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📔 John Steinbeck: De Viva Zapata a las Uvas de la Ira

John Steinbeck en 1961


John Steinbeck llegó al éxito, y a recibir por él el premio Nobel de literatura en el año 1962 (cuando el Nobel era otra cosa), sin duda, por la forma en que expresó sus experiencias desde los diversos oficios y trabajos en que se empleó como mano de obra en el campo, cuando, muy temprano, dejó sus estudios en la Universidad estadounidense de Stanford.

John Steinbeck

Fue en esos trabajos agrícolas en los que tomó contacto con las más variopintas personalidades que encontró entre sus compañeros, con los que compartió largas y agotadoras –además de mal pagadas– jornadas de trabajo.

Y es así que, a lo largo de toda su producción literaria, da cuenta de un mundo desfavorecido, sin fortuna, en el que describe la lucha cotidiana de aquellas personas que dependen de la tierra y de su esforzado trabajo para la supervivencia.

En un comienzo, las obras de Steinbeck, no fueron exactamente por ese camino. Su estreno literario, con veintisiete años, fue “La Copa de Oro”, una biografía del famoso pirata Henry Morgan donde se narran las andanzas y “hazañas” de este ladrón de los mares durante el siglo XVII.


Esta obra temprana, pasará inadvertida en el futuro debido precisamente a la “especialización” temática de su obra, y que da comienzo tres años más tarde, en 1932, con “Las Praderas del Cielo”; una colección de relatos en los que describe cómo es la vida de los hombres del campo del sur de California.

La descripción se realiza desde ese punto de vista social que asoma en su escritura. En 1933, tan solo un año después, escribe “A Un Dios Desconocido”, novela, de título revelador, en la que perfila un retrato (que puede resultar inverosímil) sobre la historia de un granjero (de nuevo un hombre del campo como protagonista) que atenazado por la terrible y duradera sequía que subyuga sus tierras, decide suicidarse al modo en que las tradiciones y los cultos paganos indicaban para que la tierra diera su fruto.

Desde antiguo, han existido ritos consistentes en el sacrificio de la vida de personas con los que se pretendían invocar y atraer la suerte.

Durante todo el tiempo en que se extendió el Imperio Romano, por ejemplo, se practicaron sacrificios a beneficio de los dioses, buscando su amparo y socorro para que los suelos fueran fértiles y las lluvias abundantes.

El protagonista de “A Un Dios Desconocido” decide seguir el rito de la inmolación acuciado, precisamente, por esa necesidad.

Tortilla Flat y En lucha incierta

A Steinbeck, el primer éxito de crítica y público, le llega realmente en 1935 con “Tortilla Flat”, y en 1936 con “En Lucha Incierta”.  En la primera, calificada por la crítica como una novela que camina entre la picaresca y el romanticismo, encuadra la historia de un grupo de jornaleros de origen mejicano que habitan en los alrededores de Monterrey, mientras que en la segunda, nos cuenta el desarrollo de una huelga de trabajadores en los campos californianos.

Las Uvas de la Ira

La consagración de Steinbeck en 1939 con “Las Uvas de la Ira” ha provocado que se minusvaloren sus obras anteriores, que no hacían otra cosa que abrir el camino narrativo hacia esa superación que se alcanza al crear obras que superan el inevitable paso del tiempo.

En 1937 escribió “De Ratones y Hombres”, un relato que se puede considerar de mayor fuerza dramática que “Las Uvas de la Ira”. En la primera se muestra la relación que mantienen dos hombres, dos braceros, que intentan, de forma desigual, conseguir un fin similar: tener una granja en propiedad.

En “Las Uvas de la Ira”, considerada una de las obras fundamentales de la narrativa norteamericana, Steinbeck, hace un recorrido por la vida de una familia que desde una deprimida localidad de Oklahoma se ve obligada a emigrar a California durante los difíciles años de la depresión, y donde la protesta de tipo social de este escritor alcanza las cotas máximas. Este trabajo supuso que en 1940 recibiera el Premio Pulitzer.

John Steinbeck en 1961

La relación de Steinbeck con el cine fue muy próxima y fecunda. Escribió el guión de “Viva Zapata”, película interpretada por Marlon Brando y dirigida por Elia Kazan en 1952. El mismo director, adaptó la novela “Al Este del Edén”, también de Steinbeck, por la que el joven, inadaptado y malogrado James Dean recibió la nominación póstuma al Oscar de la Academia de Cine como mejor actor.

La Perla”, un ensayo de Steinbeck del año 1946, más en su línea de respuesta social, también fue adaptada a la gran pantalla. En este caso por el mexicano Emilio Fernández, más conocido como el Indio Fernández. Y es que Steinbeck mostró mucho interés por la revolución social encabezada por Emiliano Zapata, demostrando así una vez más el idealismo de su literatura.

Y a mi que este rostro me recuerda a Charles Bukowski. ¿Solo el rostro?

Los personajes que Steinbeck dibuja en su narrativa expresan una gran humanidad, indeleble a pesar de estar inmersos en el desconsuelo de la injusticia. Son héroes a pesar de la derrota, pues su dignidad sobrepasa la iniquidad de sus destinos.

Otras obras de interés de John Steinbeck:

Una Vez Hubo Una Guerra”, 1936.

Los Hechos del Rey Arturo y Sus Nobles Caballeros” y “Diario de una Novela”, publicadas una vez fallecido. La primera, del año 1976, es un producto muy diferente al conjunto de su obra: un tratado de erudición sobre las leyendas artúricas y; la segunda, un relato en el que expone el proceso creativo de su novela “Al Este del Edén.

En los Arrabales de Cannery”, 1945.
La Luna Se Ha Puesto”, 1942.
Por el Mar de Cortés”, 1951.

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