El escándalo de Tonya Harding, la historia completa
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Margot Robbie es actualmente una de las actrices más populares de Hollywood. Cuenta en su haber éxitos como “El lobo de Wall Street” o el “Escuadrón Suicida”. O, ahora con la última película de Quentin Jerome Tarantino: “Érase una vez en Hollywood“, en la que interpreta a la malograda Sharon Tate.
Para interpretar a Tonya Harding, tuvo que cambiar mucho la imagen a la que nos tiene acostumbrados, por lo que cuando se supo que interpretaría a la patinadora, la red quedó inundada de imágenes y comentarios vinculados a dicha transformación.
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Pero la historia que va a protagonizar Robbie dista mucho de ser un biopic más pues los acontecimientos reales en los que se basa distan mucho de carecer de interés. Robbie encarna a Tonya Harding, la protagonista de uno de los escándalos deportivos más conocidos de los años noventa.
¿Quieres conocer su historia? ¡Entonces, sigue leyendo!
Tonya Harding, una de las mejores patinadoras de Estados Unidos
La que llegó a ser una de las mejores patinadoras de Estados Unidos y, también, uno de los personajes más controvertidos de la historia deportiva del país no tuvo unos comienzos fáciles.
Tonya Harding nació en 1970 en el seno de una familia con graves problemas económicos.
En entrevistas y artículos posteriores a los hechos que vamos a presentar, Tonya llegó a indicar que en su casa sobrevivían gracias a la caridad y que muchas veces llegaba a la pista o al colegio sin comer porque en su casa no había para ello.
También acusó a su madre de maltratarla física y psicológicamente en multitud de ocasiones durante su infancia y adolescencia. Tonya empezó a patinar con apenas tres años y su talento fuera de lo común muy pronto la hizo destacar por encima de otras competidoras de su edad.
Fue avanzando en términos competitivos a lo largo de los años y muy pronto dejó los estudios para centrarse en su carrera deportiva.
El estilo de Tonya, muy alejado de los cánones habituales vinculados al patinaje artístico, conquistó filias y fobias a partes iguales pero su técnica, su gran habilidad a la hora de realizar saltos y sus arriesgados programas la hicieron convertirse en una de las mejores patinadoras estadounidenses conocidas hasta el momento.
Harding tuvo su mejor época como patinadora profesional a principios de los años 90. En 1991 conquistó el título en el campeonato nacional estadounidense y, ese mismo año, quedó segunda en el campeonato mundial. En esta última cita, se convirtió en la primera mujer en debutar un triple axel con éxito en una competición internacional.
Ese mismo año, también debutó por primera vez la combinación de triple axel con un doble toe loop.
Estas difíciles combinaciones convirtieron a Tonya en una auténtica estrella y parecía que tenía asegurado un puesto en el pódium de los próximos juegos olímpicos, que se celebrarían en 1992 en Abertville, en Francia.
Sin embargo, durante dichos Juegos, Tonya tuvo una mala actuación y terminó cuarta, siendo sobrepasada por dos de sus compatriotas, Kristi Yamaguchi y Nancy Kerrigan, que alcanzaron el podio.
El ataque a Nancy Kerrigan
Tras los Juegos Olímpicos de 1992, la carrera de Tonya Harding pareció desinflarse.
Sus resultaron distaron mucho de ser los que conquistó durante los años 1991 y 1992 y su estrella parecía estar en declive.
Durante esta época, Tonya estaba casada con Jeff Gillooly, con el que tuvo una relación volátil. Le pidió el divorcio en dos ocasiones y llegó a solicitar una orden de alejamiento de su persona, pero también volvieron a estar juntos en diversas ocasiones e, incluso, le convirtió en su mánager.
Sus problemas personales, unidos a cambios de entrenadores constantes y problemas de consistencia en las competiciones, hicieron que su fama fuera disminuyendo, a la vez que aumentaba la de varias de sus competidoras más cercanas, en especial Nancy Kerrigan.
Sin embargo, el cambio de ciclo de los Juegos Olímpicos de verano con los de invierno hizo que se celebraran ediciones de estos últimos tanto en 1992 como en 1994.
Esto significaba que Tonya Harding tenía la oportunidad de clasificarse de nuevo para unos Juegos y llegar a cumplir su gran ambición de conseguir una medalla olímpica.
Sin embargo, para poder participar, debía quedar en los primeros puestos del campeonato nacional de Estados Unidos, que serviría para dilucidar qué patinadoras acudirían a los Juegos en representación de Estados Unidos.
