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¿Qué es el código B?
El matemático de origen israelí Eliyahu Rips, a mediados de los años 90, ayudado de un programa informático, hizo público un desconcertante descubrimiento que se ocultaba tras el texto sagrado: encontró en él palabras codificadas que ofrecían mensajes con un nivel de probabilidad mucho menor que las que se podían hallar por azar.
Es decir, logró desentrañar el supuesto código secreto que esconde la Biblia y que se venía buscando desde tiempos ancestrales.
En el año 1997, el periodista Michel Drosnin, escribió el bestseller “El Código Secreto de la Biblia” con el que hizo mundialmente conocidos los mensajes en clave que el futuro parecía tener deparados a la humanidad.
Tanto para Rips, como para Drosnin, el texto, el Antiguo Testamento, con más de tres mil años de antigüedad contenía mensajes de acontecimientos que ya se habían cumplido, que se estaban cumpliendo y que vendrían a sucederse. Pocos eran halagüeños.
El código de la Biblia ha sido estudiado desde tiempos remotos.
Muchos sabios, como sir Isaac Newton el teórico de la gravitación universal, entre otras muchas aportaciones al mundo de la Ciencia, dedicó parte de su trabajo a la búsqueda del código.
Para Newton, la Biblia era “un criptograma enviado por el Todopoderoso”, pero el científico, nacido en 1642, no contaba con las herramientas precisas para extraer esa “verdad” oculta.
La Torá, el Antiguo Testamento, compuesto por cinco libros (Génesis, Éxodo, Levítico, Números y Deuteronomio) cuenta con más de trescientos mil caracteres.
Cómo decodificar el contenido secreto de la Biblia
Era necesario contar con un poderoso instrumento capaz de realizar cálculos de forma rápida y sistemática. Solo en nuestros días, gracias a la informática, esa tarea se puede realizar. Y, precisamente, eso fue lo que hizo el equipo delmatemático Rips.
Creó un programa informático que buscaba palabras sobre el texto bíblico de forma continua y saltando un número constante de letras.
Aquellos que tuvieron la oportunidad de leer en esta misma revista el artículo “Códigos Secretos”, recordarán que ya Julio Cesar codificaba sus mensajes utilizando el método de la “sustitución”, es decir, sustituía cada letra de su mensaje por las tres siguientes del alfabeto, al cambiar esas letras se descifraba lo que el emperador secretamente enviaba a sus militares.
En el caso de la Biblia, lo que descubrió Rips fue que al saltar un número constante de caracteres, se encontraban palabras que daban un nuevo sentido al texto.
El programa informático de Rips lo que hace es colocar, uno tras otro, cada signo hebreo del original de la Biblia, según la tradición, la forma en que fue entregado a Moisés y, como si de una sopa de letras se tratara, se van conformando palabras que tienen un nuevo sentido inteligible.
El código y la forma en que se halló fue publicado en un artículo por la prestigiosa revista “Stadistical Sciencie” en 1994.
Como no podía ser de otra forma, se ha visto sometido a múltiples pruebas para conocer si era o no real, si era o no verdadero.
Una de esas pruebas se llevó a cabo, de forma independiente al autor del mismo, realizando la búsqueda aleatoria de los nombres de treinta y dos sabios que vivieron después de los tiempos que se narran en la Biblia, sobre la base del mismo programa informático. Los resultados fueron rotundos.
La búsqueda incluía el nombre y la fecha de nacimiento y muerte de esos treinta y dos sabios. Curiosamente, toda esa información apareció codificada en el texto sagrado.
Harold Gans, perteneciente a la Agencia de Seguridad Nacional de Estados Unidos, llevó dicho experimento más lejos, al no creer en la verosimilitud del descubrimiento.
Buscó los nombres de las ciudades donde los sabios elegidos al azar habían nacido, la probabilidad estadística de que se hallaran codificados en las mismas páginas era de una entre diez millones.
Tras hacer la búsqueda, Gans localizó el nombre de las ciudades en cada una de las páginas donde se hallaban los nombres de los sabios. También se han realizado experimentos con el programa informático, utilizando otros textos, como la novela “Guerra y Paz” de Tolstói.
En ninguno de ellos las coincidencias fueron tan elocuentes y repetitivas como en el texto bíblico.
Algunas predicciones cumplidas y otras no
Por esta razón, al ver que el código parecía cierto, tanto Bill Clinton, como Arafat o Rabin, se interesaron en su momento por lo que Drosnin intentó trasladarles de forma personal.
Con las lógicas dificultades, llegó hasta ellos o hasta hombres de confianza de los líderes políticos. Haciendo búsquedas en el texto bíblico codificado, Drosnin halló un mensaje que le espeluznó. Junto al nombre Rabin, encontró la frase “asesino que asesinará”.
El periodista llegó a entregar una carta advirtiendo de esta profecía a un amigo de Rabin, pero como sabemos no sirvió de nada.
Un 4 de noviembre de 1995, Itzahk Rabin fue asesinado.
El autor del bestseller, Drosdin, no ha dejado de informar a los grandes mandatarios de los hallazgos realizados.
Un día antes del 11-S
El día antes del 11-S, el periodista enviaba una carta a George W. Bush dónde le indicaba que el código de la Biblia indicaba que el Mundo se enfrentaba a una guerra mundial que comenzaría con un gran atentado en Oriente Medio.
Textualmente, decía: “Las palabras “Bush” ”Arafat” y “Sharon” están codificadas junto a la expresión “fin de los días”.
También, el código parecía hablar el idioma de nuestra actualidad, impensable hace tres mil años, pues aparecen codificadas las palabras “holocausto atómico” y “guerra mundial”.
