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La práctica, como ya vimos en nuestras páginas, se denomina microtargeting y, al igual que muchas técnicas de marketing en Internet (en el mercado, en las compras…) están destinadas a identificar los gustos y comportamientos de los consumidores. Se trata de un enfoque que ayuda a cambiar la forma en que los grupos políticos se identifican e interactúan con los votantes; cómo los interpretan y cómo terminan ‘obedeciendo’ los deseos de quien inicia la campaña.
El votante ante las urnas del siglo XXI
El microtargeting ofrece a los estudiosos de la sociología y a los encuestadores y, por supuesto, a los jefes de campañas de los partidos políticos, una idea muy clara de cómo los candidatos son percibidos por los votantes; y los problemas, carencias, fortalezas… que pueden inclinar el voto final en la urna.
nuestra vida en Internet lo es todo menos secreta
Como es lógico, todo esto genera dudas e inquietudes sobre la privacidad personal en un medio donde la regulación es mínima, y donde es difícil entrar en el detalle cuando alguien sobrepasa ciertos límites. Es como si lo que sucede en Internet en Internet se queda y si hay manejos, distorsiones, fake news, etc, estas son descubiertas cuando el mal ya se ha hecho, en este caso, cuando el votante ya ha votado.
Y, aunque el voto sea secreto, que supuestamente lo es, nuestra vida en Internet lo es todo menos secreta. Es más, es que da igual a efectos del microtargeting y de hacerte pensar de una manera determinada, cómo te llames, dónde vivas o el color de tu pelo. Lo que le interesa no es otra cosa que tu tendencia política, tu ‘ideología’ (esa que Francis Fukuyama decía que había muerto a comienzos de los noventa del siglo XX; la Historia como luchas de ideologías)
Navegar por la Web deja un rastro en el historial de tu navegador que permite a las empresas de marketing comprar esa información cargada de interesantísimos datos personales cotidianos. Incluso no la tienen que comprar de forma directa, ni hacer nada ilegal. Todo está en la precisa e inteligente combinación de palabras clave. Ahora te explicaré cómo.
Eres las palabras que escribes, las búsquedas que hagas
Si lees un tipo de periódicos, si eres socio de una ONG, si te interesa la acción política, si sigues en tus redes sociales a un candidato de un partido político, el precio que alcanzan tus compras online… Es decir: TODO. Todo lo saben, en forma de datos que se manejan por parte de las empresas dedicadas al microtargeting, dirigiendo el mensaje idóneo a la persona precisa.
Se trata de un todo que compone tu tendencia política, tus intenciones, de dónde te informas…
Imagina que eres un votante tradicional de izquierdas, y lees medios de comunicación que cuentan con una ideología afín. Pero, de pronto, en esos medios que lees de forma habitual, empiezan a aparecer anuncios de otras tendencias políticas distintas a tus querencias. De forma sutil, sin estridencias que te hagan obviarlos. Anuncios que son ‘noticias’ que llaman tu atención, tanto que terminas haciendo clic y abriendo la puerta a un lugar inhabitual; y que no visitarías de otra forma.
Pues bien, eso es lo que sucede (o puede suceder ahora, desde hace ya hace tiempo). De forma legal se pueden configurar anuncios que se publican en los medios adscritos a estos servicios generales. La mayor parte de los medios se mantienen económicamente gracias a estos anuncios. Pero esos medios solo introducen un código genérico que hace que aparezcan en forma de banner o enlace el anuncio de marras. Y, lo mejor, ni siquiera el medio sabe qué anuncios se publican en sus páginas porque cada anuncio se genera en función de la forma en que cada uno de nosotros navega. Están totalmente personalizados. Ya sabes, si buscas información sobre coches, de repente aunque visites una web sobre cocina, te aparece un anuncio de un coche.
De esta manera, son capaces de determinar cómo cualquier persona podría votar
Pues bien, esto está sucediendo en la política y, a la vista de los resultados de las elecciones, está ocurriendo de forma abrumadora. Quizá por eso sea tan difícil saber con antelación quién va a ganar unas elecciones porque el público, tan manipulable, inculto y frágil mentalmente, es conducido a que genere una nueva intención de voto.
En Estados Unidos, firmas de estrategia política como DSPolitical o Republican CampaignGrid recopilan esos datos.
Lo que reciben estas firmas es información detallada sobre la frecuencia con la que un votante potencial ha emitido su voto además de los datos sobre su vida internáutica, lo que leyeron, dónde y qué compran y otros comportamientos como consumidores.
El público, tan manipulable, inculto y frágil mentalmente, es conducido a que genere una nueva intención de voto
Más allá del microtargeting
Jim Walsh, uno de los responsables de DSPolitical, dijo que hasta ahora la compañía habían logrado agregar más de 600 millones de cookies, o etiquetas de las direcciones IP de los usuarios de Internet ya que rastrean los movimientos en línea de cada individuo, y han trabajado para compararlas con las listas de unos 250 millones de votantes en los Estados Unidos.
De esta manera, son capaces de determinar cómo cualquier persona podría votar (intención de voto) y luego llegar a ellos donde quiera que estén, frente a una pantalla, claro.
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