Héroes olvidados: Personajes que cambiaron la historia (casi) sin protagonizarla
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La historia está llena de nombres famosos: reyes, conquistadores, políticos, artistas… Sin embargo, detrás de ellos hay una multitud de personajes más o menos anónimos que, con sus acciones, también contribuyeron a dar forma al mundo que hoy conocemos.
En este post, queremos rendir homenaje a algunos de esos héroes, aquellos que, sin buscar el reconocimiento, cambiaron el curso de la historia.
Rosalind Franklin: La científica detrás del ADN
Nacida en Londres en 1920, Rosalind Franklin se dedicó a la investigación en cristalografía de rayos X. Su trabajo fue fundamental para comprender la estructura del ADN, aunque en su momento no recibió el reconocimiento que merecía.
Su contribución fue crucial para el desarrollo de la biología molecular y la genética moderna. Sin embargo, Watson y Crick no la mencionaron en su artículo original sobre la estructura del ADN, publicado en 1953.
No fue hasta años después que se reconoció su papel en este importante descubrimiento. Rosalind Franklin falleció en 1958, a la edad de 37 años, víctima del cáncer de ovario.
Alan Turing: El padre de la computación moderna
De Alan Turing ya hablamos en un post anterior. Como sabemos, Turing fue un matemático británico que jugó un papel fundamental en el desarrollo de la informática y la inteligencia artificial. Durante la Segunda Guerra Mundial, descifró el código Enigma utilizado por los nazis, lo que contribuyó a acortar la guerra y salvar miles de vidas.
Además de su trabajo en computación, Turing también es conocido por sus contribuciones a la matemática, la lógica y la filosofía. Se le considera uno de los padres de la ciencia computacional y uno de los matemáticos más importantes del siglo XX.
Desafortunadamente, Turing fue víctima de la homofobia de la época. En 1952, fue condenado por “indecencia grave” y obligado a recibir tratamiento hormonal. Dos años después, se suicidó. En 2009, el gobierno británico le pidió disculpas por el trato que recibió.
Mary Shelley: La madre de la ciencia ficción
Mary Shelley fue una escritora inglesa que, a la edad de 19 años, escribió la novela “Frankenstein“, considerada la primera obra de ciencia ficción. La novela narra la historia de Víctor Frankenstein, un científico que crea una criatura artificial que luego se vuelve contra él.
“Frankenstein” no solo es una obra de terror, sino que también explora temas como la responsabilidad científica, la ética de la creación artificial y el miedo a lo desconocido. La novela ha sido adaptada al cine en numerosas ocasiones y sigue siendo una de las obras más influyentes de la literatura universal.
Sojourner Truth: La luchadora por la libertad y la igualdad
Sojourner Truth nació como esclava en Nueva York en 1797. En 1826, escapó de la esclavitud y se convirtió en una de las líderes más importantes del movimiento abolicionista y por los derechos de las mujeres.
Truth era una oradora elocuente y una activista incansable. Viajó por todo el país dando conferencias sobre la abolición de la esclavitud y la igualdad racial. También participó en la Convención de Seneca Falls de 1848, donde se redactó la Declaración de Seneca Falls, un documento fundamental para el movimiento por los derechos de las mujeres.
Sojourner Truth murió en 1883, a la edad de 86 años. Su legado sigue inspirando a personas de todo el mundo que luchan por la libertad y la igualdad.
Oskar Schindler: El empresario que salvó vidas
Oskar Schindler fue un empresario alemán que durante el Holocausto salvó las vidas de más de mil judíos. Schindler era miembro del Partido Nazi, pero se sintió conmovido por la situación de los judíos y decidió utilizar su posición para ayudarlos.
Schindler creó una fábrica en Polonia donde empleó a judíos, lo que les permitió evitar ser enviados a los campos de concentración. También sobornó a funcionarios nazis para que liberaran a judíos que ya estaban en los campos.
Schindler arriesgó su vida y su fortuna para salvar a miles de personas. Su historia es un ejemplo de la capacidad del ser humano para hacer el bien incluso en las circunstancias más difíciles y la vimos en la excelente película “La Lista de Schindler”, de Steven Spielberg, antes en la novela “El arca de Schindler”, de Thomas Keneally, ganadora del premio Booker de 1982.
