De acuerdo con Heródoto, el famoso historiador griego, los egipcios “situaban la limpieza por encima del decoro”.
La higiene corporal era una obsesión para los habitantes del país del Nilo, por lo que le dieron una gran atención a este aspecto durante el siglo VI a.C.
Los legados históricos refieren que el cuidado personal era una prioridad, sobre todo en las clases altas. Además, querían estar al tanto de lo último en temas de moda y maquillaje, algo bastante común entre las personas hoy en día.
Un ejemplo de ello es que los restos funerarios encontrados tenían a los propietarios enterrados con un gran número de productos cosméticos.
En Egipto, las propias condiciones climáticas “obligaban” a sus habitantes a mantener impecables hábitos de higiene.
El ambiente seco, árido y con un calor asfixiante hicieron que la población busque los accesorios necesarios para cuidar su salud. Entre los procedimientos más usados entre hombres y mujeres tenemos la depilación corporal.
En algunas tumbas femeninas se han encontrado kits de depilación que contenían pinzas metálicas, cuchillos, navajas, etc.
Si bien no todas las personas se depilaban, sí era bastante común entre las diferentes clases sociales.
De este modo, las clases bajas utilizaban navajas de sílex y, a falta de jabón, empleaban aceites. Con estos procedimientos se buscaba mayor estética y, de paso, eliminar los parásitos que afectaban la calidad de vida de las personas.
Las clases menos afortunadas solo tenían la opción de bañarse en el Niño o alguno de los canales. Esta situación provocó la contaminación del agua que era usada diariamente para beber o cocinar.
Diversos estudios en momias han revelado la existencia de enfermedades transmitidas por el continuo consumo de agua contaminada, como la esquistosomiasis o bilharziosis.
Por otro lado, el Papiro médico Ebers, uno de los más antiguos tratados médicos y de farmacopea conocidos, recomendaba el uso de ciertos “desodorantes” para tratar problemas de olor corporal. Los legados señalan que se tostaba huevo de avestruz, caparazón de tortuga y agallas de tamarisco. Finalmente, se embadurnaba el cuerpo con la mezcla.
Respecto a los cuidados de la piel, las personas solían usar aceites suavizantes. Se pensaba que su uso favorecía el aspecto saludable de la piel y el cabello, así como prevenía el desarrollo de arrugas y estrías en embarazadas.
Avances en salud
Como vemos, estos métodos de higiene han seguido una importante evolución hasta nuestros días. La antigua depilación ha dado paso a artículos que eliminan los vellos del cuerpo en cuestión de segundos.
Hoy tenemos diferentes productos que cumplen la misma función, desde bandas de cera depilatorias hasta aparatos más sofisticados como las depiladoras de luz pulsada que remueven el vello permanentemente, asimismo, tratamientos con láser más agresivos que cumplen la misma función.
Las primeras “terapias” de higiene constituyeron esfuerzos para lograr un mejor resultado en beneficio de la salud en general.
La prevención que se toma hoy en día es gracias a las enfermedades del pasado por una inadecuada limpieza.
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