De hecho, la propia Torá contiene, sin codificar, varias partes donde se narra “el fin de los días”. Uno de las profecías que no se cumplió, por suerte, fue la que enunció Drosdin, que al ver la situó, según las predicciones informáticas a través de la Biblia en el año 5766, según el calendario hebreo, que correspondería con el occidental año 2006, según una interpretación del código, en ese año sucediera una guerra que afectaría a países que profesan las tres religiones más importantes del mundo: judíos, musulmanes y cristianos.
Dicha guerra, según las interpretaciones de los investigadores, comenzaría con un gran atentado en Jerusalén. Años después podemos comprobar que no fue así.
El Codificador
Pero, a pesar de errores de cálculo e interpretación, de ser cierto que tras las palabras de la Biblia hubiera un mensaje cifrado, ¿quién es o fue su autor?
Para Rips, el descubridor del código oculto es Dios, ya que posee una inteligencia superior capaz de conocer lo que va a suceder en la Tierra. Drosnin, plantea una teoría sumamente sugerente: ¿Es posible que el código esté escrito en tiempo real? Es decir, ¿es posible que el código responda a las preguntas que se le plantean y, en ese preciso instante, sean respondidas?
Siguiendo la tradición, Dios entregó la Biblia a Moisés en el monte Sinaí mil doscientos años antes de Cristo. Por lo tanto, desde ese punto de vista, el código ya estaba escrito desde ese mismo momento, siendo así Dios el codificador. Siguiendo las órdenes de la imaginación, cualquier cosa es posible.
Los estudiosos de todos estos argumentos lo relacionan con temas colaterales. Así, siguiendo al descubridor del ADN, Francis Crick, es más que probable que nuestro ADN proceda de otro planeta, esto es, que la secuencia que compone a los seres que habitan este mundo provenga del espacio exterior, ya que la molécula de ADN es demasiado compleja como para haber evolucionado en nuestro planeta hace cuatro millones de años.
La primera muestra de vida procede de hace menos de cuatro millones de años. Una búsqueda en el código de la Biblia, dio como curioso resultado para Drosnin lo siguiente: “ADN fue traído en un vehículo”. Por todo lo cual, parece correcto pensar que la vida llegó a la Tierra desde otro lugar. Las preguntas pueden seguir aumentando: ¿desde dónde y para qué?
Trabajo en equipo para desentrañar el misterio del Código B
Un grupo de investigadores españoles adaptó el código de la Biblia del equipo de Eliyahu Rips a los caracteres latinos, es decir, realizaron un programa informático que incluía la posibilidad de hacer búsquedas en el contenido de los cinco libros de la Torá en idioma castellano.
La pretensión que encierra la propuesta de estos investigadores es realizar algo parecido a lo que se hace desde el programa SETI.
Programa que analiza cualquier señal proveniente del espacio exterior hasta la Tierra para su análisis en los ordenadores personales de aquellas personas que quieran colaborar de forma altruista en la investigación.
En este caso a través de lo que han designado como “proyecto cryptorah”, se pretende hacer extensiva la búsqueda a todas aquellas personas que quieran colaborar a desentrañar el supuesto código secreto que ocultan las Sagradas Escrituras.
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ÚLTIMOS COMENTARIOS RECIBIDOS
Adrián Barrenechea, nos dijo en un comentario:
“Definitivamente veo una falta impresionante de sustento en esa idea descabellada de que el ADN fué traído en un vehículo desde otro planeta, porque es demasiado complejo como para explicar la evolución en este planeta…Por favor este acerto, no hace otra cosa que echar por tierra las hipótesis planteadas por los defensores a ultranza de la Teoría evolucionista.;la Biblia, desde el génesis y su asentamiento en el Salmo 119:13-16 ya nos habla del ADN“.
Actually Notes, responde:
Agradeciendo el comentario realizado, nos gustaría apuntar que cualquier especulación en el tema que tratamos apenas se sustenta desde un plano lógico y objetivo. No obstante, la opinión sobre el asunto del ADN proviene de su descubridor Francis Crick. Y como tal, su opinión, en este sentido, tiene el valor que tiene. De otro lado, los salmos apuntados por nuestro lector no se refieren al ADN.
Un lector decía, un 16 de enero de 2009
“clarito se nota que no eres espiritual. Nosotros somos almas vivientes compuestos de cuerpo y espíritu. El cuerpo va al polvo y el espíritu regresa a Dios. Tu alimentas el cuerpo y te irás al polvo. Yo alimento el espíritu y regresaré a Dios para gozar de una vida eterna al lado de Jesucristo y de Dios. (esto es fe, ya que sin fe es imposible agradar a Dios). Le pido DIOS QUE TE DE SABIDURÍA, para que no blasfemes más, porque tu castigo va a ser grtande sino te arrepientes. Promesa de Dios, no es mía“.
Carlos Belane, responde:
Estimado lector, este artículo, como el resto de artículos que escribo no expresa opiniones, recoge información bibliográfica contrastada, la condensa, de forma algunas veces más crítica, y la ofrece al lector para el debate, para el pensamiento y la reflexión. Creo que una segunda lectura del mismo le ofrecería una visión distinta. Por un lado, porque no encuentro blasfemia alguna, de otro porque no entiendo dónde percibe que este que escribe, “alimenta el cuerpo” y por ello, me iré al polvo. Me parece, dicho con todos los respetos, que sus juicios no son demasiado espirituales.
Para saber más:
→ “El Nuevo Código Secreto de la Biblia”, Michael Drosnin, Editorial Planeta.
→ Más información sobre el código y el programa informático con el que realizar búsquedas sobre el Código Secreto de la Biblia en castellano, se puede localizar en la siguiente página de Internet:
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