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La reina Isabel de Valois nació en Francia en el año 1546, siendo la primera hija del matrimonio formado por el rey Enrique II y Catalina de Médicis. El reinado de su padre, así como el de su abuelo Francisco I, estuvo dominado por los frecuentes enfrentamientos que mantuvo con Carlos V y Felipe II respectivamente.
Pero a finales de la década de los 50 del siglo XVI, parecía que la suerte se inclinaba del lado español. Las grandes victorias que obtuvo Felipe II frente a su enemigo francés, entre las que se incluyen la famosa batalla de san Quintín, obligaron a Enrique II a negociar rápidamente una paz con Felipe II que le evitara mayores derrotas.
Esto se consiguió gracias a la firma de la Paz de Cateau-Cambrésis, acordada en 1559 y, como era costumbre en la época, se esperaba que esta paz quedase ratificada mediante un matrimonio que afianzara los lazos entre ambas coronas. Y, para ello, el rey francés recurrió a la primera de sus hijas, Isabel de Valois.
Al comienzo de las negociaciones de paz, se trató la celebración de un matrimonio entre Isabel de Valois y el único hijo de Felipe II, el príncipe Carlos, quienes tenían una edad similar. Sin embargo, la muerte en 1558 de María Tudor cambió las cosas.
Felipe II debía contraer un nuevo matrimonio que asegurara su sucesión y, ante su petición, se fijó el enlace de Isabel de Valois con el rey español. En las fiestas que le siguieron, el rey Enrique II participó en un torneo en el que, mientras competía, la lanza de su oponente se rompió violentamente, de tal suerte que una parte de ella se le clavó en un ojo, provocándole la muerte a los pocos días.
La vida de casada de la joven Isabel de Valois no podía empezar con peores augurios.
Isabel de Valois llegó a Madrid en 1560. Sin embargo, dado que apenas contaba la regia novia con catorce años, la consumación de dicho enlace no fue inmediata.
La juventud de Isabel de Valois y el carácter de su marido hicieron que el papel político de la reina no fuera tan destacado como en el caso de otras soberanas, pero eso no significa que no existiera.
Isabel de Valois sostiene un retrato de su marido Felipe II
Las últimas investigaciones han indicado, a través del examen de su correspondencia con la reina regente de Francia Catalina de Médicis, que trató constantemente de favorecer los intereses franceses con desigual suerte y tuvo un destacado protagonismo en momentos puntuales de su reinado.
Sin embargo, su temprana muerte truncó cualquier posibilidad de llegar a ser más que un breve susurro en la Historia del siglo XVI. Poseedora de una salud frágil, Isabel de Valois dio a luz dos hijas, Isabel Clara Eugenia y Catalina Micaela, antes de morir como consecuencia de complicaciones relacionadas con un tercer embarazo que no llegó a prosperar. Tenía solo 22 años.
Poco tiempo antes, ese mismo año, había muerto el príncipe Carlos en extrañas circunstancias, después de que su padre decretara su encierro.
¿Isabel de Valois enamorada del Principe Carlos?
La leyenda y la acción propagandística vinculada a los enemigos de Felipe II han unido para siempre las semidesconocidas figuras de Isabel de Valois y el príncipe Carlos, diciendo que se habían enamorado y que sus respectivas muertes fueron obra del propio Felipe II, enloquecido por los celos.
Óperas, obras de teatro e incluso películas se han nutrido de esta incierta leyenda que ha perpetuado el nombre de una reina que llenó de alegría, durante un breve tiempo, la corte del gran Felipe II.
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