Tonya Harding corría el riesgo de no poder acudir si se veía sobrepasada por Nancy Kerrigan y Michelle Kwan, basándose en los pobres resultados que había conseguido esa temporada y la mala imagen que estaba dando tanto por sus problemas personales como por su falta de consistencia competitiva.
Tonya Harding necesitaba ganar esa competición.
Poco antes de la competición, en una de las últimas prácticas que realizaban las patinadoras, ocurrió un acontecimiento que nadie podía prever.
Un hombre atacó a Nancy Kerrigan cuando salía de la pista, golpeándola violentamente en la rodilla derecha con una barra o porra.
Los gritos de Kerrigan fueron escuchados por las personas que estaban en el entrenamiento y las cámaras captaron el momento en el que Nancy fue descubierta llorando en el suelo y gritando de dolor después del ataque.
Nancy quedó lesionada y no pudo competir; Tonya fue la vencedora y había serias dudas de que la gran favorita pudiera llegar siquiera a optar a participar en los Juegos Olímpicos.
Las consecuencias del ataque de Tonya Harding
La sorpresa saltó a los medios cuando se descubrió unos días después que el atacante de Kerrigan había sido Shane Stant, un sicario que había sido contratado por el ya entonces ex marido de Tonya, Jeff Gillooly y el guardaespaldas de Tonya, Shwan Eckhardt.
El escándalo fue mayúsculo y la prensa se lanzó a contar la historia de la princesa del patinaje que había sido cruelmente atacada por una rival celosa que procedía de los extractos más bajos de la sociedad y que había contado con la ayuda de su marido y un matón para conseguir una victoria que no le correspondía, mientras la investigación continuaba.
Tonya negó haber participado o tenido conocimiento del ataque con anterioridad, aunque los implicados enseguida declararon que ella había sido una de las personas que lo habían orquestado.
El comité olímpico estadounidense planteó la posibilidad de apartar a Tonya del equipo olímpico y no dejarla competir en los Juegos, pero esta idea fue rechazada al no haberse probado por entonces la culpabilidad de Tonya y la amenaza de una gravosa denuncia que podía derivarse de este hecho.
Así pues, Tonya y Nancy Kerrigan, que consiguió recuperarse para el evento, participaron en los Juegos Olímpicos en febrero de 1994.
Tonya Harding, en octava posición
Sin embargo, Tonya no consiguió su objetivo. Su actuación no fue demasiado brillante y quedó en octava posición, muy lejos del podio. Por su parte, Nancy Kerrigan obtuvo la medalla de plata.
El circo mediático en torno al ataque de Nancy Kerrigan continuó durante los meses posteriores a los Juegos Olímpicos.
Giloolly declaró que Tonya había conocido sus planes con anterioridad y que había hablado con ella al respecto la noche anterior.
Tonya, por su parte, indicó que no había conocido el ataque con anterioridad, sino que lo supo después y calló por miedo a su ex esposo, que la había amenazado físicamente. Para evitar males mayores, en marzo de ese mismo año Tonya se declaró culpable del delito de haber entorpecido la investigación criminal llevada a cabo en torno al ataque a Nancy. Nunca se pudo demostrar que Tonya había hecho más que esto, aunque las especulaciones respecto a su verdadera intervención en el ataque siguen vivas a día de hoy.
Como consecuencia de este hecho, se desposeyó a Tonya de su título de campeona de Estados Unidos del año 1994 y se le prohibió competir o vincularse a ninguna actividad relacionada con la U. S. Figure Skating Association lo que, en la práctica, supuso el fin de su carrera en el patinaje.
La repercusión de este caso fue tan grande que todavía hoy se discute sobre el enfrentamiento entre Nancy Kerrigan y Tonya Harding.
El suceso protagonizó portadas de revistas de la talla de “People” o “Newsweek” y se llegó a ver cómo los periodistas acampaban delante de los alojamientos de las implicadas durante el periodo inmediatamente anterior y posterior a los Juegos Olímpicos.
Se llegaron a componer canciones sobre el tema, se escribieron libros y hasta llegó a realizarse una representación operística que tenía la rivalidad de Nancy y Tonya como clave principal.
El suceso sigue recordándose y saltando a la prensa cada vez que producen unos Juegos Olímpicos de Invierno y continúa siendo uno de los principales escándalos deportivos de todos los tiempos. Ahora, esta historia renace con el próximo estreno de la película protagonizada por Margot Robbie, que llevará por título “Yo, Tonya”.
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Me gustó mucho la pelicula. La recomiendo, comoe ste artículo. Gracias