Siempre que asoma el verano apetece darse un buen chapuzón. Todos alguna vez hemos cedido a la tentación de refrescarnos y divertirnos en una piscina, sea grande o pequeña, fría o atemperada. Pero, ¿qué tanto sabemos de las piscinas, de sus orígenes, de sus modificaciones con el pasar de los años?

Las piscinas y los romanos

Según los historiadores, los primeros abrevaderos para nadar y bañarse pueden datar del 2600 a.C. Es bastante probable que las primeras construcciones de este tipo sean los grandes baños de Mohenjo-Daro, en Pakistán, hechos con ladrillos recubiertos de yeso y ostentadores de terrazas. No se cree que el fin de estos baños hubiera sido lúdico, sino religioso.

Las piscinas artificiales, propiamente hablando, comenzaron a hacerse populares en las antiguas sociedades romanas y griegas, donde se educaba a los niños en la natación. Se registra que la primera piscina climatizada fue construida por Cayo Mecenas de Roma en el siglo I a.C.

Sin embargo, siguen existiendo varias hipótesis sobre los distintos usos que se les podía dar a estos recintos acuáticos, como el recientemente descubierto en Malafede, localidad situada al suroeste de Roma. Este enorme estanque artificial se construyó en el siglo IV a.C y está fabricado con piedra caliza, paredes hechas de toba y posee una rampa de acceso inclinada semejante a un tobogán. No es de sorprender esta estrecha vinculación de los romanos y las piscinas de baño, pues estas deben su nombre precisamente a los numerosos yacimientos termales que los romanos construyeron en la ciudad inglesa de Bath.


Las piscinas en los tiempos modernos: negocio e higiene

Sin embargo, alcanzaron su esplendor recién en el siglo XXI, cuando seis piscinas cubiertas se construyeron en Londres y, luego, se incluyó la natación en los modernos Juegos Olímpicos (1896), haciéndose más populares en distintas partes del mundo. En el siglo XX, en tiempos de posguerra, Estados Unidos amplió el negocio de la venta de piscinas gracias a la invención de la gunita. Este material permitió que su instalación fuese más rápida y ahorrativa. Actualmente, la instalación de piscinas puede realizarse en menos de un día.

Una de las grandes incógnitas que acompaña la historia de las piscinas reside en su higiene. Actualmente, existen numerosos equipos y artefactos que permiten una limpieza minuciosa de las albercas y sus aguas: hay sistemas de cloración y filtración como los limpiafondos de piscinas o las depuradoras de líquidos que combaten los hongos y otros microbios. No obstante, en las épocas antiguas parece que solamente se quitaba el agua sucia y se reemplazaba por otra. Incluso se sabe que antes de la invención de las depuradoras en las albercas, sean de baño o decorativas, se utilizaban peces para la limpieza del agua, puesto que se comían las larvas de insectos. Esto explicaría el origen del nombre, pues derivaría de piscis, que traducido del latín significa pez.


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