El hombre prehistórico representaba en las pinturas rupestres a hombres con barba y también afeitados. En aquel entonces -hace más de 20.000 años-, la era primitiva les facilitó rasurarse con conchas marinas. Mientras tanto, en la edad de hierro europea, los guerreros se enterraban con espada y navaja de afeitar al costado de cada mano, lo que traducía en un signo innato de virilidad.

Además, aquel hombre que tenía el pecho, mentón, brazos y piernas cubiertos de pelo era considerado un ser honrado. De igual forma, en la civilización egipcia, los faraones y nobles lucían lustrosas cabezas afeitadas y rasuradas con navajas de oro macizo y de cobre para demostrar que eran seres divinos y bendecidos.

El vello facial ha sufrido distintos cambios con el paso de los siglos, se ha exigido, prohibido, esculpido, regulado y, hasta se ha utilizado en la religión, ejércitos y el cobro de impuestos. La barba ha marcado el estatus económico y social por años.

La historia de la barba en Grecia y Roma

La barba representó un símbolo de sabiduría, madurez y virilidad en la Antigua Grecia. Incluso, uno de los castigos impuestos a los espartanos que no demostraron su fortaleza era afeitarse. No obstante, cuando los vellos faciales entorpecían su desarrollo en los combates, Alejandro Magno ordenó a todos sus soldados a afeitarse.


En la Antigua Roma, una barba frondosa significaba virilidad. Por ello, los hombres mantenían el vello facial largo y poblado. Sin embargo, en el año 296 Antes de Cristo, los tonsores, barberos y peluqueros de la época, iniciaron la tendencia del afeitado. Se induce que el senador Tinicus Mena impulsó la creación de este oficio, después de su viaje a Sicilia.

Los tonsores utilizaban herramientas y técnicas rudimentarias que, en la mayoría de las ocasiones, causaban heridas en el rostro de sus clientes. Debido a este motivo, algunos romanos optaron por la depilación con dropax, un tipo de crema depilatoria de la época. El dropax era una pasta de vinagre y tierra de Chipre, y fue un tratamiento de belleza utilizado en la época.

La barba en la era contemporánea

En la era actual, se ha percibido como un elemento de atracción sexual pues, según argumentan los especialistas, los individuos que muestran una apariencia rara o novedosa son preferidos para efectos de reproducción.

Es más, una investigación publicada en el ‘Journal of Evolutionary Biology’, afirma que tener vello facial hace que los varones sean más deseados y aparenten mayor masculinidad; sin embargo, mantener una barba capaz de despertar suspiros necesita mucho más tiempo e inversión de lo imaginable.

La industria de belleza y cuidado personal distribuye una serie de productos destinados al cuidado del vello facial. Desde sérums, cremas, bálsamos e hidratantes. Incluso, hay suplementos ricos en vitamina A, B, C y E, biotina, niacinamida y ácido fólico para fortalecer las fibras capilares del vello facial. Todo lo necesario para mantener una barba atractiva y saludable.


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