Contenidos
Gracias a la novela El corazón de las tinieblas, publicada por Joseph Conrad en 1902, se empezó a conocer en Europa el infausto legado colonial de Leopoldo II de Bélgica.
Corrían los primeros años del siglo XX y pocos eran conscientes de que el monarca de la pequeña y aparentemente aburrida Bélgica había causado directamente la muerte de varios millones de congoleños.
Aún hoy se antoja increíble, pero la crueldad y codicia que este rey aplicó en el “Estado Libre del Congo”, del que era propietario personal, le convierten en monarca más sanguinario de la historia, solo superado por los dictadores totalitarios que ensangrentaron el siglo XX.
Hoy no hablaremos de los reyes más guapos de la historia, ni de los más feos, tampoco. Inmersos, tanto en España como en otros países europeos con monarquía, en el secular debate sobre la conveniencia o pertinencia del sistema monárquico, no pretendemos desde Actually Notes echar más leña al fuego, nada más lejos de la realidad, sino la de ahondar en el interés histórico y ofrecer al lector una lista, subjetiva, de los diez monarcas más crueles de la historia.
Calígula: Loco y Cruel
Nada odiaban más los romanos que a un rey, sin embargo, desde que Octavio Augusto instaurara el Imperio sus emperadores, cuales reyes, gobernaban a su antojo la nación más poderosa de la Antigüedad.
Calígula fue un demente, incestuoso, epiléptico, enfermo sexual, cruel y endiosado emperador que llevó a la pobreza a sus súbditos y a la muerte a cientos de supuestos conspiradores.
Leer la biografía completa de Calígula >>
Nerón: El perseguidor de Cristianos
La imagen de Nerón tocando la lira mientras contempla Roma incendiada es una de las imágenes más prototípicas de la tiranía. Cierta o no, si consta que Nerón ordenó cientos de ejecuciones, incluidas la de su propia madre y hermanastro.
También es recordado, a partir de un sueño que tuvo, por no cejar en su empeño de perseguir y acabar con los cristianos, de hecho, a él se le atribuyen las condenas a muerte de Pedro y Pablo.
Atila: Rey de los Hunos
Un clásico en este tipo de listas. A mediados del siglo V se convirtió en Atila, último rey del imperio huno, que se extendía por todo el este de Europa y Asia Central, incluyendo grandes extensiones de terreno en Asia, y que llegó a atemorizar al ya declinante Imperio Romano.
El rey de los hunos, Atila, la sola mención de su nombre espantaba, fue un guerrero sanguinario, despiadado, que supo contagiar la crueldad a sus tropas.
Aún a pesar de la mitificación del personaje, es cierto que no se contentaba con vencer, sino que gustaba de saquear, masacrar y hasta profanar tumbas.
Yang Guang
Considerado uno de los peores emperadores de China. Yang Guang fue el segundo y último emperador de la efímera dinastía Sui, gobernando desde el 604 hasta el 618.
Habiendo acusado falsamente a su hermano mayor de traición, asesinó a su padre para ascender al poder.
Una vez en él se dedicó a construir obras faraónicas y a emprender alocadas campañas militares donde murieron miles de soldados, que no dejaban de ser campesinos reclutados a la fuerza.
Uno de sus mayores “logros” fue reconstruir la Gran Muralla y, como en su construcción varios siglos antes, allí encontraron la muerte seis millones de chinos.
Gengis Kan
Con el fundador del primer Imperio Mongol (1206) pasa como con otros grandes conquistadores de la historia como Alejandro Magno por ejemplo, no está clara la línea que separa la crueldad de la grandeza en la consecución de grandes conquistas que, a menudo, suponen la muerte de cientos, miles de personas.
Para valorarlo no hay otro camino que centrarse en la personalidad del personaje histórico en cuestión.
Sabiendo, como hoy sabemos, que durante sus campañas militares Gengis Kan masacró ciudades enteras y que exhibía los despojos para que cundiera el pánico, que “inventó” la guerra biológica catapultando sobre ciudades sitiadas los cadáveres de muertos por la terrible peste bubónica y así extender la enfermedad, y que asoló vastos territorios de China y Rusia, entre otras, pocas dudas quedan al respecto.
Además, su sucesor Tamerlán el terrible (a pesar de no ser rey) continuó con el modus operandi de su predecesor y conquistó un amplísimo territorio que se extendió desde Corea hasta el Danubio, así como gran parte de la India.
Juan sin Tierra
Este rey inglés, de triste fama por ser el pérfido monarca de la leyenda de Robin Hood, fue uno de los más inútiles, cobardes y acomplejados de la historia. Como segundón que era, accedió al trono tras la muerte de Ricardo Corazón de León.
Amigo de intrigas palaciegas, de venganzas personales y de disputas varias, sus súbditos fueron los que con sus vidas pagaron en muchas ocasiones el despreciable carácter de su rey.
