Contenidos
Entrevistamos a Yván Pozuelo, autor de ‘La Guía Histórica de la Masonería en Asturias’
P. ¿por qué este libro?
R. Pecamos los historiadores de escribir para nosotros. Tras publicar mi tesis, reflexioné sobre cómo escribir un libro, que mantuviera el mismo rigor académico, pero sin tantas anotaciones y tantas matizaciones. Cuando el editor de masonica.es me propuso hacer una guía, todo encajó, sería una guía histórica, que aunque limitada a Asturias ofrece mucha información “generalista” sobre lo que fue la masonería en España.
P. ¿Qué encontrará el lector en esta Guia Histórica de la Masonería en Asturias?
R. Por primera vez, está el listado completo de los mil individuos que se adhirieron a las logias asturianas entre 1850 y 1937.
La primera parte muestra dónde vivían y dónde actuaban los masones en Gijón, Oviedo, Avilés y demás municipios. Cuando se viaje por Asturias se podrá a partir de ahora poner historia masónica a los lugares más emblemáticos del Principado. En una segunda parte, se presenta reseñas biográficas de masones como Melquiadés Álvarez, José Maldonado, Augusto Barcia Trelles, Pedro González Blanco, Rosario de Acuña y de individuos que fueron considerados como tales pero que no lo fueron como Jovellanos, Riego, Argüelles, Clarín, Leopoldo Alas Argüelles, Regina “la asturianita”. Además de encontrarse con la localización de las logias en el mapa de Asturias, la cronología de su historia, los sellos de las logias e incluso los testimonios de los propios masones frente a los interrogatorios de la policía franquista.
P. ¿Cómo de desconocida es la masonería?
R. Fue y es desconocida por la sociedad en general y por los propios masones. En España, Franco logró cortar la Historia de la masonería con una represión que no tuvo igual en ningún otro país. Siempre está la manía de definirla como secreta o discreta sin haberlo sido nunca.
Eso vende más de ahí que los títulos que sobre ella aparece en los grandes escaparates siguen siendo los de la antimasonería primitiva religiosa y su teoría conspirativa. Los demás libros, que son muchos, sobre el tema desde la perspectiva académica, que analizaron los dos millones de documentos que se conservan sobre dicha historia están abocados a la invisibilidad pública.
P. ¿Qué hay de realidad en ese mito creado con respecto a la masonería que, por otro lado, representa cierto oscurantismo?
R. A raíz de la salida del libro, un alumno de secundo de bachillerato al que otro profesor le había comentado que yo sabía algo de la historia de la masonería, se me presentó y me dijo que había intentado entrar en una logia pero que le había rechazado por la edad. Efectivamente, en todas las obediencias se admite a miembros que tenga al menos 18 años, incluso en alguna se conserva la tradición de los 21 años, siempre y cuando no seas familiar de masón con lo que podrías ser “medio admitido” como “Lovatón“. ¿Cómo lo intentó? Por internet. Se interesó, vio una página web de una logia, escribió, charló y paremos de contar. Antes, no había internet, había amigos, familiares, bibliotecas y manifestaciones públicas dónde verlos y contactar. El oscurantismo estuvo y está en el lado del que acusa a esta asociación de oscurantista. Y no pocos masones se afiliaron atraídos y convencidos de ese oscurantismo. Esta cuestión tiene una respuesta tajante en este libro, mostrando dónde estaban, qué hacían y lo nada secreto ni discreto de sus vivencias masónicas.
Te puede interesar:
Yván Pozuelo. El profesor sancionado por calificar a (casi todos) sus alumnos con un 10