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El origen del Mundo, Gustav Courbet y otras polémicas

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La polémica de L’Origine du monde y otras más

En un pueblo de la Comunidad de Madrid, Rivas-Vaciamadrid, acaba de saltar la polémica porque una revisión de la obra ‘El origen del Mundo’ de Gustave Courbet, pintada en 1866 y cuyo original se puede contemplar en el parisino Museo de Orsay, luce pública en una valla publicitaria. El trabajo artístico, obra del muralista Sam3, recrea en una versión libre el cuadro mencionado y pertenecía a una iniciativa municipal para fomentar el Arte y llevarlo a las calles. Pero las quejas de algunos vecinos (al parecer hay un colegio cercano y eso podría escandalizar a los alumnos -supongo que siendo época estival, estarán de vacaciones) han llevado a su ocultamiento, de momento. 

Así es, el consistorio ha tapado con una lona la imagen, dado que la polémica ya estaba instalada y no se quería herir sensibilidades…

Imagen: www.elindependiente.com

El cuadro de Courbet también (mal)vivió el encierro porque se consideraba una obra obscena, y hasta 1995 no se exhibió formalmente en el museo referido. 

Son muchos los casos de obras recientes que han sido prohibidas o, por lo menos, que se ha solicitado su retirada de la vista pública. A finales de 2017, una mujer, de forma particular, solicitó que la obra Thérèse Dreaming, de Balthus, que pueden ver bajo estas palabras, fuera retirada del Museo Metropolitano de Nueva York. A esa petición se sumaron más de diez mil firmantes.


Thérèse Dreaming, de Balthus,

El artista sentía atracción por las niñas y se puede argumentar perfectamente que esta pintura idealiza la sexualización de un niño”, escribía la iniciadora del plan de retirada, confundiendo VIDA y ARTE que, como decía Goethe no deben ser lo mismo porque de lo contrario se escribirían igual. Al parecer Balthus sentía cierta atracción por mujeres jóvenes.

Pues bien, el Museo Metropolitano se negó a retirarla.

Hace pocos días una sentencia obligaba a un camionero a retirar la imagen de una mujer, semidesnuda de los portones de su flota de vehículos, también pueden ver la imagen más abajo. Todo venía motivado por la denuncia de varios colectivos feministas que habían denunciado a la empresa por considerarlo como publicidad sexista.

Foto: ABC

Hemos llegado a un punto donde todo el Mundo puede opinar y hacerlo público en plataformas creadas al efecto o en las redes sociales. Y no me parece mal. Pero: ¿dónde está la ponderación de dichas opiniones? ¿Bajo qué código moral escrito nos estamos rigiendo? ¿Valen todas las opiniones? ¿La mía también? ¿Quién decide qué es el Arte y dónde puede ser exhibido?

El ‘Estado del falso Buenismo’

Vivimos en el ‘Estado del falso Buenismo’ donde unas opiniones parecen tener más valor que otras por una supremacía moral que no se sabe de dónde sale. Donde te pueden llamar fascista haciendo lo que ni los auténticos fascistas llegaron a hacer. Si estás conmigo, todo ok, si no opinas igual que yo, eres un intransigente y, sobre todo, estás equivocado. Los partidos políticos utilizan constantemente este mantra para descalificar al contrario. Y, sea como fuere, siempre terminas viendo enfrentamiento. Unos contra otros, todos teniendo razón. A veces, podrías pensar que quizá ninguno la tenga. O que cada uno tenga la suya, pero: ¿es necesario estar siempre enfrentados? A mi me aburren. Me he vuelto “muy” estoico, y eso me salva. Debe ser la edad y la experiencia. Aconsejo a todos que revisen eso del estoicismo, al menos en la parte referida a que solo te preocupe o te indignes por lo verdaderamente importante. Importante para ti, no para los que quieren hacerte pensar que ‘esto’ es más importante porque se ha convertido en su mantra o ‘aquello’ es fundamental porque pertenece a lo que es moralmente adecuado según el criterio del ‘ahora toca’…

En 1866 Courbet dibujó sobre el lienzo a Constance Quéniaux, una bailarina de la Ópera de París, según el libro “L’origine du monde, vie du modèle“. Courbet pintaba regularmente desnudos femeninos.

Pero, como dicen desde el propio Museo de Orsay: “en el Origen del Mundo hizo todo lo posible por ser audaz y actuar con franqueza, lo que dio a su pintura su fascinación peculiar. (…) Sin embargo, gracias a la gran virtud de Courbet y al refinamiento de su combinación de colores ámbar, la pintura escapa al estado pornográfico”. Bien, es una opinión basada en un juicio, o en cien prejuicios. ¿Es o no es pornografía ese cuadro?

Más de ciento cincuenta años después, y aunque seguimos sin saber el auténtico “origen del mundo”, sigue siendo una obra polémica porque hay quien desde el voyeurismo ve discriminación y ofensa a la mujer,  incluso puede que alguna asociación subvencionada se atreviera a decir que es ‘publicidad sexista’. Pues, no, es Arte. Te lo digo yo, y mi opinión vale tanto como la tuya.


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