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Obras literarias escritas desde la cárcel: La balada de la cárcel de Reading, De Profundis. Óscar Wilde
El poeta, dramaturgo y novelista Oscar Wilde fue enormemente famoso en su época tanto por sus escritos como por su mordaz ironía y su agitada vida personal, llena de enfrentamientos con otras figuras importantes del momento y también de escándalos relacionados con su vida amorosa.
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Como ya contamos en la biografía de Óscar Wilde, a principios de la década de 1890, entró en un amargo conflicto público con el marqués de Queensberry, que era el padre del amante del propio Wilde, Lord Alfred Douglas.
En un momento en el que cualquier atisbo de homosexualidad era castigado por la ley, el marqués acusó públicamente a Wilde de ser un sodomita, a lo que el escritor respondió denunciándole por haberle difamado.
En el juicio que siguió a este enfrentamiento, que fue muy seguido por el público, se acusó a Wilde de sodomita, de corrupción de la moral y de horrible indecencia con otros hombres.
El tribunal encontró al escritor culpable y, buscando darle un fuerte castigo que sirviera como ejemplo, fue condenado a dos años de prisión y de trabajos forzados.
Los posteriores juicios, con los que Wilde intentó librarse de la pena, solo confirmaron su condena.
Fue precisamente en 1897, mientras vivía sus últimos meses de cárcel y sufría a causa del aislamiento que había vivido y de los daños que el duro trabajo físico habían causado en su cuerpo, cuando escribió “De profundis” o la Balada de la cárcel de Reading.
En esta obra, escrita en forma de larga carta dirigida a su amante Lord Alfred Douglas, Wilde rememora su relación, su antigua visión de la vida centrada en el placer y como en ese momento, en el que la vida le castigaba de una forma que creía no merecer, había crecido espiritualmente.
Obras escritas desde la carcel De Profundis. Wilde
Aunque se reunió con su amante cuando salió de la cárcel, ese mismo año de 1897 se vieron separados por sus respectivas familias, que les amenazaron con dejarles sin un penique y llevarles de nuevo ante la justicia si no acababan con su relación.
Arruinado, prácticamente abandonado por los que le conocieron y muy mermado por el tiempo pasado en prisión, Wilde moriría en 1900 tras haber caído en una profunda depresión y soñando con los tiempos mejores de su pasado.
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