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La historia de un invento que cambió la historia del mundo
Todos sabemos quién inventó la imprenta: Johannes Gutemberg, pero poco se sabe de los secretos que condujeron a su invención. Conocer los detalles, nos sorprenderá.
De Johannes Gutemberg y su vida personal e íntima se desconocen detalles fundamentales. Se sabe que se obcecó en guardar un esmerado secretísimo sobre las acciones mercantiles que emprendió. Secretismo que le llevó a tener problemas con sus socios comerciales.
Sabemos que Gutemberg recibió elevadas sumas de dinero para financiar sus proyectos y empresas. Un asunto que le condujo, literalmente, a la ruina.
Uno de esos prestamistas, le llegó a demandar judicialmente. Consiguió recuperar su dinero quedándose con toda la maquinaria que Gutemberg había creado.
Quién sabe si entre esos instrumentos había materializado no se encontraban los tesoros que le convertirían en el creador de algo que ya estaba inventado, pero que no cumplía con las necesidades mínimas para ser rentable y eficiente. Si, hablamos de la imprenta.
La Biblia de Gutemberg
Hasta que llegó Gutemberg a poner orden en esa gran empresa que era la impresión de libros, los tipos móviles se grababan materiales poco longevos, concretamente en plomo y en madera.
Ambos sistemas no perduraban en el tiempo: la madera se desgastaba con prontitud y el metal, aunque era más duradero, no conseguía conformar letras idénticas tras una impresión y otra.
Los secretos de Gutemberg
Gutemberg pensó cómo fabricar un molde que perdurara. Y lo consiguió cuando mezcló plomo con estaño y antimonio.
El plomo se oxidaba muy pronto, pero la aleación que él creó, no.
El antimonio lograba endurecer el molde y se mantenía pétreo impresión tras impresión, lo que daba un vuelco total a la forma en que se podrían imprimir los libros. Mayor rentabilidad y mejores resultados.
Gutemberg no inventó la imprenta
Antes de que Gutemberg se pusiera manos a la obra para desarrollar su imprenta, ya se utilizaban tipos, como decíamos, móviles de madera o plomo.
Eran pesadas prensas de metal, quizá basadas en los tornos utilizados para prensar olivas y uvas con las que producir aceite y vino.
Gutemberg adaptó ese modelo. Ese mismo torno utilizado para la impresión, pero con la aleación creada y compuesta de plomo, estaño y antimonio, ocurría la magia.
La tinta de Gutemberg
Por si fuera poco, Gutemberg inventó una tinta extraordinaria, basada en aceite, que incluso se podía colorear. Así fue cómo compuso la Biblia con imágenes coloreadas.
Sucedió en 1450, cuando consiguió imprimir sus primeros libros. Miles de volúmenes llegaron hasta Italia, con los textos de los clásicos de la literatura griega y romana.
A partir de entonces, se redujo el precio de cada libro. Quizá, sin darse cuenta, lo que Gutemberg estaba consiguiendo era que el Renacimiento perdurara.
Ya era sencillo y económico adquirir libros que, antes, solo estaban al alcance de los más ricos. Sin darse cuenta, quizá, estaba democratizando la cultura y el saber. Algo inédito hasta entonces.
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