En esta categoría, prácticamente está todo el mundo de acuerdo en que la ganadora será Julianne Moore, por su genial interpretación de una lingüista a la que se le diagnostica un inicio de Alzheimer y que lucha por seguir llevando una vida normal a pesar del avance de su enfermedad. En este caso, se juntan varios factores que hacen de ella la apuesta más segura para esta categoría. En primer lugar, lo que hemos indicado en el caso de Redmayne también se puede aplicar aquí y es que interpretar a un personaje que sufre una enfermedad grave y que lucha por sobreponerse a ello con todas sus fuerzas (y hacerlo con la maestría con la que lo hace Moore) supone obtener muchos puntos en la carrera hacia los Oscar.
En segundo lugar, debemos decir que Moore lleva varios años rondando la estatuilla (ha sido nominada hasta en cuatro ocasiones en las últimas dos décadas) y demostrando su calidad como actriz en otros trabajos (se llevó el Globo de Oro a Mejor Actriz de Mini Series en 2012 por su retrato de Sarah Palin en “Game Change”, por citar solo un ejemplo).
Y, por último, pero no por ello menos importante, no hay otra actriz en su categoría que parezca que puede hacerle sombra este año.
Las otras cuatro nominadas, pese a sus buenas interpretaciones en sus respectivas películas, no sobresalen por encima de las demás como sí lo hace Moore. Por todo ello, Julianne Moore es nuestra apuesta para llevar el premio Oscar como Mejor Actriz el próximo 22 de febrero.