron de quitar a Emma todo lo que pudieron, que consideraban que, como herederos legítimos del gran almirante, les pertenecía por derecho.
En poco tiempo, Emma, que solo recibía una pequeña pensión como viuda de Lord Hamilton, se llenó de deudas y llegó a estar en una prisión para deudores, en compañía de Horatia, durante un año.
Huyó de Inglaterra intentando escapar de sus acreedores, dándose a la bebida para intentar olvidar su horrible vida sin Nelson.
En la pobreza más absoluta, la que había sido una de las mujeres más fascinantes y deseadas murió en 1815 en Calais, diez años después de su querido Nelson.
Su hija, llena de vergüenza, se casó con un reverendo, Philip Ward, y tuvo diez hijos, sin reconocer nunca que era hija de la infausta Lady Hamilton, aunque decía a todos la que la escuchaban que su padre era el famoso Almirante Nelson.