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Luis Vuitton, el servidor más célebre de Napoléon III
Los productos de la marca Louis Vuitton se encuentran entre algunos de los más ambicionados, caros y lujosos que se pueden adquirir hoy en día.
Desde Estados Unidos a Japón, pasando por la inmensa mayoría de los países de Europa y por las economías emergentes de Asia, los codiciados productos de esta marca son considerados como una muestra de riqueza, estilo y de una holgada posición económica.
Sin embargo, muy poca gente conoce que Louis Vuitton, considerado como fundador de este lucrativo negocio de artículos de lujo, empezó a labrarse un nombre como servidor y uno de los artesanos preferidos del emperador francés Napoleón III y su esposa, la célebre Eugenia de Montijo.
L ouis Vuitton, biografía
Louis Vuitton nació en la localidad de Anchay, en el este de Francia, en 1821, en una familia humilde. Cuando tenía 10 años, su madre murió y su padre volvió a casarse con una mujer a la que el joven Louis no podía soportar.
Así, buscando también un futuro más próspero para sí, decidió huir de casa y encaminase hacia París pero, sin disponer de ningún tipo de apoyo económico, tuvo que recorrer el trayecto que separaba su localidad natal de la capital francesa a pie. Tardó dos años en llegar a la hoy conocida como Ciudad de la Luz, viéndose obligado a detenerse cada cierto tiempo para trabajar en lo que pudiera para poder comer.
Una vez en París, el joven de dieciséis años entró como aprendiz de un fabricante de maletas y baúles llamado Monsieur Marechal, una industria muy floreciente en un momento en el que la gente con recursos empezaban a viajar cada vez más.
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Con gran talento en este ámbito, muy pronto se labró una gran reputación en París como hacedor de maletas y baúles de lujo y experto en empaquetamiento de todo tipo de enseres para su transporte. A él acudían las familias más respetables de la capital para encargar sus productos, realizados de forma artesanal y completamente personalizadas.
Habiéndose labrado una provechosa carrera y dieciséis años después de que Louis llegara a París, en 1851, Napoleón III dio el golpe de Estado que le llevaría a encarnar el poder hasta su derrocamiento en 1870.
La inauguración del llamado segundo imperio francés y el florecimiento de una nutrida corte alrededor del nuevo emperador y de la flamante emperatriz Eugenia de Montijo trajo nuevas oportunidades para Vuitton.
Vuitton, contratado por Napoleón III
Conocedor de su fama, Napoleón III le contrató para que atendiera prácticamente en exclusiva a la emperatriz Eugenia, encargándose no solo de la fabricación de sus baúles y maletas, sino también del correcto empaquetamiento y colocación de toda su ropa y accesorios.
Este puesto en la corte de las Tullerías le dio una enorme fama a nivel europeo y los personajes de las familias más importantes de la realeza y la nobleza del momento se peleaban para conseguir que el famoso Louis Vuitton les atendiera.
Tan grande fue su fama que Louis Vuitton siguió siendo el artesano más buscado de toda Francia mucho tiempo después que Vuitton siguió trabajando en un negocio que cada vez se expandía más hasta su muerte en el año 1892, a los 72 años.
Louis enseñó el oficio a su hijo George y le instruyó durante décadas en su manejo, de forma que, a la muerte de su padre, este lo heredó y continuó expandiendo un negocio que sus descendientes han extendido por todo el mundo conocido.