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Regresamos a la moda años 20 de la mano de ‘El Gran Gatsby’

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Las modas vuelven, con matices, pero vuelven siempre.

Como si del eterno retorno se tratara, en cada década buscamos como referentes modelos y esquemas que se habían sucedido exitosamente en el pasado.

Del énfasis que tome este resurgir de referencias, sabremos el grado de falta de imaginación, adormecimiento creativo o expectativas de cada nueva generación deudora de las anteriores.

El Gran Gatsby es Leonardo di Caprio

En un momento determinado regresaron los años sesenta en la moda, volvieron fugazmente también los setenta y, quizá ahora que era más previsible echar la vista sobre los ochenta, menos reeditados por proximidad temporal, damos un salto para regresar a los años veinte.


En este caso lo hacemos como consecuencia de la nueva adaptación de la novela de Francis Scott Fitzgerald, El Gran Gatsby, por parte del director de cine Baz Luhrmann; y que en esta quinta versión que conoce el celebérrimo relato, es interpretado en sus papeles protagonistas por Leonardo Di Caprio y Carey Mulligan (a quien no le gustó su trabajo en la película).

¿La mejor escena de El Gran Gatsby?

El Gran Gatsby. Leonardo di Caprio y Carey Mulligan

Con una recaudación de cincuenta y un millones de dólares en su primer fin de semana en cartelera en los Estados Unidos y, aunque la crítica no se deshizo en elogios antes de su estreno, parece que efectivamente, vamos directos a reeditar los años veinte, eso sí con el smartphone en la mano, pero con delgados cuellos de camisa, chalecos y pañuelos en las solapas de los trajes para ellos y, para ellas… no hay más que ver las imágenes.

Al menos, antes de su estreno así lo aventuraban las revistas de moda, esas que marcan tendencias en el vestir y en el peinar.

En moda, nunca se supo, como en la cuestión de la gallina y el huevo, qué se produce primero, si la espontaneidad o la tendencia que inspiran los grandes medios de comunicación en boca de los modistos.

En cierta ocasión leí que todo este asunto está orquestado. Que un grupo de diseñadores y creativos, gurús de la modista multimedia, se reunía para decidir qué color se llevaría la próxima temporada. No sé si en este caso se habrá adelantado el espíritu literario del Gran Gatsby a las ocurrencias de ese grupo de iluminados. Esperemos que sí.

En realidad, bien mirado, no es de extrañar que estemos volviendo la vista a ese tiempo tan particular de nuestra moderna Historia. Los años veinte fueron el preámbulo, y el interregno, de muchos acontecimientos cruciales para la Humanidad, tal y como ahora la vivimos. Algunos de ellos en una mala reedición, como la crisis económica que no parece querer irse de parte de occidente.

Démonos cuenta que la década de los veinte se sitúa en el intervalo de las dos Grandes Guerras Mundiales, en la Primera, Fitzgerald, según su biografía se quedó a las puertas, y con las ganas, de participar.

Los años veinte terminaron con el crack del 29. Así es que volver a los años veinte es reencontrarse con la imagen más certera de la sociedad que el hombre y la mujer fueron construyendo, de las cenizas de la Gran Guerra a la locura de la Segunda Guerra Mundial. Y tampoco extraña que regresemos, quizá nunca nos fuimos, a los tiempos de ‘El gran Gatsby’, fiel reflejo de un mundo rodeado de políticos sumidos en la corrupción, millonarios con mucho que ocultar, despilfarro, amores rotos, vidas que no encuentran el sentido… nada nuevo que no hayamos visto ya.

Finalmente, se me ocurre que quizá no sea tan mala idea que vuelvan las modas de otros tiempos, sobre todo si somos capaces de escoger lo mejor de estas y desdeñamos lo que, a todas luces, no valía.

Cojamos lo mejor de la moda de los años veinte, pero también parte de su buena literatura, como El Gran Gatsby… Ahora bien, inventemos, ideemos cosas nuevas, nuevas Historias, a la postre, esta última, nuestra Historia: nos toca escribirla a nosotros.

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