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Si en este incipiente siglo XXI hay algo que está en -constante- auge eso es Internet. Y no lo es por otra causa porque somos ‘animales sociales‘, como ya apuntara con extraordinaria clarividencia Aristóteles (o fue Platón), en fin, maestro o pupilo, seguro que los dos lo pensaban. Y es que está claro que necesitamos comunicarnos con nuestros semejantes y conocer el entorno en que vivimos, sobrevivimos en algunos casos. E Internet nos permite la constante comunicación y la permanente actualización de nuestras vivencias. Además de comprar y vender cualquier cosa, buscar trabajo, encontrar el amor…
Así las cosas, tener al alcance de la mano toda la información, incluso aquella que no necesitamos, es un patrimonio que no podemos, ni sabemos, eludir. Sería impensable. Aunque hay quien se resiste, en el mundo occidental y en el que está en permanente desarrollo, el crecimiento de Internet es imparable. Analizamos, a continuación, las causas más sobresalientes sobre este hecho sustancial que nos ha traído una nueva conformación de nuestras ideas y pensamientos, de nuestras acciones y necesidades, del mundo tal como lo percibimos. Para bien y para mal. No hay beneficios sin costes, por pequeños que estos sean.
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La irrupción de nuestros inseparables smartphones, ahora asequibles
Lejos quedan ya aquellos mamotretos con los que ni siquiera podíamos conectarnos a Internet, todo lo más para lo que estaban pensados, para hablar por teléfono y enviar algún SMS, cuando esa forma de comunicación estaba en alza. No hace tanto tiempo, recuerden…
Incluso la reina magna de cada hogar desde el siglo pasado, la televisión ha notado ya el progresivo avance del uso de Internet. El 21% de los internautas españoles aseguran dedicar menos tiempo a verla que antes de la irrupción de Internet, según informes recientes, como así lo indica el informe de la Fundación BBVA sobre los hábitos de navegación de los españoles.
Incluso otros hábitos se están viendo afectados, como la lectura y la redacción. Según el informe mencionado, un 13,9% de los encuestados afirmaba dedicar menos tiempo a la lectura de libros, y no digamos a la de periódicos en papel.
El avance de la tecnología y la necesidad de implementar consumos constantes en la economía capitalista, han abaratado los terminales y sus componentes. No ya solo los ordenadores portátiles o de sobremesa, también los smartphones, que ahora se pueden comprar sin poner en aprietos las economías menos pudientes.
La facilidad en la creación de páginas Web
En estos momentos, ya no es necesario ser un experto de la informática, un desarrollador para poder crear una web de forma sencilla, con un coste irrisorio en comparación con los beneficios de toda índole que conlleva disponer un negocio a la imagen pública del mundo entero. Y cuando digo el mundo entero, no se trata de una exageracion.
El uso de la mensajería instantánea grupal. WhattsApp, Telegram…
Como apuntaba anteriormente, los viejos SMS han pasado a la historia. Tenían -y tienen- un coste que con las nuevas plataformas es fácilmente eludible, basta contar con WIFI, incluso se puede tomar prestado del restaurante al que vayamos o de casi cualquier establecimiento, del que cuelga el cartel “WIFI GRATIS”.
Esos mensajes instantáneos nos permiten seguir en comunicación, incluso en grupos, donde compartir la última broma viral o la próxima reunión que esperamos con alegría.
La necesidad de mostrarnos a los demás
Redes sociales como Instagram, Twitter, Facebook, por citar algunas, han sabido canalizar esa necesidad que todos en algún momento hemos tenido.
Mostrar el paisaje que ven nuestros ojos, dar envidia a los demás del gastronómico plato que hará las delicias de nuestro paladar o compartir con alegría un momento especial. Eso, que antes se contaba en cartas de papel o en historias a la vuelta del viaje, ahora se hace en un instante, a golpe de clic.
El advenimiento de las nuevas generaciones y la era multipantalla
Los Millennials se están quedando atrás como objeto de estudio en base a sus costumbres y hábitos como nuevas generaciones en Internet porque cada día que pasa, cada vez más jóvenes, a edades más tempranas, pequeños preadolescentes se están incorporando con verdadero entusiasmo al uso de las nuevas tecnologías.
Con diez años de edad, muchos chavales ya tienen su smartphone. Con doce años suben videos a youtube o comparten sus vivencias en las redes sociales. No tener Internet es un drama para ellos. Lo vivo de cerca…
Observen a su alrededor, no creo que les descubra nada nuevo. Para los más jóvenes, para los que ahora están descubriendo el Mundo, éste, se encapsula en una pantalla, ya sea de un teléfono, de una tablet… Da igual, lo importante es que el Mundo, además de estar ahí afuera, está dentro de un montón de pixeles con la mejor resolución. Por eso, por necesario y social, y hasta que se descubra una nueva forma de comunicación, Internet seguirá en auge.
Y es que donde esté una pantalla y lo que se puede hacer con ella, que se quiten todos los papeles del mundo. Que se lo digan a este bebé. Al menos, los árboles de nuestros bosques lo agradecerán…
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