Contenidos
¿Que qué es flygskam? Algo que vas a escuchar, si no lo estás haciendo ya. Producto del cambio climático y su repercusión inevitable, han surgido diferentes movimientos que intentan, con mejor o peor intención, frenarlo, paliarlo, cuando no detenerlo en última instancia.
Pues dentro de esos movimientos surge el flygskam. Una palabra sueca que se traduce literalmente como “vergüenza de vuelo” o “vergüenza por volar“, más propiamente. Se trata de un concepto que hace referencia al movimiento ‘antiaéreo’ que se originó en Suecia en 2018, y que pretende que todos nosotros dejamos de viajar en avión, en la medida de lo posible, para reducir las emisiones de carbono que emiten los aviones comerciales.
¿Quién creó el concepto flygskam?
La idea del flygskam fue promovida originalmente por el atleta olímpico Bjorn Ferry. Una idea que habría quedado en nada si no fuera por la madre de la activista adolescente Greta Thunberg, la cantante de ópera Malena Ernman, quien anunciara públicamente que dejaría de volar, a lo que varias celebridades suecas se sumaron.
La activista medioambiental sueca de 16 años, Greta Thunberg, llega a Nueva York
Pero, claro. Esto parece fácil de decir si acaso no eres una de esas personas que, por su profesión, por ejemplo, no se vea en la obligación de viajar constantemente a lugares remotos. Por ejemplo, yo 😀
Pero, ¿y si eres de esos profesionales que obliga su trabajo a recorrer grandes distancias? Bueno, pues para ello, tenemos varias opciones, regresar al siglo XIX, que quizá no estaría mal del todo u optar por el tagskryt.
Creo que Tagskryt no tiene una traducción directa en castellano, ni siquiera en inglés, pero se entiende como algo parecido a “alardear del tren”.
La idea que subyace es la de encontrar otros medios de transporte menos contaminantes. En este caso, el tren.
Y, yendo más lejos, se trata de que las personas se animen mutuamente a viajar en tren en lugar de en avión.
Para ello, y gracias a Internet y a las redes sociales, los partidarios de tagskryt publican las fotos de sus viajes en tren, utilizando el hashtag #tagskryt.
¿Hasta dónde llega el impacto de estas iniciativas?
En Suecia, parece que ha funcionado. De hecho, las estadísticas muestran que ha habido un incremento en los viajes en tren en el último año, cuando comenzó eso del flygskam.
Tal es así, que en Suecia se han estado instalando nuevas líneas de trenes, y también los vuelos llamados domésticos han disminuido.
¿Y qué dice la IATA de todo esto?
La IATA es la Asociación Internacional de Transporte Aéreo. Por supuesto, todo esto no pasa desapercibido para la organización. Se reunieron en Seúl recientemente, y su preocupación se centró en cómo combatir el flygskam y la sensación que se está generando a nivel social sobre el discurso ‘antiaéreo’.
“Sin respuesta, este sentimiento crecerá y se extenderá“, declaró Alexandre de Juniac, actual jefe de la IATA, mientras se dirigía a los aproximadamente ‘150 CEOs’ que se concentró alrededor del evento.
¿Qué hay de realidad en la contaminación de los aviones?
Pues es una realidad. Suponemos que es difícil calibrar el grado de contaminación que generan los vuelos comerciales a día de hoy. Se dice que representan alrededor del 2.5 por ciento de las emisiones globales de carbono. Lo que parece que es mucho.
Por supuesto, el incremento de los vuelos generaría una cantidad mayor de emisiones lo que no supondría nada buen para el medio ambiente.
Por su parte, la IATA afirma que se está reduciendo la huella de carbono, y tiene planes ambiciosos para lograr un crecimiento neutral de las emisiones de carbono para el año 2020 y reducir a la mitad las emisiones netas de los niveles para el lejano año de 2050. Todo buenas intenciones. ¿La realidad? Solo el tiempo la dictará.
Sin duda, cualquier esfuerzo es poco para detener el deterioro del medio ambiente del planeta, de momento es el único que tenemos y dejaremos en herencia a nuestros descendientes.
En nuestra manos está, quizá en manos de los gobiernos y las industrias en mayor medida. Lo que es cierto es que se ha creado y generado una conciencia colectiva en este sentido, no sabemos si suficiente para mejorar el estado de cosas y, sobre todo, el porvenir.