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Aunque se trata de un mito asentado en el ideario colectivo, Albert Einstein no fue un mal estudiante. Es cierto que Einstein ha pasado por ser una especie de modelo motivador para aquellos que no (hemos) obtenido buenos resultados en matemáticas… o en otras asignaturas. Un modelo de cómo se puede pasar de ser un alumno mediocre a resultar un GENIO total, un científico capaz de tambalear los cimientos de la Ciencia. Pero, no fue exactamente así. Era un excelente estudiante de matemáticas, y en el resto de materias, cuando era jovencito.
Es cierto que suspendió un examen de matemáticas en el ingreso en el Instituto Politécnico de Zurich. Pero no dominaba el idioma francés, en el que se daba el examen, lo que parece una razón poderosa y razonable. Además, en el Politécnico de Zúrich aprobó la sección de matemáticas, pero falló en el idioma, la botánica, y la zoología.
Einstein fue un niño prodigio y también un violinista brillante
Sin embargo, Albert Einstein en su juventud tuvo un talento extraordinario en matemáticas, álgebra y física, según muestran los registros académicos en los archivos suizos y que se pueden leer siguiendo los enlaces anteriores.
Tal es así, que los registros confirman que Einstein fue un niño prodigio, familiarizado con la física universitaria antes de los 11 años de edad, que también era un violinista brillante y que estudiaba en latín y griego. Pero su incapacidad para dominar el francés fue la perdición de sus días escolares, y sin duda fue el principal responsable de sus fallidos exámenes de ingreso a la universidad.
Einstein, estudiante del Instituto Politécnico de Zurich
Se dice que durante los preparativos para los exámenes, Einstein, (a veces) confiaba en los apuntes de clase de sus compañeros. Los libros de Marcel Grossmann que Einstein utilizó se han conservado.
Durante el tercer año académico, Einstein tuvo dificultades con el “curso práctico de física para principiantes“ del profesor Jean Pernet. Si el profesor o los experimentos le disgustaron o no le terminaban de convencer aquel curso, no está claro; pero solía ausentarse de las clases tan a menudo, que fue reprendido por la dirección y obtuvo la calificación más baja posible.
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Einstein nació en Alemania en 1879, trabajó como empleado de patentes en la ciudad de Berna, Suiza, a partir de 1905, y en 1915 completó la Teoría de la Relatividad General, que ayudó a explicar cómo es el espacio.
Algunos de los falsos mitos que se atribuyen a Albert Einstein
¿Comenzó a hablar tarde?
Sí es cierto, como le dijo en su momento al biógrafo, Carl Seelig, que sus padres “se preocuparon porque comencé a hablar comparativamente tarde y consultaron a un médico al respecto“. Sin embargo, sus abuelos escribieron una carta a familiares después de verlo cuando tenía 2 años de edad y no mencionaron que tuviera retraso en el habla, más al contrario, decían que tenía “ideas divertidas”.
¿Tuvo problemas de aprendizaje?
Se dice comúnmente que Einstein era disléxico. Es difícil de diagnosticar porque, además, en la época no se trataba ni se diagnosticaba la dislexia, pero las evidencias sugieren que no lo fue, tal y como lo han afirmado diferentes biógrafos.
También se suele decir que tenía TDAH, porque soñaba despierto en la escuela cuando era joven y era famoso por sus numerosos olvidos en la vida cotidiana. También que sufría el Síndrome de Asperger, un trastorno en el espectro del autismo caracterizado por problemas de interacción social y patrones repetitivos de comportamiento.
En 2003, la BBC informó que investigadores habían planteado la teoría que Albert Einstein e Isaac Newton habían mostrado signos de Asperger en su infancia… Pues, se podría decir, en ambos casos, que ‘bendito Asperger’ porque en ambos casos se trata de hombres de Ciencia extraordinarios.
Al parecer odiaba los estrictos protocolos seguidos por los maestros y el aprendizaje de memoria exigido a los estudiantes
¿Realmente, Einstein era un mal estudiante?
Comenzó la escuela cuando contaba con algo más de seis años de edad. Según datos biográficos guardados en los Archivos de Albert Einstein, (que se pueden consultar online siguiendo el anterior enlace), sus primeros maestros no lo encontraron especialmente talentoso a pesar de que obtuvo altas calificaciones.
Lo que sí parece indubitable era su peculiar carácter. Al parecer odiaba los estrictos protocolos seguidos por los maestros y el aprendizaje de memoria exigido a los estudiantes, lo que explica su desdén por la escuela, que conservó hasta después de su ingresó en el Luitpold Gymnasium, con apenas 9 años de edad: una escuela competitiva. A pesar de todo, progresó en la escuela obteniendo altas calificaciones.
A la edad de 11 años, ya leía libros de física de la universidad y, a los 13 años, decidió que Kant era su autor favorito después de leer la “Crítica de la razón pura”.
La famosa anécdota del huevo de Einstein
Sea como fuere, Albert Einstein demostró en innumerables ocasiones su brillantez y su inteligencia, a veces al nivel del resto de los mortales, para los que es tan complicado comprender el sentido último de su Ciencia. Cabe recordar la famosa anécdota surgida alrededor de una entrevista en la que un periodista le preguntó en qué consistía la Teoría de la Relatividad y si se la podría explicar. Ante tal pregunta, el científico respondió:
-¿Me puede usted explicar cómo se fríe un huevo?
El periodista, sorprendido y con una media sonrisa, afirmó sin dudarlo que, por supuesto, podría explicárselo.
A lo que Einstein replicó:
-Hágalo imaginando que no sé lo que es ni un huevo, ni una sartén, ni el aceite, ni el fuego…
Para saber más:
ETH Library de Zurich
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