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Historia y Arte conforman un concepto extraordinario que, a priori, puede parecer un concepto de sencilla comprensión y explicación, aunque no lo es. En la escuela hemos estudiado “arte” e “historia”, pero a nivel práctico, sin embargo, la idea de “la historia del arte” plantea preguntas realmente complejas que vamos a intentar responder.
¿Qué se entiende exactamente por historia del arte? Consideremos estos términos a fondo.
¿Qué es el Arte?
La palabra “arte” proviene de la palabra latina ars, cuyo significado es “habilidad” o “artesanía”. Entendida como la habilidad y virtud de realizar o producir algo con un fin estético.
Sin embargo, el arte implica algo más que una artesanía experta o distintiva. En este punto cabe una pregunta importante ¿Qué distingue exactamente una obra de arte de un “artefacto”, o un artista de un artesano?
En su prefacio de la novela “El retrato de Dorian Gray”, Óscar Wilde decía que “El artista es el creador de cosas bellas“, aunque también, concluía, que “Todo arte es completamente inútil“. Responder a esta pregunta es complicado, salvo que seas Wilde y tengas ese talento natural para acertar con el sarcasmo y la originalidad.
Sin duda, una de los conceptos aparejados a la palabra “arte” es la referida a la belleza.
Durante los siglos XVIII, XIX e incluso a principios del XX, veremos qué nos deparará el XXI, el análisis de las cualidades estéticas de las obras fue central en la historia del arte. En esas centurias, se consideraba que el arte que imitaba al antiguo arte griego y romano, el de la antigüedad clásica, encarnaba una perfección intemporal. Sin embargo, durante el último siglo y medio, hasta nuestros días, tanto el arte como la historia del arte han evolucionado de una manera radical.
¿Qué estudia la historia del arte?
Para la enciclopedia británica: “La historia del arte, también llamada historiografía del arte, es el estudio histórico de las artes visuales, y se ocupa de: identificar, clasificar, describir, evaluar, interpretar y comprender los productos del arte y el desarrollo histórico de los campos de la pintura, la escultura, la arquitectura, las artes decorativas, dibujo, grabado, fotografía, diseño de interiores, etc.”
De esta forma, la historia del Arte tiene como fundamentos, los siguientes:
- Descubrir quién compuso la obra de arte en particular. Lo que seria la atribución de la misma.
- Autenticar el objeto de arte en cuestión para determinar si realmente fue hecho por el artista a quien se le atribuye.
- Determinar a qué etapa en el desarrollo de una cultura o en la carrera de un artista se compuso la obra en cuestión.
- Evaluar la influencia del artista en la actualidad y con la correspondencia del pasado histórico, y por último
- Recopilar datos biográficos sobre el artista y la documentación que obre sobre todos los aspectos que la rodeen.
Arte, algo más que belleza
Además de la belleza que apuntábamos antes, hay otros rasgos característicos de lo que es el ARTE. Así, el arte debe enfatizar la originalidad, la creatividad y la imaginación.
En este caso, la idea refleja una comprensión moderna del arte como una manifestación del ingenio del artista.
Sin embargo, esta idea se originó hace quinientos años en la Europa del Renacimiento y no es directamente aplicable a muchas de las obras estudiadas por los historiadores del arte. Por ejemplo, en el caso del arte egipcio antiguo o los iconos bizantinos, la preservación de la tradición era más valorada que la innovación. Si bien la idea del ingenio es ciertamente importante en la historia del arte, no es un atributo universal de las obras estudiadas por los historiadores del arte.
¿Qué es la Historia?
Ya hablamos en un artículo anterior que intentaba explicar ¿Qué es la Historia?
De la misma manera que las definiciones de arte y belleza han variado a lo largo del tiempo, el concepto de historia también lo ha hecho. Puede parecer que escribir la historia debería ser sencillo: todo se basa en hechos.
Pero no es así porque todo depende de quién la escriba. Como se dice usualmente después de una batalla, el que la gana es el que escribe lo que pasó. Y el derrotado, si puede, la lee con desidia y desesperanza. Y, si le queda margen, algún día contará su versión.
De hecho, es una evidencia que las palabras, impresas o no, que sobreviven al pasado son fragmentarias y desordenadas. Los historiadores y los periodistas, que también escriben la historia en el presente, deben tomar decisiones sobre qué incluir y excluir, cómo organizar el material y qué decir al respecto, si además toman la opinión como argumento.
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De forma inevitable, según cambia el presente, las narraciones se actualizan, reescriben o descartan por completo o se reemplazan por otras nuevas. ¿Es acaso confiable la Historia que nos enseñan? No hay más que leer las portadas de los distintos periódicos del día y comprobar que, según las ideología del mismo, las narraciones cambian sobremanera. La única manera de saber quién dice la verdad objetiva es el método comparativo. Y, quizá, ni aún así.
Toda la historia, entonces, es subjetiva, tanto producto del tiempo y lugar en que fue escrita como de la evidencia del pasado que la interpreta y reintrepreta hasta estrujarla.
Lo que es cierto es que la disciplina de la historia del arte se desarrolló en Europa durante el período colonial. Hablamos de un periodo comprendido entre el siglo XV y mediados del siglo XX.
Los primeros historiadores del arte enfatizaron la tradición europea, celebrando sus orígenes griegos y romanos y los ideales del arte académico.
Los inmensos cambios socioculturales que tuvieron lugar en el siglo XX, como por ejemplo con el pop art o todas las tendencias nuevas del surrealismo, por citar dos ejemplos, llevaron a los historiadores del arte a modificar estas narrativas.
Finalmente, para responder a una pregunta como ¿Qué es la historia del arte? 🎨 se debe comprender todo lo que ha sucedido en ambas disciplinas desde que se tiene noticia de ambas: del Arte y de la Historia.
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