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¿Quién podría ser Rey de España?

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 Los Reyes Carlistas. Primera Parte

Desde la abdicación del rey Juan Carlos I, que convirtió en monarca a su hijo, el actual Felipe VI. Pero él no es la única persona que se denomina como rey de España. Existe otra persona actualmente a la que sus partidarios le consideran el legítimo monarca.

Su nombre es Carlos Javier I y es el actual pretendiente al trono vinculado a la rama carlista.

Carlos Javier I

El carlismo y los ideales que ha defendido han cambiado mucho a lo largo de los años y se ha intentado adaptar lo mejor posible a las distintas circunstancias históricas. A modo de ejemplo de este extremo, podemos mencionar que existe un partido carlista que se presenta a las elecciones desde hace varias legislaturas.

El carlismo y sus protagonistas han sido objeto de estudio en biografías, ensayos y textos de todo tipo, por lo que a continuación solo podremos ofrecer una visión más breve de una dinastía que todavía sigue existiendo en pleno siglo XXI.


El inicio de la compleja problemática del carlismo es bien conocido y se remonta a las primeras décadas del siglo XIX.

Tras su restauración en el trono después de la famosa guerra de la Independencia, Fernando VII en sucesivas ocasiones buscando dar herederos al trono.

Sin embargo, cuando se casó por cuarta vez con su sobrina María Cristina de Borbón, no tenía ningún hijo que le sucediera. 

Ante la perspectiva de que Fernando VII pudiera morir sin descendencia, su hermano menor Carlos María Isidro se presentaba como el prospectivo heredero del trono español. Este infante era conocido por su religiosidad y por su política de corte más conservador en un momento de crecientes reivindicaciones de corte liberal.

Fernando VII tuvo con su cuarta consorte dos hijas, Isabel y Luisa Fernanda y, desde poco después del nacimiento de la primera, el monarca se vio en la coyuntura de decidir si mantenía a su hermano pequeño como heredero, respetando la ley sálica en vigor que impedía reinar a las mujeres o bien anulaba tal legislación, de forma que la primera de sus hijas pudiera sucederle en el trono si moría sin tener un hijo varón.

El infante Carlos María no dejó de reclamar su mejor derecho al trono, como familiar varón más directo del monarca y sus partidarios cerraron filas en torno a su candidatura a la sucesión.

Entre dichos partidarios no solo se encontraban aquellos que personalmente preferían que heredara el trono el maduro infante en vez de una niña cuya corta edad, además, auguraba una larga regencia, sino también los que, por su ideología política y también religiosa, consideraban que Carlos María Isidro era una opción más cercana a sus intereses que apoyar a la nueva princesa y a su madre, la más que probable regente, que mantenía una posición mucho más cercana a los liberales que su cuñado.

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