Si algo parece estar claro en la Historia es que fueron los chinos los que inventaron el papel. Pero nada se sabe a ciencia cierta sobre el tema que nos trae aquí: la historia de los aviones de papel.

No obstante, quizá fueran los chinos a los que se les ocurriera crear algo parecido a un avioncito, fabricado sobre la imaginación y sobre el papel.

Los hermanos Montgovier y sus globos aerostáticos fabricados en tela de papel

A falta de mejor material, el papel fue usado para crear los primeros modelos de aeronaves que fueran capaces de surcar los cielos. Ejemplos de ello los tenemos en varios casos, algunos que cosecharon más éxito que otros.

Es el caso del gran Leonardo da Vinci escribió que usó papel pergamino, poco más tendría a mano, para construir modelos de su ornitóptero (helicóptero).


Más próximo a nuestro tiempo, en la Francia del siglo XVIII, los hermanos Montgovier idearon los primeros globos aerostáticos fabricados en papel. Si bien, no son aviones como tal, ya existía la idea de que la ligereza del material sirviera para alcanzar el viejo sueño de volar o, al menos, controlar el vuelo. Y lo lograron, los hermanos Montgovier, fueron capaces de hacer volar un globo aerostático y elevar por el cielo a seres humanos. El globo estaba forrado con tela de papel.

De igual modo, los hermanos Wright usaron prototipos de papel como parte de sus primeros modelos de avión con el objetivo de llegar construir la primera aeronave de transporte humano, algo que conseguirían en el  mes de diciembre de 1903.

Los primeros aviones de papel para fabricar aviones de verdad

Fue Jack Northrop, el fundador de Northrop Corporation en los años 30 del siglo XX, quien utilizó modelos de aviones de papel para probar la aerodinámica de aviones más grandes para la Lockheed Corporation.

El avión de papel como juguete

Durante la larga Segunda Guerra Mundial la escasez de todo tipo de materiales, con fábricas cerradas y destruidas, provocó la falta de elementos necesario para fabricar casi cualquier cosa. Los juguetes no iban a ser menos. Lógicamente, no había plástico o metal para fabricar nada. Sin embargo, se encontró un sustituto que permitía, con imaginación y destreza fabricar juguetes. ¡Claro!, hablamos del papel.

Wallis Rigby, el innovador de los aviones de papel

Wallis Rigby ganó mucha popularidad con la fabricación de aviones de papel. Rigby, de origen inglés,  se mudó a los Estados Unidos en la década de 1930. Y fue allí donde comenzó a publicar sus modelos que se imprimían sobre el papel en los periódicos dominicales, concretamente en la sección de entretenimiento. Los diseños de los aviones de papel de Wallis Rigby eran muy completos pues contaban con pestañas y ranuras para poder armar la aeronave y entretener a los pequeños… y a los no tan pequeños.

Wallis Rigby, el innovador de los aviones de papel

Wallis Rigby, el innovador de los aviones de papel

 

Lo cierto es que la moda de los aviones de papel, hoy prácticamente extinta, se extendió durante la década de los años 40 del pasado siglo. 

Un militar, el General Mills, en 1944, cuando se llevaban los cupones impresos de la revistas y periódicos, ofrecía como promoción modelos de aviones de papel a cambio de dos tapas de cajas de los famosos cereales Wheaties, con el añadido de cinco centavos. Los aviones de papel eran aviones de combate de la Segunda Guerra Mundial. Los niños seguían volando, más allá de su imaginación, sus aviones de papel como un gran divertimento, y un juego realmente educativo.

Aviones de papel que realmente volaron

El primer record Guinness del vuelo de un avión de papel se produjo en 2003, de la mano de Stephen Kreiger, con un avión de 63 metros. Este logro fue superado en marzo de 2012, por Joe Ayoob.

El récord del vuelo de avión de papel más largo pertenece a Ken Blackburn. Estableció el récord en 1983 conn 16,89 segundos en el aire. Lo volvió a intentar años después, en 1987, logrando un tiempo de 17.2 segundos. No contento con esa marca, volvió a intentarlo en 1994 consiguiendo que su avión de papel surcara el firmamento durante 18.8 segundos.

Ya en 1998, Blackburn fulminó las marcas anteriores logrando un vuelo de 27,6 segundos. Hay que recalcar que Blackburn era ingeniero aeronáutico en la Base de la Fuerza Aérea Eglin en Florida y es el autor de diferentes libros sobre aviones de papel plegables.

Si te apasionan los aviones de papel, Blackburn ha publicado un buen número de libros sobre la temática, que son eminentemente prácticos. 

Te puede interesar:

¿Qué es Flygskam?

¿Qué te ha parecido?

2
Excitante
0
Feliz
0
Me encanta
0
No estoy seguro/a
1
Mejorable
Mateo Lemos de Pilar
Escritor y periodista. En Twitter (X) @deLemosMateo. Me puedes escribir aquí: mateo@actuallynotes.com Respondo todos los mensajes. Gracias.

More in Historia

You may also like

Leave a reply

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *