Sucedió en una calurosa madrugada del veraniego mes de agosto de 1936, cuando la Guerra Civil Española apenas había comenzado. Apenas dos meses después desde el golpe de Estado del 17 y 18 de julio llevado a cabo por una parte del Ejército Español contra el Gobierno de la Segunda República.

Un Fokker republicano que había partido desde Barcelona con destino a Zaragoza sobrevolaba el templo del Pilar. La idea era bombardearlo, pero algo ocurrió para que ese plan no fructificara. Unos hablan del milagro de la Virgen, otros de circunstancias técnicas. Veamos qué sucedió.

La historia del Pilar de Zaragoza

El origen de la construcción del templo se remonta a comienzos de enero del año 40. Cuenta la tradición cristiana que fue allí, en Zaragoza, a orillas del conocido como río más caudaloso del país, el Ebro, la Virgen se apareció a Santiago apóstol, indicándole que allí se debería construir una capilla, un lugar de oración. Por ello, se construyó lo que, inicialmente, era una capilla, pero que con el tiempo se convirtió en la extraordinaria Basílica que es hoy, recogiendo estilos arquitectónicos y artísticos que van desde el Románico, el Mudéjar o el Gótico.

El ataque a la Iglesia Católica. “La Virgen Capitana ha obrado el Milagro”

Si algo enfrentaba a los dos bandos enfrentados en la Guerra Civil era el sentimiento religioso, o su ausencia. Algo que estaba más allá de la política. Durante el mes de agosto, cuatro días después del ataque a la Virgen del Pilar, se sucedieron otros a lugares emblemáticos de Madrid, como el del Sagrado Corazón, que fue demolido. Y, antes, la quema de conventos en Madrid y la famosa frase de Azaña, a la sazón Presidente de la Segunda República: “Ni todos los conventos de Madrid valen la vida de un republicano“. Una persecución que se tradujo, según algunas fuentes a un total de 6832 personas relacionadas con la religión católica asesinadas: 13  obispos, 4184 sacerdotes, 2365 religiosos y 283 religiosas.


Periódico Solidaridad Obrera. Mayo de 1931. Quema de conventos en la guerra civil española

¿Milagro o fallo técnico?

Así con todo, el bando republicano, intentando dar un golpe de efecto en ese inicio del mes de agosto, apostó por el lanzamiento de cuatro bombas desde un Fokker F VI EC-PPA, un avión, en principio no preparado para la guerra, sino para el transporte aéreo, pero transformado para poder lanzar bombas. Fue el alférez Manuel Gayoso quien lo pilotaba desde el campo del Prat.

Portaba cuatro bombas, cada una con un peso de 50 kilos, que cayeron sobre el templo, pero sin explosionar. Mucho se ha especulado sobre las razones de ese hecho que llenó de indignación al bando nacional, y que enseguida denominó a la Virgen como “capitana” por haber obrado el milagro.

Portada sensacionalista de Solidaridad Obrera sobre el ataque al templo de la Virgen del Pilar

Sin embargo, se esgrimen dos razonamientos más mundanales y menos milagreros. De un lado, se señala la impericia del piloto en la maniobra. Las bombas necesitaba un recorrido de unos 500 metros para que la espoleta se activara. Por el contrario, el avión sobrevolaba a muy baja altura su objetivo. Se dice que a unos 150  metros, lo que hacía imposible que pudieran estallar. Por otro lado, también se cree que las cuatro bombas estuvieran en mal estado y no estallaran ni con el impacto. Sea como fuere, aún quedan restos del ataque: en el cuadro “La Adoración del Nombre de Dios”, pintado por Francisco de Goya en 1772, que en su parte inferior aparece perforado. Al igual que quedan como vestigios sendas bombas situadas en el interior del templo, como podemos ver en la imagen al comienzo de este artículo.


Para saber más:

Eduardo Palomar Baró: “Un avión rojo lanzó bombas sobre la Basílica del Pilar”.


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José Carlos Bermejo
José Carlos Bermejo. Madrid, noviembre 1971. Escritor. Licenciado en Ciencias Políticas y Sociología, ha colaborado en diferentes medios de comunicación, tradicionales y digitales y trabajado como técnico y responsable de comunicación para más de un ayuntamiento español. Es autor de las novelas WILDE ENCADENADO (prólogo Luis Antonio de Villena), y del thriller Li es un INFINITO de secretos. También de los libros de relatos Retazos de un mundo IMperfecto y Retazos de un mundo INcoherente, ambos traducidos al inglés, al portugués y al italiano. + info: www.josecarlosbermejo.com redaccion@actuallynotes.com

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