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Recuerdo aquel día como si fuera hoy, con mi familia habíamos concurrido a uno de los museos contemporáneos de la ciudad donde había una exposición de algunas obras de Salvador Dalí.
Luego de deleitarnos con aquella exposición, dimos unas vueltas por el resto del museo donde un artista cuyo nombre, desafortunadamente no recuerdo, le rendía homenaje a un tal “El Bosco”. En una de las blancas paredes del museo colgaba la reproducción del tríptico de “El Jardín de las Delicias” en el que se representaba el Génesis, el Paraíso y el Infierno respectivamente.
Ese tríptico revolucionó por completo mi mente. Aquella obra, considerada hoy una de las creaciones más atrayentes y misteriosas de la Historia del Arte, habría sido pintada entre el año 1485 y en 1500 por un pintor holandés llamado Jeroen van Aeken y que trascendería a la fama mundial como Hieronymos Bosch o “El Bosco”.
En una de las blancas paredes del museo colgaba la reproducción del tríptico de “El Jardín de las Delicias“
¿Quien fue Hieronymus Bosch?
Este pintor aún hoy continúa siendo una enigmática personalidad cuya vida está envuelta de misterios. Nacido en Holanda, en la localidad de Hertogenbosch probablemente alrededor del año 1450, se cree que este gran artista jamás habría salido de su ciudad natal.
La familia de Hieronymus se dedicaba al oficio de la pintura, así lo hizo su abuelo, su tío, su padre, sus hermanos y luego, su hijo.
El taller de la familia había sido heredado por Goosen, su hermano mayor quien adquiría de este modo el derecho a utilizar el apellido de la familia: Van Aeken , que permitía diferenciar las obras de este taller a las realizadas en los talleres de otros pintores.
Esta fue principalmente la razón por la que Jeroen van Aeken debió buscar un nombre diferente para trabajar en su propio taller y diferenciarse así de su hermano. De esta manera llevó su nombre de pila al latín transformándolo en Hieronymus y tomó por apellido del nombre de su ciudad natal: Hertogenbosch, la cual, simplificada dio como resultado el nombre de Bosch, derivando en El Bosco en los países de habla hispana.
En el año 1504 Hieronymus recibió el encargo más importante de su carrera, su interpretación del Juicio Final para Felipe el Hermoso.
En 1460 Hieronymus obtuvo el título de maestro, el cual era fundamental para poder trabajar como un pintor independiente. Los encargos que recibía el artista para ese entonces eran muy numerosos. La clientela de Hieronymus estaba conformada por clérigos, nobles, burgueses y la cofradía religiosa de la de Hermandad de Nuestra Señora, de la que el artista era miembro.
En el año 1504 Hieronymus recibió el encargo más importante de su carrera, su interpretación del Juicio Final para Felipe el Hermoso. El estilo del artista recogía las características propias de fines de la Edad Media, en las cuales el tema predominante era la obsesión de la salvación luego de la muerte.
En sus cuadros, El Bosco fue capaz de darle vida a las costumbres, leyendas, refranes y supersticiones populares
Si bien no se conoce en detalle la vida del artista, existen un sinfín de leyendas y mitos que intentan explicar el enigmático significado de sus cuadros. Se formó como pintor en el seno de su familia, siendo su padre y sus propios hermanos quienes le enseñaron el oficio.
Sin embargo, en muy poco tiempo Hieronymus encontró lo que sería su temática compositiva predilecta: la debilidad humana, la tendencia del ser humano a caer ante los engaños y ceder a las tentaciones.
En sus cuadros, El Bosco fue capaz de darle vida a las costumbres, leyendas, refranes y supersticiones populares dotando a los objetos cotidianos de un sentido totalmente diferente e incluyéndolos de sus escenas para conformar composiciones delirantes plagadas de simbolismos.
Una característica que se repite en todas sus obras es que las mismas están impregnadas de un sentido del humor cruel e irónico. Esto se debe a que el artista vivió en un mundo cruel donde la organización de los Estados no existía y la ley que triunfaba en la ley del más fuerte.
En este contexto social donde analfabetismo y la ignorancia del pueblo sobrepasaba el 90% de la población y las expectativas de vida no superaban los 40 años debido a las epidemias, virus y enfermedades como la peste y el cólera que diezmaron la población del mundo, se gestaron las maravillosas creaciones de este artista.
Por estos años Europa atravesaría grandes cambios religiosos. Las sectas intentaban romper con la hegemonía de la Iglesia la cual ostentaba un lujo y poder excesivo. Los movimientos heréticos trataban de retomar las raíces del primer cristianismo conformando comunidades en las que se repartirían los bienes. Esto nos lleva a afirmar que Hieronymus vivió en una época de profunda crisis espiritual que poco tiempo después llevaría a la ruptura del cristianismo.
Es por ello que en sus pinturas el artista nos mostraba un mundo desenfadado, sumido en los pecados, sin esperanzas de salvación donde al ser humano sólo esperaba la perdición y el Infierno se manifestaba a través de todos los vicios de la Humanidad.
¿Fue Hieronymus un pintor surrealista?
Uno de los mayores errores que se cometen al observar las pinturas de este maravilloso artista es creer que las mismas son products de la imaginación.
Este hecho lleva a muchas personas a afirmar que Hieronymus fue el primer surrealista, un artista adelantado que habría pintado para nosotros, adelantándose a su época.
Lo cierto es que estas pinturas tienen más de 400 años e incluso hoy en día somos incapaces de comprender la simbología y todas las lecturas que habitan en sus obras. Sus imágenes nos resultan tan familiares que inmediatamente son extraídas de contexto y se examinan dentro de la psicología y el marco social de nuestro siglo.
Si pensamos en la época en la que fueron creadas estas obras, la psicología no existía, el fenómeno más cotidiano era la religión y, fundamentalmente esa sensación de perdición espiritual que se respiraba en aquel momento
En un mundo donde el 90% de la población no sabía leer, las imágenes del artista eran una realidad tan frecuente como cualquier otro trabajo artesanal.
El pecado y la amenaza a la perdición en el Infierno eran la ley de vida de la población y la salvación sólo se encontraba a través de la fe.
Hieronymus falleció en 1516, apenas tres años antes que su contemporáneo, Leonardo da Vinci. Gracias a sus obras, lejos de encontrar al precursor del surrealismo, lo que podemos observar es la realidad que vivía la mayor parte de la sociedad europea en el siglo XVI.
Una época en la que se pretendía cambiar el concepto de que el mundo giraba en torno a Dios por un mundo en el que principal protagonista debía ser el propio ser humano.
Para saber más:
hieronymus-bosch.org
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