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😻 Breve Historia de los gatos

La historia de los gatos es la historia del gato doméstico, cuyo nombre científico es Felis Catus, vive entre nosotros, que se haya podido atestiguar, desde hace más de cuatro mil años.

Su pariente más cercano, entre la fauna animal, es la jineta, un carnívoro que vive en los bosques más tropicales de África.

Se sabe que los antiguos egipcios, dada la importancia del maíz en su economía, alentaron la convivencia con los gatos salvajes con objeto de reducir la proliferación de roedores (ratas y ratones) en sus cosechas.


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El ‘misterioso’ origen del gato doméstico

Estamos en el año 1580 antes de Cristo, momento en el que comienza el culto alrededor del  gato, centrado en la diosa Bast, la representación de una mujer con cabeza de felino que era el símbolo  de la fertilidad y la maternidad.

Lo cierto es que el gato para los antiguos egipcios no era solo un cazador útil que defendía las cosechas, también comenzó a ser un buen compañero, una mascota, a la vez que jugaba un papel de cierta importancia en las ceremonias de tipo religioso.

A los gatos también se les momificó, curiosamente, a finales del siglo XIX  -el momento más importante de las excavaciones egipcias-, se descubrieron cientos de miles de  gatos momificados, sobre todo en las excavaciones llevadas a cabo en Beni Hasan;  gatos que no contaban con más de dos años de edad y que en su mayor parte murieron ahogados.

Breve Historia de los gatos

Tal cantidad de restos arqueológicos fueron utilizados como fertilizantes a su llegada a Liverpool, conservándose en la actualidad una única cabeza.

También en China, alrededor del año 500 antes de Cristo, aparece la figura del gato registrada en sus anales históricos. De donde procede la leyenda de la mala suerte que ofrece el gato negro. Para la suerte de los felinos, en la religión budista, el animal aparece como sagrado.

Mala suerte para los gatos en la Edad Media

En la Edad Media, y en las sociedades más modernas, el gato no corrió la misma suerte. La medieval sociedad europea occidental mostró ciertos resquemores hacia los felinos, desconfianza y recelo que la Iglesia relacionaba con creencias pagana, incriminándole de manera absurda con la brujería. Se creía que las brujas podían transformarse en  gatos, llegando a ser quemados en público muchos de ellos en tiempos de la Inglaterra de los Tudor, por ser “símbolos de herejía o esclavos del demonio”.

Superada la oscura Edad Media, entrado ya el siglo XVII, el gato comienza a ocupar el puesto doméstico que tiene en la actualidad. La primera Exposición Nacional de Gatos tuvo lugar en Inglaterra, en 1871. Pocos años después, en 1887, nacía el Club Nacional del Gato en el mismo país.

Curiosamente, en 1895, el gato fue introducido de forma oficial en los Estados Unidos de América, celebrándose en la ciudad de Nueva York su primera Exposición oficial.

Breve Historia de los gatos

El inventor de la gatera, el ilustre Isaac Newton

Como curiosidad también cabe destacar que fue Isaac Newton el inventor de la gatera, la puerta pequeña que permite a los gatos entrar y salir a su antojo de los hogares, algo importante teniendo en cuenta la gran independencia que muestran estos animales. También se achaca a la reina Victoria, ya en la Inglaterra del XIX, la importancia de popularizar al gato como animal de compañía, como poseedora de dos gatos persas azules.

Ya en el siglo XX, la importancia del gato que se daba como un elemento crucial en la prevención de las plagas de roedores, dada la proliferación de agentes químicos capaces de controlarlas, su posición o papel en las sociedades occidentales comenzó a adquirir el papel de mascota, de compañero.

Como ejemplo cabe destacar que según registros oficiales, en el Reino Unido, en el año 1985 ya se contabilizaban casi seis millones de gatos domésticos, frente a los algo más de seis millones de perros que habitaban sus hogares.

A finales del siglo XX, en Estados Unidos, cerca del treinta por ciento de los hogares contaban con la compañía de un felino.

Los beneficios de tener un gato cerca

Se ha apuntado como virtudes de los gatos en su capacidad de reducir las tensiones de la vida moderna, al ser un soporte importante en el desarrollo social de los niños, alentando su capacidad de ofrecer cariño y afecto, a la vez que lo reciben.

De igual modo, se considera que los gatos son una fuente de compañía importante para las personas mayores, en mayor grado, ya que no requieren de la actividad y el dinamismo que un perro, a la vez que se comportan con la mejor virtud de un compañero fiel, aunque independiente.

Por último, los gatos saben ahuyentar a peligrosos animales como las ratas, transmisores de muchas enfermedades; algo que consiguen los gatos incluso con su sola presencia.


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