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¿Cuál es la era o época victoriana?
La época victoriana forma parte fundamental de la historia reciente del Reino Unido. Se trata de un tiempo que se conoce como el punto álgido de la Revolución Industrial y de la grandeza del Imperio británico. Sin embargo, no existe consenso al determinar el tiempo que abarca esta Era.
En este sentido, el periodo más extendido, sobre el que estudian los historiadores, es el que marca el comienzo de la Época Victoriana en el reinado de Victoria I, que reinó desde la muerte de su tío paterno, Guillermo IV, el 20 de junio de 1837, hasta el día de su fallecimiento: el 22 de enero de 1901. También fue emperatriz de la India, cuando los ingleses dominaban el país.
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Pero, sin duda, este tiempo es un momento vertiginoso, de cambios, innovaciones…….. que nos ha dejado un buen número de curiosidades. Comencemos con ellas…
Una taza especial para el té de los caballeros: copas de bigote
Era cuestión de bigotes. En la época Victoriana se llevaba mucho, entre los hombres, los bigotes, más o menos frondosos. Por ello, algún ingenioso inventor tuvo la ocurrencia de proteger las tazas, como podemos ver en la imagen inferior con el objetivo de evitar que los bigotes se sumergieran en el té. Oportunamente, se les puso en nombre de copas de bigote.
La moral en la época Victoriana
Como escribe el historiador Harold Perkin: “Entre los años 1780 y 1850, los ingleses dejaron de ser una de las naciones más agresivas, crueles y sanguinarias del mundo y se convirtieron en una de las más educadas, mojigatas e hipócritas”.
La transformación disminuyó la crueldad hacia los animales, criminales y niños (en ese orden); suprimiendo muchos deportes y espectáculos crueles.
Así sucedió con las “Bull–baiting“, peleas entre perros y toros y las peleas de gallos, sobre las que se realizaban apuestas y sobre las que se representaba un sanguinario espectáculo.
Los valores victorianos se implantaron en todas las clases sociales y alcanzaron todas las facetas de la vida cotidiana. Los valores de la época pueden clasificarse como: religión, moralidad, evangelicalismo y ética del trabajo.
Algunos historiadores contemporáneos han llegado a considerar la era victoriana como una época de muchos conflictos, como el cultivo generalizado de una apariencia externa de dignidad y moderación, junto con serios debates sobre cómo exactamente se debe implementar la nueva moralidad.
También tuvo cosas buenas como que el comercio internacional de esclavos fuera abolido. La esclavitud se terminó en todas las colonias británicas, el trabajo infantil puso su punto final en las fábricas británicas y se produjo un largo debate sobre si la prostitución debería ser totalmente abolida o estrictamente regulada. La homosexualidad siguió siendo ilegal y la doble moral sobre este tema se materializó en el castigo que recibió Óscar Wilde, primero elevado a los altares como dramaturgo exitoso, luego bajado al infierno (de la cárcel) por las acusaciones de homosexualidad.
El invento de la hidroterapia
La cura de agua, en inglés conocida como: “the water cure”, se puso de moda en la época victoriana.
Así, lo que hoy conocemos como “hidroterapia”, fue la práctica de usar baños de agua fría o caliente para curar casi cualquier cosa que se pueda imaginar
De hecho, muchos médicos que atendían a clientes adinerados, abrieron sus propias clínicas de hidroterapia. Daba igual el ‘mal’ que te aquejara, desde la calvicie, pasando por la “histeria”, siempre era posible curarse utilizando las supuestas bondades del agua.
La fotografía post mortem también se puso de moda en la Era Victoriana
En el tiempo en que se inventó la fotografía los métodos para llevar a cabo la impresión de imágenes era caro, requería de paciencia y habilidad; y por supuesto de un material tecnológico que estaba, en ese momento, al alcance de muy pocos.
Quizá por esa razón, por contar con escasas fotografías familiares, se puso de moda hacer un esfuerzo económico y retratar a los fallecidos, rodeados de sus seres queridos.
La cuestión es que se realizaban fotografías como si la persona muerta formara parte del retrato familiar, como podemos ver más abajo en la imagen, donde toda la familia posa ante el ojo de la cámara mientras, sobre el suelo y con la cabeza en un almohadón, yace una niña pequeña, también junto a su osito de peluche.
Las fotografías post mortem eran una forma de mantener un recuerdo del familiar fallecido. Y, aunque esta práctica nació en Francia, pronto se extendió por la sociedad victoriana.