Los soldados romanos fueron la pieza fundamental para que el Imperio Romano pudiera expandirse y dominar el medio mundo conocido. 

Eso no hubiera sucedido si detrás del poderoso ejército no hubiera habido unos soldados bien disciplinados, adiestrados y equipados para combatir en todos los terrenos y en todas las circunstancias, sabiendo innovar con estrategias bélicas que se sofisticaban con el correr de los tiempos. 

Gracias a las descripciones de dos historiadores, el romano Tito Livio y el griego Polibio, tenemos datos para conocer cómo era la vida de los soldados romanos

Índice:

El Comienzo del Ejército Romano

Nada tenía que ver el ejército romano que nacía en los primeros años de la República con el que se forjó en el esplendor Imperial.


En esos comienzos se puede hablar más de “guardia interior” como han denominado algunos estudiosos que de un auténtico ejército, y mucho menos de un ejército permanente. Más que nada por que no había necesidad.

Solo cuando se cernía algún peligro, los hombres eran llamados a filas, llevaban sus propias armas y cobraban una pequeña cantidad. Su servicio cesaba cuando terminaba el peligro.

Fue con la anexión de los primeros territorios en la propia Italia cuando se conforma lo que se puede llamar ejército.

De nuevo, las clases sociales marcan las diferencias, de tal manera que aquellos que tenían un alto poder adquisitivo engrosaban las filas de la caballería, lo que se podría considerar como alta clase media, en lainfantería, y los que menos posibles tenían, iban a la marina.

El periodo de alistamiento del Soldado Romano

Cuando este ejército se comienza a gestar, el periodo de alistamiento profesional variaba entre los 16 y los 20 años de servicio.

Era obligado para el soldado romano jurar obediencia, de forma solemne, ante el Cónsul. Lo hacía frente a todos los oficiales y Tribunos.

Algo que creaba identidad como grupo, cargando de responsabilidad patriótica a todos sus miembros. Parte de la grandeza del Imperio se forja en gestos como estos. Soldado Romano

Cómo era el Soldado Romano

El soldado romano, generalmente, provenía del campo. Los Historiadores le señalan como “un hombre de pequeña estatura, de tez morena, de complexión gruesa y robusta”. Los trabajos del campo le habían endurecido. 

Las “pruebas de selección” limitaban el acceso a hombres cuya fuerza y robustez no fuese probada, y el Consejo que realizaba la supervisión para el ingreso era muy severo. 

Los soldados romanos realizaban entrenamientos similares a los que puede hacer cualquier infantería de la actualidad: marchas de treinta kilómetros, con una carga a las espaldas de sesenta libras romanas, lo que equivale a unos veinte kilos. 

Ese peso se repartía entre el armamento, alimentos y diversos utensilios como una pala, un hacha, un azadón, elementos todos ellos que les serían muy útiles.

Soldado Romano

La Vida del soldado romano

En los campamentos se mezclaban soldados experimentados con los recién llegados. En el estrato más bajo se encontraban los “Gregarius“, los soldados rasos y porque, al luchar, lo hacían como un rebaño. 
Se denominaba “Contubernium” al grupo de ocho soldados romanos que formaban una especie de unidad.

Convivían en la misma tienda en el cuartel y todos los días, nada más levantarse, llevaban a cabo una especie de desfile militar. 

Su vida era el adiestramiento. Su entrenamiento era muy riguroso. Ensayaban la guerra, practicaban con las armas…

Se preparaban, en definitiva, para el terreno de batalla. Su dieta era más bien austera. La cena era la comida principal y en ella se solía servir pan, verduras, sopas, gachas de cereales.

Los soldados romanos, además de preparar la lucha y practicar la guerra, colaboraban en el desarrollo de la colonización del Imperio.

Participaban en la ocupación de las ciudades, en su fundación, bien en la construcción de calzadas, acueductos o puentes, muchos de los que han llegado hasta nosotros. 

Las Armas de los Soldados Romanos

Entre el armamento con el que contaban las tropas del ejército del Imperio Romano se encontraban las catapultas, las ballestas, capaces de lanzar piedras de veinte kilos hasta casi cuatrocientos metros, el Pilum, semejante a la jabalina, que medía 215 centímetros y los arietes, que servían para echar abajo las puertas de las fortalezas a invadir.

Además, todos los soldados vestían idéntico uniforme, una muestra más de la organización del ejército. 

Soldado Romano

La Guardia Pretoriana

La guardia pretoriana era la guardia personal del Emperador. Los dirigía el Prefecto, persona de toda confianza del emperador. Estaban considerados en lo más alto del escalafón militar por lo que cobraban más y gozaban de un prestigio especial. 

El retiro de los Soldados Romanos

Una vez concluido el servicio en el ejército, los soldados eran licenciados pasando al retiro. Se les llamaba “veteranos”.

Con Augusto, estos veteranos estuvieron mejor considerados y, sobre todo, mejor pagados. A los soldados de las fuerzas auxiliares se le concedía la ciudadanía, concediéndoles dos tablas de bronces donde se hacía constar tal condición.

Mejor parados salían los legionarios, quienes al principio del Imperio les eran concedida tierras y, siempre, una cantidad de dinero.

La Vida de los Soldados Romanos. Cómo fueron. Cómo Vivieron

La Vida de los Soldados Romanos. Cómo fueron. Cómo Vivieron

Las Legiones Romanas

Una Legión estaba compuesta de alrededor de cinco mil quinientos soldados, ciudadanos romanos, que no podían contraer matrimonio. Esta norma fue derogada, o al menos tomada con más flexibilidad en el siglo II. Los legionarios contaban con mejores condiciones económicas que el resto de la soldadesca y, por supuesto, con mejor formación.

