La Penitenciaria Moundsville (Virginia, Estados Unidos): Pocos podrían pensar que este precioso edificio de estilo neorromántico fue, en realidad, una de las prisiones más duras de Estados Unidos. Inaugurada en 1876, estuvo activa hasta 1995.
Esta violenta cárcel tenía tan mala reputación que el tristemente célebre Charles Manson pidió ser trasladado allí tras su detención y una importante cantidad de sus internos murieron tras sus muros a causa de peleas o también por sus propias manos, así como víctimas de las torturas a las que les sometían los guardas.
Además de ello, durante el tiempo en el que estuvo activa, unas 94 personas fueron ejecutadas en esta cárcel: 85 fueron ahorcados y otros nueve murieron tras la implantación de la silla eléctrica en esta cárcel.
El más conocido de todos sus espectros es el llamado “Hombre-Sombra” (Shadow Man), una figura de negro sin rasgos que llena de oscuridad y de miedo a todas las personas con la que se cruza.
Algunos piensan que es el espíritu de un antiguo carcelero que sigue vigilando las celdas para que ningún interno espectral pueda escapar nunca de la prisión, mientras que otros creen firmemente que es un antiguo preso de alma negra que está buscando la salida de su eterna prisión.
En cualquier caso, esta penitenciaría se ha convertido en un lugar de visita obligatorio para todos los entusiastas de lo paranormal y la inmensa mayoría de ellos acaban terroríficamente satisfechos con la visita.
Y, para rematar, la cárcel fue construida en un antiguo territorio sagrado indio donde se producían enterramientos, un reclamo que, aunque pudiera parecer falso, se encuentra respaldado por la presencia del Complejo Arqueológico Grave Creek Mound, donde se conservan los restos de la civilización india que habitó esas tierras.
Todo esto era un caldo de cultivo magnífico para que surgieran leyendas de fantasmas y se cumplieron todos los pronósticos: son habituales los testimonios que hablan de la presencia de espectros tanto de los criminales como de sus guardias vagando como sombras en la prisión y de puertas que se abren sin previo aviso, como si el lugar aún estuviera recibiendo nuevos internos.
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