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5 reglas de oro para lidiar con el estrés
El estrés es parte de las reacciones naturales del cuerpo ante la presencia repentina de algún peligro o situación amenazante. En sí, consiste en la segregación de una serie de hormonas que producen tensión muscular, aceleración del ritmo cardíaco y un estado de alerta general (Medlineplus.gov). Prácticamente todas las personas lo experimentan con mayor o menor frecuencia.
Las consecuencias negativas relacionadas al estrés aparecen cuando este se vuelve un estado permanente, o, lo que es lo mismo, una condición crónica. El origen de este tipo de estrés puede ser diverso, relacionado a situaciones de la vida cotidiana que no podemos resolver con prontitud y tampoco somos capaces de apartar. Entre estas circunstancias destacan: la excesiva presión laboral, problemas relacionados al dinero, alguna enfermedad propia o de un ser querido, dificultades en las relaciones interpersonales, acoso escolar o la sobre exigencia.
Practicar actividades entretenidas y/o relajantes como si alguien vea películas o juega al casino en vivo puede distraernos, pero no soluciona el problema. En adelante ofrecemos cinco consejos para manejar situaciones estresantes, evitando así que menoscaben la calidad de vida.
Mantén tu cuerpo en movimiento
El ejercicio físico es un gran aliado para conservar saludables el cuerpo y la mente. Trae múltiples beneficios que alivian la sintomatología asociada al estrés crónico y también, en muchos casos, evita que se desencadenen problemas más graves a raíz de este.
Es bien conocido que la práctica regular de ejercicios aeróbicos fortalece el sistema circulatorio e inmunológico, además de los huesos y músculos en general, a la vez que favorece la irrigación sanguínea. Otra de sus ventajas es que eleva la producción de unas proteínas llamadas endorfinas, las cuales funcionan como neurotransmisores. Estas son llamadas regularmente las “hormonas de la felicidad”, ya que generan la sensación de placer y bienestar.
Por otro lado, el enfocarse en una actividad física durante al menos media hora ayuda a “desconectar” de las obligaciones que pueden ser motivo de estrés diario. Sin mencionar que aumenta significativamente la autoestima y la autoconfianza.
Pon en práctica técnicas de respiración consciente
Al momento de enfrentar una situación de estrés que dificulte encontrar soluciones coherentes, tomarse un momento para respirar puede hacer una gran diferencia. A través de la respiración podemos regular el ritmo cardíaco acelerado y la tensión general. Todo en unos pocos minutos.
Muchos psicólogos y terapeutas recomiendan realizar respiración abdominal. Esto es respirar lentamente por la nariz sintiendo como se hincha el diafragma y exhalar por la boca. Es importante tomarse el tiempo suficiente en cada bocanada de aire y repetir tantas veces como sea necesario para aliviar el malestar y poder pensar con más claridad.
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Pasa tiempo de calidad con otras personas
Todos hemos escuchado que los seres humanos somos animales sociables. Y no deja de ser cierto. Sin embargo, muchos de nosotros tendemos a aislarnos cuando enfrentamos los efectos del estrés crónico.
Hacerlo es un grave error, ya que diversos estudios han demostrado que la soledad, ya sea real (vivir solo) o percibida (sentirse solo) aumenta el riesgo de muerte prematura entre un 26 y un 32%. Por el contrario, pertenecer a grupos recreativos, deportivos, voluntariados y otros similares, disminuye hasta en un 25% el riesgo de depresión y trastornos relacionados al estrés (Elconfidencial.com, 2020).
Aprende las bondades de la meditación
Tomarse unos minutos al día para meditar ayuda a mejorar la concentración, la memoria, a desarrollar el autoconocimiento y a relajarse en general. No es necesario tener conocimientos ancestrales para meditar, existen muchísimas técnicas que pueden ajustarse al estilo de vida de cada quien. La mayoría de estas requieren de un lugar silencioso y donde no haya perturbaciones, dominar la respiración consciente y enfocar la atención en algo simple, como el hecho de respirar. Es fundamental no juzgar los propios pensamientos ni emociones que surjan durante el proceso.
Practica el autocuidado
Esta es quizá la regla más simple, pero es también esencial. Hay que asegurarse de dormir lo suficiente (entre 7 y 9 horas al día) y alimentarse sanamente, sin saltarse comidas. Al hacerlo, proporcionamos a nuestro cuerpo la energía necesaria para afrontar los retos del día a día.
Si tienes problemas para conciliar el sueño, hay muchos consejos muy efectivos como reducir la cafeína, el alcohol y el tabaco, programar un horario regular de sueño, desconectarse de pantallas y dispositivos electrónicos al menos una hora antes de dormir, etc.
¿Por qué es necesario saber lidiar con el estrés?
Como hemos mencionado, es prácticamente imposible eliminar por completo el estrés cotidiano, ya que se trata de una reacción física natural y necesaria para la supervivencia. No obstante, permanecer alerta por largos periodos de tiempo o sentirse constantemente amenazado puede traer consecuencias graves a la salud y el bienestar general de quien lo padece. Entre los males que pueden desarrollarse, están:
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Alteraciones del sueño y la alimentación;
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Fatiga crónica;
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Enfermedades en la piel;
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Obesidad;
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Dolores musculares persistentes;
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Cambios en el ciclo menstrual;
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Patologías gastrointestinales;
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Depresión;
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Ansiedad;
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Trastornos mentales.
Hay otras muchas secuelas que serán más o menos graves de acuerdo a la gravedad de los estímulos y al tiempo que se permanezca en el contexto estresante.
Las recomendaciones que se brindan en estas líneas pretenden ayudar a aliviar el estrés y a prevenir que derive en problemas graves de salud. Pero si al aplicarlas no ves resultados positivos o si te cuesta hacer a un lado las fuentes de estrés, es necesario consultar con un profesional de la salud mental.
