La Guillotina Historia de su invención y evolución
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¿Quién inventó la guillotina? La de la Guillotina es una de las imágenes que identifican más a las claras la época de la Revolución Francesa. Utilizado como método de ejecución casi único desde su instauración en 1792 hasta la llegada al poder de Napoleón, ni se inventó durante la Revolución Francesa ni dejó de utilizarse tras su final.
La Guillotina recibe su nombre del cirujano francés Joseph Ignace Guillotin quien, a diferencia de lo que se suele creer, no fue su inventor.
Guillotin era miembro de la Asamblea Nacional y fue el que recomendó que se adoptara este método como forma de ejecución, adoptando su nombre cuando su uso se popularizó.
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Las razones principales para su adopción estaban basadas en dos premisas: en primer lugar, era un método más “humano”, pues hacía sufrir menos al condenado otorgándole una muerte mucho más rápida y menos dolorosa que el resto de los métodos que existían en la época.
Este punto era cierto. Las formas de ejecución más extendidas en la Europa de la época, entre las que se incluían el ahorcamiento y la decapitación mediante el uso de un hacha, rara vez proporcionaban una muerte rápida.
La muerte por ahorcamiento era lenta y dolorosa, y podía durar mucho tiempo si el procedimiento o la cuerda utilizados no eran los adecuados. De la misma manera, la decapitación mediante hacha no era una opción mucho mejor.
El horror de la muerte a hachazos
Separar la cabeza del cuerpo no era un procedimiento fácil y generalmente el verdugo necesitaba dar varios hachazos con el reo todavía vivo para lograr su objetivo.
Y, si el verdugo no era demasiado experimentado, podía fallar a la hora de golpear el cuello, asestando varios golpes en la espalda, los hombros o la cabeza del reo antes incluso de poder acertar en su cuello.
El famoso garrote vil no era una opción mucho menos dolorosa, pues aunque se trataba de romper el cuello al reo, este proceso no era tan fácil y muchas veces el verdugo no tenía la fuerza suficiente para llevarlo a cabo, prolongando la agonía del condenado durante mucho tiempo, hasta que este acababa muriendo por estrangulamiento.
Ante estas perspectivas, la rápida y certera guillotina era un procedimiento mucho más indulgente con los condenados.
La Guillotina, un método de ejecución para igualar a todos ante la Ley
En segundo lugar, la imposición de la guillotina como método de ejecución era el deseo de igualar a todo el mundo ante la ley, proporcionándoles una misma muerte que no diera a nadie privilegios de ningún tipo.
Entre los privilegios de la alta nobleza se encontraba la posibilidad de ser ejecutado en un ámbito privado, para no sufrir el escarnio público, y la forma de morir solía ser por decapitación, que tampoco se realizaba con los instrumentos habituales, sino con una espada.
La guillotina igualaba a todo el mundo pues, independientemente de su rango, una vez encontrados culpables, se les daba muerte por el mismo procedimiento y todos en público.
Asimismo, se igualaba la pena de muerte que se daba para todos los delitos. En muchos lugares, algunos delitos llevaban parejos una forma de muerte mucho más cruel, como el desmembramiento para el regicidio o los delitos de alta traición.
La guillotina también acababa con esta diferenciación, ofreciendo a los condenados una supuesta igualdad total ante la muerte.
Desde su instauración en 1792 hasta la llegada al poder de Napoleón, casi 1.200 personas fueron ejecutadas en la guillotina por todo tipo de razones, muchas de ellas de índole política.
Alcanzó una enorme fama y, aunque sistemas mecánicos parecidos habían existido desde el siglo XIII en lugares como Alemania, Escocia, Inglaterra e Italia, nunca había sido con anterioridad un sistema utilizado de forma demasiado generalizada.
Sin embargo, el fin de la Revolución francesa no significó el final de la guillotina, porque siguió siendo usada como método de ejecución en Francia hasta bien entrado el siglo XX.
¿Quién fue el último ejecutado por la guillotina?
La última persona ejecutada con la guillotina en Francia se llamaba Hamida Djandoubi y fue ejecutado el 10 de septiembre de 1977 por la tortura y asesinato de su ex pareja.
La pena de muerte en Francia se abolió en 1981 y, con su desaparición, también dejó de utilizarse la guillotina, pues también se había acabado con la pena de muerte en las décadas anteriores en otros países donde también se utilizaba para administrar la pena capital, como Suecia, Bélgica y Alemania.
Sin embargo, eso no significa que la guillotina haya caído en el olvido y hace algunos años surgió una importante corriente de opinión en Estados Unidos que defendía la instauración de la guillotina para administrar la pena de muerte.
Sus defensores argumentaban que era una forma de dar muerte a los reos mucho menos dolorosa que la silla eléctrica y que, si se utilizara, se podrían utilizar los órganos del reo para hacer trasplantes.
En el año 1996, el político demócrata del estado de Georgia Doug Teper propuso una ley para sustituir la silla eléctrica por la guillotina, pero fue rechazada por considerarse demasiado sangrienta.
Sin embargo, es una idea que sigue estando viva en Estados Unidos y que resurge con diversa fuerza con cierta regularidad.
Por lo tanto, la guillotina todavía puede llegar a formar parte, no solo de nuestro pasado, sino también del futuro.
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