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El futurismo ruso, al igual que el futurismo italiano, surgió como una revuelta contra el movimiento simbolista.
Escuelas del futurismo ruso
Los artistas futuristas rusos se dividen en dos escuelas secundarias denominadas: cubismofuturismo y egofuturismo.
El cubofuturismo surge cuando Aristarj Lentúlov regresa de París en el año 1913 y exhibe sus trabajos en Moscú. En ese momento, los pintores futuristas rusos adoptan las formas de Cubismo y lo combinó con el Futurismo italiano.
Los principales poetas de este movimiento incluían a David Burliuk (1882-1967), Aleksej Krucenyx (1886-1968), Vladimir Mayakovsky (1893-1930) y Viktor (Velemir) Khlebnikov (1885-1932).
El más importante exponente del futurismo ruso Viktor (Velemir) Khlebnikov
Khlebnikov fue aclamado como el poeta más profundo e inventivo del movimiento cubofuturista.
Su estudio abarcó desde neologismos densos y privados hasta versos exóticos escritos en palíndromos.
Su poesía, innovadora e inspiradora para sus contemporáneos, era demasiado impenetrable para llegar a una audiencia popular. El cubofuturismo era Mayakovsky, cuya poesía era una mezcla de exageraciones extravagantes e imaginaciones egoístas y arduas.
Después de su muerte, Mayakovsky fue canonizado por Joseph Stalin como “el mejor y más talentoso poeta de la época soviética“.
Egofuturismo: el ‘yo’ a través de la POESíA
La segunda subescuela, el Egofuturismo, ganó impulso en 1911 gracias al poeta Ivan Ignatiev.
El Egofuturismo, como el CuboFuturismo, estaban preocupados por las imágenes urbanas, las palabras excéntricas, los neologismos y rimas experimentales.
En contraste con el cubofuturismo, los egofuturistas se dedicaron a la exploración intensiva del “yo” a través de la poesía. Otros poetas en Egofuturistas que podríamos citar son: Vasilisk Gnedov (1890-1978), Igor Severyanin (1887-1941) y Vadim Shershenevich (1893-1942).
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