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Cómo eran las catacumbas y su simbología
El Cristianismo, mientras fue perseguido por el Estado Romano hasta el siglo IV, cuando se firma el Edicto de Milán del año 313, plasmó parte importante de su arte en el único lugar que era invisible para los romanos, en las catacumbas.
Ese arte expresaba principalmente sus vivencias y su fe, fundamentándose en el propio arte del Imperio, adecuado a su forma y exigencia espiritual.
Pero las catacumbas no fueron solo patrimonio de la ciudad eterna, de Roma, ya que se han localizado en casi todos los territorios que ocuparon los romanos, por ejemplo hay catacumbas en París, de las que se dice que están encantadas
Así las cosas, el arte cristiano, precisamente, se diferencia en dos etapas.
La primera, en el tiempo en que era perseguido, donde por imperativo se muestra humilde y simbólico; y una segunda etapa, tras el fin de la persecución, donde comienza un rapidísimo y espectacular crecimiento.
¿Qué eran exactamente las catacumbas?
Pero: ¿qué eran exactamente las catacumbas? Las catacumbas son galerías excavadas bajo tierra, en general muy estrechas, que se utilizaron como refugio de los cristianos frente a los romanos, cuando eran acechados por ellos, ya que la religión cristiana solo profesa fe a un dios único, mientras que los romanos eran politeistas, adoraban a muchos dioses.
En el interior de las catacumbas, además del rito a Dios y de predicar su palabra, se celebraban reuniones y se celebraba el ágape, la comida fraternal de carácter religioso destinada a estrechar los lazos que les unían.
Las catacumbas, con el correr del tiempo, constituyeron una intrincada red invisible a la ciudad. Sus muros se utilizaron como nichos para los enterramientos.
Estas tumbas se decoraban con sencillez artística. En algunos casos, surgen capillas, criptas, de reducido tamaño.
En la conurbación de varias calles subterráneas aparecen espacios más amplios que se denominaron “cubiculi” y que se destinaban a la práctica del culto.
¿Cómo se decoraban las catacumbas?
Las catacumbas eran decoradas con pintura. Estas obras de arte han sido consideradas como el embrión del arte cristiano como tal.
La iconografía que desarrollaron estos primeros artistas cristianos se fundamenta en el simbolismo: el pez, el cordero (símbolos de Jesucristo); el delfín, el pan o el áncora, que simbolizaban la salvación eterna. O la paloma, significante del alma.
También sobre los oscuros muros de las catacumbas se representaban pasajes del Antiguo y Nuevo Testamento.
El hecho de que en las catacumbas se sepultara a los Santos, además de convertirlas en santuarios, las convirtieron en lugares de peregrinación.
Actualmente, en la ciudad de Roma existen varias catacumbas abiertas al público.
Las de san Calixto, excavadas en toba volcánica, donde es posible visitar las tumbas de los primeros papas.
También las catacumbas de san Sebastiano, donde se pueden contemplar inscripciones sobre san Pedro y san Pablo, que indican que muy posiblemente sus restos fueron enterrados allí en algún momento de la Historia.
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