Nuestras miradas, ampliamente condicionadas, le dicen a la razón y al sentimiento si ‘eso’ nos gusta o no. Si es acertado, si atenta contra el buen gusto, incluso si es una genialidad.
Se cruza un límite delicado cuando nos enfrentamos a valorar los graffiti que ¿adornan? las fachadas de las ciudades. Sin duda, un error histórico ha sido llamar a cualquier pintada graffiti, cuando no era más que eso, una pintada.
Vemos, a continuación, imágenes de graffitis que dan sentido a la unión de ambas palabras, arte + graffiti. Al menos, mi razón, mi cerebro y mi sentimiento así me lo cuentan.
Siento no poder informar de dónde proceden estas imágenes, que encontré sin duda en páginas de Internet y guardé, y al albur de su belleza imaginé estas reflexiones. Mis disculpas por ello, por ignorar su procedencia y por reflexionar 😀