María I de Inglaterra
Una de las grandes perdedoras de la historia. Tras la muerte de Enrique VIII, otro rey cuya inmortal crueldad sufrieron sus cinco mujeres, María trató restaurar en el país la obediencia a Roma. Resentida con su padre por abandonar a su madre, Catalina de Aragón, y por desterrar el catolicismo, no pudo concebir hijos de su marido –Felipe II– (que era rey de Inglaterra) y tampoco pudo contener la “vocación” protestante de Inglaterra.
Fueron cuatro años de persecución y quema en la hoguera a los líderes del protestantismo inglés, se cree que en torno a. Para colmo la historiografía la motejó como María la Sangrienta (Bloody Mary), nombre que también se da a cóctel de dudoso gusto.
Iván el terrible
Iván IV gobernó con mano de hierro la Rusia del siglo XVI. En 1547 se convirtió en el primer zar en utilizar ese título, además, vertebró y centralizó la administración rusa, y extendió las fronteras por Siberia y a costa de Polonia.
Pero lo hizo de un modo despiadado. Mito o realidad, los cronistas nos dicen que sus gritos resonaban todas las noches en el Kremlin.
Por su despotismo, su personalidad psicopática y por sus ataques de ira, no sorprende que Stalin quisiera asociar su nombre con el del zar en plena Segunda Guerra Mundial.
Como el dictador soviético y haciendo honor a su sobrenombre, Iván asesinó a enemigos y amigos sin importar casi el motivo, llegando al punto de matar a su hijo predilecto con un bastón inmerso en uno de sus habituales arrebatos de cólera.
En su espiral de bestialismo era capaz de matar a los arquitectos de San Basilio para que no construyeran nada más bello, o de violar a cientos de vírgenes, y de alardear de ello.
Tras cincuenta años de reinado murió a consecuencia de tratar su sífilis a base de mercurio.
Ranavalona I
Aunque poco conocida, la crueldad congénita de la reina de Madagascar, Ranavalona I, causó asombro a sus contemporáneos de la primera mitad del siglo XIX.
Su bagaje espanta: se cree que envenenó a su esposo, realizaba experimentos macabros, en sus festejos se asesinaban miles de esclavos y su obsesión predilecta era la de perseguir a los cristianos.
Su reinado del terror alcanzó unas cotas de brutalidad tales que no extraña el hecho de que su propio hijo Radama pidiera al líder francés Napoleón III que invadiera la isla.
Un estudio asegura que mató a un millón de súbditos.
Bokassa
Bokassa fue uno de los mayores tiranos de toda África. Hijo de un líder tribal del Congo francés, hizo carrera militar en la Francia Libre durante la Segunda Guerra Mundial.
De regreso a su país, que tras la descolonización se denominaría República Centroafricana, se hizo con el poder coronándose finalmente rey del país en una ceremonia fastuosa.
Durante su corto mandato fue conocido como el ogro de los diamantes, loco y cruel, Bokassa participaba personalmente en los interrogatorios, torturas más bien, de la policía.
Uno de los cargos de los que se le acusó años después de su derrocamiento de 1979 fue el de canibalismo, constatado históricamente.
No están todos los que son, es indudable, pero son todos los que están. El debate está servido.
También te puede interesar:
¿Qué te ha parecido?
More in biografias
You may also like
Comments
Leave a reply Cancelar la respuesta
Últimos artículos
- Los 5 peligros que representa la Inteligencia Artificial según Geoffrey E. Hinton
- El Estado NO ‘semos’ TODOS
- Robot IA, ¿Convenció a otros robots para huir?
- Derechos y toxicidad en el fútbol moderno
- El mundo del casino en la pequeña pantalla: series de TV sobre juegos de azar
- Crónica de un alquiler improbable
- Huawei Earbuds Black Friday 2024: Ofertas y consejos de compra
- Elige qué ver: a un economista que salva un país o a un (no) economista que no escribió ni su tesis doctoral
- Cómo impugnar una notificación roja de Interpol
- Sumérgete en el Mundo del Techno con TechnoPowerExistence
- Inmigración: una de las soluciones de Meloni
Por alguna razón me hice republicano 😀 Saludos. Me encantan sus articulos.
Porque este artículo va de reyes sanguinarios, porque si no, se llevarían la palma los gobernantes de las repúblicas, que han sido mucho más sanguinarios y causado muchas más muertes que las monarquías. Hitler, Napoleón, Pol Pot, Mao, Lenin, Stalin, Ceaucescu, etc, etc, etc…
Qué cahavales estos reyes. No se entiende que siga existiendo la monarquía. Si lo piensas con detenimiento, parece imposible que podamos asumir que por nacer en una cuna seas el que manda en ningún sitio.
FAltan unos cuantos… demasiado reyes para tan poco pueblo
Todo poder absoluto tiraniza el ser humano no debe tener poder por que de pronto se cree Dios que puede matar y hacer lo que le de la gana
Falta uno también muy importante y sanguinario que es Vlad el Empalador