La historia moderna de la ornitología comienza con el emperador medieval Federico II, el primer ornitólogo “moderno” que estudió las aves en detalle en el siglo XIII, gracias a su pasión por la cetrería.
Federico II, el Sacro Emperador Romano nacido en el lejano año de 1194, es recordado por pelear tanto con el Papa (llegó a ser excomulgado), como por promover la literatura y la ciencia en Sicilia y, por supuesto, por su fascinación por las aves.
De arte venandi cum avibus, “El arte de cazar con pájaros”, se considera como “el primer libro dedicado enteramente a la ornitología”, así lo asegura la autora Janice M. Hughes.
Federico II, fue un rey aficionado a la cetrería quien aprovechó su experiencia en la observación durante más de treinta años, trabajando con aves rapaces, para registrar sus observaciones sobre los comportamientos naturales y hábitos de alimentación de dichas aves.
“El interés de Federico II en la migración de aves fue sustancial“, escribe Hughes. “Su libro incluye discusiones sobre los tipos de aves que migran y dónde encontrarlas, por qué migran, a dónde van y cuándo, incluso cuando se detienen en el camino. En general, atribuyó los movimientos estacionales de las aves a las inclemencias del tiempo y la escasez de alimentos, pero tuvo cuidado de observar que las diferentes tolerancias de estas condiciones llevaron a diversas estrategias migratorias. Por ejemplo, las especies más resistentes a menudo viajaban distancias más cortas, y las especies con preferencias alimenticias particulares podrían tener que migrar más para encontrar su alimento en abundancia“.
El boom de la cetrería en Europa. El deporte ‘real’
La cetrería se hizo popular en Europa durante la Edad Media, comenzando alrededor del año 500 d.C.
En el libro antes referido se indica que “fue el deporte de la realeza durante siglos, con la posesión de halcones y otras aves de presa consideradas un símbolo de estatus“.
Federico II es considerado “el mayor entusiasta de la cetrería de todos los tiempos“, definitivamente tuvo influencia en cetrería, tal y como la conocemos.
Pero su libro, y la actitud que adopta hacia las aves, también marcó el comienzo del estudio científico de las aves por sí mismas, es decir, el comienzo de la ornitología moderna.
Federico II era una figura extraña: su apodo era “Stupor Mundi” o “Maravilla del mundo” porque tenía muchos talentos en muchas áreas.
Su escepticismo y su enfoque en sacar a Italia del control papal, convirtiéndola en la parte del Sacro Imperio Romano más secular, lo marcaron como un líder moderno.
El enfoque ordenado que le dio al estudio de las aves, el desarrollo, a través de la observación, las reglas y los principios del comportamiento aviar específico de las especies individuales, fue igualmente moderno.
La influencia de Aristóteles
El cetrero fue influenciado por el sistema de clasificación de Aristóteles, tal como se articula en su texto “Sobre los animales”.
En ese texto, como escribió Federico II, el filósofo griego dividió a las aves en tres categorías: aves acuáticas, aves terrestres y aves neutrales; que pasan el tiempo tanto en el agua como en la tierra, como el pato.
El emperador dividió aún más a las aves dentro de estas categorías, así como en categorías relacionadas con lo que comían y si atacaban a otros animales, como lo hacen las aves rapaces.
Este acercamiento a las aves se basó en el pensamiento de Aristóteles, pero llevó la idea de la clasificación más allá. Estas ideas se recogerán durante el Renacimiento y muchos años después.