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OTRAS FORMAS DE PROPAGANDA POLÍTICA
Como leímos en uno de los primeros artículos de Actually Notes, Las Armas del Poder, o de modo más ligero en La Publicidad “Moderna”, la propaganda política ha vestido muchos trajes, en algunos casos muy imaginativos realmente.
Y así lo es, curiosa e imaginativa, la historia que hoy traemos a nuestras páginas y que nos acerca a lo que sucedió en Tokio un 10 de agosto de 1945.
El título “Lluvia de Monedas en Tokio” no está elegido al azar porque realmente lo que llovió del cielo aquél día fueron monedas lanzadas desde aviones.
Si el día 6 caía sobre Hiroshima una bomba atómica dejando en cifras redondas 100.000 muertos y 20.000 heridos que fallecen tras una cruel agonía; y si un día antes, un 9 de agosto caía sobre Nagasaki la segunda bomba atómica lanzada por el ejército norteamericano, el día 10 lo que sobrevoló el cielo de la capital nipona cayendo al suelo fueron monedas.
¿Yenes desde el aire?
Eran yenes, o eso parecían, lanzados también por el ejército de los Estados Unidos.
En aquel día Japón ya había mostrado su interés en cesar su participación en la Segunda Guerra Mundial.
De hecho ya lo había planteado en junio, y en febrero, cuando se dirigieron a los rusos para que mediaran en una paz negociada, pero los rusos en la Conferencia de Yalta (4-2-1945) habían dejado de ser neutrales, y declararían la guerra a Japón a cambio de Sajalín, las Kuriles y Manchuria.
Tras la explosión nuclear de Nagasaki ya se sabía que no se lanzarían más bombas atómicas
Así las cosas, un 16 de julio se estaba probando en Nuevo México, en el desierto de Alamogordo, la primera explosión con éxito de una bomba atómica.
Tras la explosión nuclear de Nagasaki ya se sabía que no se lanzarían más bombas atómicas. Aún así, las dos lanzadas, incluso con la oposición de parte de algunos altos manos norteamericanos, fueron devastadoras como todos sabemos.
El 14 de agosto el gobierno japonés capitula sin condiciones en un documento enviado a las cuatro potencias aliadas.
El hecho de lanzar al cielo monedas falsas advirtiendo del peligro que podía acechar, tal y como se recoge en la Historia, no deja de ser una macabra anécdota que cuesta creer.
Sin embargo, el uso de este tipo de mensajes como se puede ver por ejemplo en Exordio fue abundante.
Se trataba de minar a las tropas contrarias y hacer valer el coraje, la superioridad y la fe en la victoria pintando sobre el papel el mensaje más poderoso.
Fuentes:
Historias Asombrosas de la Segunda Guerra Mundial
Jesús Hernandez. Nowtilus saber.
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