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Grace de Monaco, la película y la historia real
Sin duda, la polémica persiguió a la adaptación a la gran pantalla que se realizó en torno a la vida de la siempre fascinante y elegante princesa Grace de Mónaco…
…Desde retrasos en su estreno (se pensaba estrenarla a finales del pasado año 2013, con la intención de que pudiera tener la oportunidad de ser nominada para las presentes ediciones de los Globos de Oro y los Oscar, pero su estreno se ha retrasado ya dos veces) hasta los testimonios públicos realizados por los hijos de la difunta princesa, Alberto, Carolina y Estefanía, defendiendo que el contenido de la película no se corresponde con los hechos reales, la cinta protagonizada por Nicole Kidman y Tim Roth se hizo muy conocida mucho antes de su estreno.
Grace de Monaco, que hablen de ti, aunque sea mal…
Sin embargo, como proclama el dicho popular, ninguna publicidad es mala y la película sobre la actriz de Hollywood que se convirtió en una de las princesas más elegantes y respetadas de Europa se ha convertido en una de las más esperadas de este año.
Esta cinta, abrió el festival de Cannes de 2014, participando en él fuera de concurso.
Pero los espectadores deben tener en cuenta que esta película no es un biopic al uso; no cuenta la historia de Grace Kelly desde su juventud hasta su desgraciada muerte en 1982, sino que se centra en un periodo muy concreto de su vida.
Su argumento cuenta los avatares de la vida de la princesa Grace durante los primeros años de la década de los 60, cuando su matrimonio con el príncipe Rainiero III está atravesando una importante crisis, a la que se une la propuesta que hace a la princesa el mítico director Alfred Hitchcock de volver al cine protagonizando su película “Marnie la Ladrona”, una propuesta que despierta la indignación de los ciudadanos de Mónaco y de la Casa Principesca de los Grimaldi.
Todo esto tiene lugar mientras Mónaco se encuentra sumido en una importante crisis diplomática con su vecina, la Francia de Charles de Gaulle, que pudo abocar al pequeño principado a un enfrentamiento directo en el que no tendría prácticamente ninguna oportunidad de ganar.
Ante tal situación emerge la figura de Grace como la de una mujer excepcional que, gracias a su inteligencia y a su talento, supo salir airosa de todos los problemas que se le presentaron en este momento y ayudar a su país de adopción a superar una crisis internacional que podía haberle salido muy cara.
Grace Kelly Nicole Kidman
Imagen de Nicole Kidman del rodaje de Grace de Mónaco
Pero, ¿cuál es la historia real que hay detrás de las dos subtramas principales de esta película?
Dado que no estamos en posición de demostrar ni de desmentir que en los años sesenta el matrimonio entre Grace y Rainiero estuviera atravesando una grave crisis, como defiende la película, debemos centrarnos en los otros dos episodios principales que presenta esta narración, que son la posible vuelta al cine de Grace Kelly y el enfrentamiento diplomático que puso frente a frente a Rainiero y al presidente francés Charles de Gaulle.
El episodio que volvió a reunir al gran director Alfred Hitchcock con una de sus actrices fetiche es muy conocido. Grace Kelly había protagonizado tres de las películas más galardonadas del director (“Crimen perfecto”, “Atrapa a un ladrón” y “La ventana indiscreta”) antes de abandonar su carrera como actriz para casarse y deseaba que volviera a ponerse delante de su cámara para grabar con ella su nuevo proyecto.
Por otra parte, es muy conocido que Grace echaba de menos la vida que había dejado atrás y que, aunque cumplía a la perfección con sus obligaciones como princesa de Mónaco, deseaba volver a trabajar como actriz, su verdadera vocación.
Así pues cuando, en 1961, un Hitchcock en el pináculo de su fama le ofreció el papel protagonista en su siguiente película, “Marnie la Ladrona”.
Marnie, la ladrona
“Marnie la Ladrona” contaba la historia de una ladrona que utilizaba sus encantos y un gran arsenal de mentiras para ser contratada en distintos lugares como secretaria, para luego robar a sus jefes antes de darse a la fuga.
