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Hoy pensamos en los dictadores de los países actuales como “aquel que se arroga o recibe todos los poderes políticos, y apoyado en la fuerza, los ejerce sin limitación jurídica“. Al menos eso es lo que dice el diccionario de la Real Academia Española. Pero, como también dice el mismo diccionario, “entre los antiguos romanos“, el dictador era un “magistrado supremo y temporal, nombrado en tiempos de peligro para la República“.
Por lo tanto, la palabra “dictador”, en la Historia, tuvo un significado muy diferente a cómo la entendemos hoy.
Así las cosas, y como no podía ser de otra forma, hubo un primer dictador, cargo como tal creado por primera vez por el Senado romano en el año 510 antes de Cristo. Y ese primer dictador fue Tito Larcio.
Su cometido, como describe el diccionario, se basaba en la atención a cuestiones de emergencia, principalmente en que no se produjeran rebeliones.
Durante esta época, la República de Roma estaba gobernada por dos cónsules, y el Senado decidió que en algunos casos era necesario que una sola persona tomara ciertas decisiones. Por ello, en ocasiones, uno de dichos cónsules se convirtió en dictador.
En lo que respecta a Tito Larcio, como dictador, compuso un censo de ciudadanos, se encargaba de resolver los problemas que se planteaban entre romanos y latinos. Llama la atención que, antes de que expirara su mandato, dimitió. Así es que, el concepto de dictador, visto de esta manera, apenas tiene nada que ver con lo que entendemos en la nuestros tiempos. Pero, veamos, porque todo tiene un porqué.
¿Cuáles eran las competencias del dictador?
Los dictadores gozaban de muchos privilegios. En primer lugar, tenían autoridad sobre todos los demás políticos, no podían ser legalmente responsables de sus acciones y no podían ocupar el cargo durante más de seis meses.
Contaban con la potestad de cambiar la ley romana. Por contra, no podían usar ningún dinero público que no fuera el que el Senado les otorgaba y, mientras duraba su cargo, no podían abandonar Italia. Era habitual que los dictadores no completaran esos seis meses en el cargo, como hizo el primero: Tito Larcio.
En realidad, Tito Larcio, que había sido cónsul, fue elegido dictador para sofocar una rebelión organizada por varias ciudades que querían restablecer en el poder al rey romano más reciente: Tarquinio el Soberbio.
Los dictadores fueron nombrados en el cargo solo cuando era estrictamente necesario.
Lucio Cornelio Sila, dictador sin límites
Lucio Cornelio Sila Félix, fue nombrado dictador sin límite de mandato y sin las restricciones de dictadores anteriores entre los años 81 y 80 antes de Cristo.
Gobernó durante esos dos años y pasó a la Historia por ejecutar a un buen número de opositores políticos y por confiscar sus propiedades. Su sucesor fue Julio César, que fue nombrado dictador de por vida hasta que fue asesinado, momento en el que la figura de dictador fue abolida debido a la corrupción que había acarreado.
Julio César coronado con laurel
Napoleón Bonaparte: ¿el primer dictador moderno?
Algunos historiadores consideran que Napoleón Bonaparte es el primer dictador de la Historia moderna. Napoleón, ya era general durante la Revolución Francesa, un período de gran agitación social y política en el país.
A partir de 1789, Francia dejó de ser una monarquía y pasó a conformarse como república, hasta que Napoleón se autoproclamó Emperador. En medio de ejecuciones sumarias, golpes de estado y una notable confusión, Napoleón se convirtió en cónsul bajo un nuevo gobierno provisional. Emperador, dictador… daba igual el nombre que recibiera: al fin y al cabo se arrogó todos los poderes políticos, y apoyado en la fuerza, los ejerció sin limitación, por lo que parece que encaja con la definición de dictador.
Napoleón cruzando los Alpes. Primera Versión del cuadro de Jacques-Luois David.
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