Cada Legión se dividía en lo que se venía en llamar cohortes conformadas por cuatrocientos ochenta hombres. Estas cohortes se dividían, a su vez, en seis centurias compuestas por ochenta hombres. Y en cada centuria había diez grupos de ocho hombres que recibían el nombre de contubernia. Estos datos numéricos cambiaron a lo largo del tiempo, pero como se puede adivinar, y como seguiremos viendo, la organización, la jerarquía y el orden regían como principios fundamentales.

Al mando de todos ellos se designaba un Centurión, siendo el más veterano de ellos el jefe de la primera cohorte.

Tras ellos, en rango, se situaban los suboficiales, entre los que se encontraban los signiferi y los portadores de los estandartes. Se numeraba cada Legión con números ordinales correlativos, y cuando una era derrotada o aniquilada, su número no se volvía a utilizar porque la consideraban deshonrada. Por lo general las Legiones eran destinadas en “zonas calientes”, sobre todo cerca de las fronteras.

Unidades Auxiliares del Ejército Romano

Eran reclutadas entre los no ciudadanos y solían provenir, de esta manera, de las Provincias. Su misión era dotar a las Legiones de apoyo. Entrar a formar parte de las unidades auxiliares suponía a los soldados servir en ellas nada menos que durante veinticinco años. Había unidades de caballería, de infantería o de infantería montada. También formaban cohortes y cada una de ellas podía estar compuesta por mil hombres. 

La Marina del Ejército Romano

Los romanos copiaron el modelo naval griego, pero nunca le concedieron demasiada importancia, quizá por que casi todos sus componentes era extranjeros. De ahí que fuera utilizada como fuerza secundaria.

En tiempos de Augusto existían tres grandes bases navales. Una en la bahía de Nápoles, otra al Sur de Francia y otra en Rávena, hoy enterrada bajo la arena.

Tiempo después se crearon otras bases, como la que se pretendía utilizar como apoyo para la conquista de Britannia.

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José Carlos Bermejo
José Carlos Bermejo. Madrid, noviembre 1971. Escritor. Licenciado en Ciencias Políticas y Sociología, ha colaborado en diferentes medios de comunicación, tradicionales y digitales y trabajado como técnico y responsable de comunicación para más de un ayuntamiento español. Es autor de las novelas WILDE ENCADENADO (prólogo Luis Antonio de Villena), y del thriller Li es un INFINITO de secretos. También de los libros de relatos Retazos de un mundo IMperfecto y Retazos de un mundo INcoherente, ambos traducidos al inglés, al portugués y al italiano. + info: www.josecarlosbermejo.com redaccion@actuallynotes.com

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Comments

  1. Qué vida tan apasionante… es pura épica.

  2. Solo con un gran ejército los romanos pudieron ser el gran Imperio… y con grandes ingenieros, inventores… unos innovadores de verdad.

  3. De cómo un imperio se sostiene por la fuerza militar. Esa es la base de todos los imperios, después está la economía, la producción, etc.

  4. Solo un gran imperio se puede mantener con un férreo ejercito como el romano. No ha habido potencia mundial que no lo tuviera, o lo tenga como ahora

  5. Un ejército bien dirigido puede hacer lo que hizo el Imperio romano. Su necesidad era seguir creciendo, invadiendo y anexionando territorios y pueblos, que o devastaba o integraba para sí. Grandes generales estrategas y políticos inteligentes.

  6. no hay imperio sin un fuerte ejercito. los romanos no invadian, convencían porque mejoraba la vida de los ocupados. vamos, que en muchos casos era mejor ser invadido por los romanos que malvivir asalvajados, no creen?

  7. Creo que la vida de los soldados romanos está mitificada por el cine, pero realmente debieron ser tiempos muy duros para todos… menos para los generales.

  8. Muy interesante, quizá tanto o más que la vida de los gladiadores.

  9. que fascinante la vida de los soldados romanos. auqne la hemos idealizado por las pelis.

  10. Ché, que bueno. me gusta la Historia, en mayusculas.

  11. Yo quiero ser un soldado romano, o mejor un general romano Gracias por el artículo me ha servido mucho para la tarea del insti

  12. Fascinante época. Y muy bien explicada.

  13. Una pasada aquellos tiempos la verdad y somos, en realidad, producto de todo eso. Los grandes imperios se levantan y caen. Actualmente, la lucha por la hegemonia se basa en la economia y no está demasiado claro quien es la primera gran potencia mundial.

  14. Lo más curioso lo de Rávena, hoy enterrada bajo la arena. Alguien tiene más información sobre esto. Gracias.

  15. Genial y completo artículo. Gracias!!

  16. Qué grandes los romanos, impusieron su imperio sin vacilaciones, con inteligencia y arrogancia. Pero todos los imperios terminan cayendo. Es un hecho.

  17. ¡Viva Roma!

  18. Eso nos hace falta ahora, un ejercito romano tal cual

  19. Nunca me cayeron bien esos romanos… 😛

  20. Así se forja un imperio. Y se forjará siempre. Larga vida a Roma!!!

  21. Los romanos me la tocan… jjj Venga, sentido del humor

  22. Roma no paga traidores… dixit

  23. Siempre me gustó la frase: “Roma no paga traidores”

  24. Todos los imperios caen, algunos tardan más de lo necesrario.

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