Sin embargo, en su camino se cruza Mark Rutland (interpretado por Sean Connery), que se enamora de ella y logra descubrir su juego, información que utiliza para forzar a Marnie a casarse con él.
Una vez juntos, Mark descubre que su mujer sufre importantes problemas psicológicos que le llevan a exhibir un comportamiento errático y delictivo, por lo que decide que deben enfrentarse a ellos por todos los medios posibles.
Hitchcock consideraba que este papel, de gran profundidad psicológica, era perfecto para el regreso de Grace a la pantalla grande y así se lo presentó a la princesa.
Grace aceptó su ofrecimiento prácticamente de inmediato y, al contrario de lo que muchos pensaron en los años posteriores, Rainiero no puso verdaderos problemas ante el deseo de su esposa.
Sin embargo, cuando la noticia se difundió, la opinión pública de Mónaco se alzó en rebeldía. Iba a ser su princesa la que iba a aparecer en la gran pantalla como una loca cleptómana y sexualmente problemática, algo que no debía permitirse.
A tanto llegó la indignación del pueblo monegasco, expresada de forma pública, que el gobierno y los responsables de palacio aconsejaron a Grace que rechazara el papel para evitar males mayores.
Grace lo hizo; el papel de Marnie fue finalmente a parar las manos de Tippi Hedreny la princesa nunca se volvió a plantear volver a actuar nunca más.
Rainiero de Mónaco y Charles de Gaulle, el Conflicto Francia Mónaco
La segunda subtrama, mucho menos importante en el desarrollo de la película, que otorga más importancia a los problemas que atraviesa el matrimonio, se vincula, como ya hemos indicado en las líneas anteriores, a los problemas diplomáticos que enfrentaron a Rainiero III y al presidente francés Charles de Gaulle a principios de los años 60.
En esa época, Francia comenzó a demandar al principado que endureciese sus leyes relacionadas con los impuestos, principalmente para impedir que ciudadanos y negocios franceses se estableciesen en Mónaco para evitar pagar los altos impuestos que existían en su país de origen, una práctica que se extendió enormemente entre las personas ricas de origen francés a finales de los años cincuenta y principios de los sesenta.
Para evitar en la medida de lo posible esta amplia fuga de capitales, Charles de Gaulle intentó presionar a Rainiero para que endureciese su política tributaria, aprovechando la importante dependencia que el principado tiene de Francia en multitud de cuestiones.
Sin embargo, Rainiero, consciente de que la creciente presencia de personajes importantes y ricos dentro de sus fronteras era el mayor activo económico con el que contaba su principado, se negó a seguir las demandas francesas a este respecto.
Tráiler Grace de Mónaco
Esto dio lugar a un conflicto diplomático cada vez más fuerte que llegó a su punto álgido en 1962, cuando Charles de Gaulle ordenó que se bloquearan las entradas por carretera que conectaban Francia con Mónaco, impidiendo el pase al principado por vía francesa de todo el mundo que intentara traspasar esos controles.
Rainiero se mantuvo firme en su posición durante un año pero, ante la creciente presión de su país vecino, se vio obligado a ceder, decidiéndose que a las personas de origen francés que llevasen menos de cinco años residiendo en Mónaco y a las empresas inscritas allí pero que hiciesen más del 25% de sus negocios fuera del principado se les aplicarían las mismas tasas de impuestos vigentes en Francia, entre otros cambios que impedían que los ciudadanos franceses utilizaran el Principado como paraíso fiscal.
Por lo que sabemos, estas son las dos historias reales base que se encuentran detrás de la película protagonizada por Nicole Kidman, aunque puede haber algunos puntos clave más, dado que hasta ahora solo contamos con argumentos parciales y breves resúmenes de esta película aún sin estrenar. (cuando escribíamos este artículo)
En cualquier caso, en los próximos meses saldremos de dudas sobre la naturaleza, el argumento y la calidad de la película que lleva por título el nombre de uno de los iconos del siglo XX: “Grace de Mónaco”.