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Todos conocemos en mayor o menor medida la situación que se vive en Corea del Norte, tal vez el último reducto del totalitarismo más feroz que en ocasiones ni tan si quiera George Orwell acertó a imaginar en su obra maestra “1984” .
Y es que Corea del Norte y su “adorado líder” Kim Jong-un, tercero de una dinastía que con mano más que dura timonea el destino de una nación hambrienta desde 1948, son los habituales protagonistas de las noticias más atroces que podamos leer en la prensa.
Eso sí, siempre en la figura de ejecutor, nunca víctima. Curiosidad: ¿os habéis fijado lo parecidas que resultan las dos fechas que acabamos de mencionar? 1984 y 1948.
Desde ese momento el nuevo “querido sucesor” optó por el continuismo de las políticas de su padre y su abuelo: emplear la represión para consolidarse en el poder, tanto frente a la casta política como frente a su pueblo, y alardear de fuerza ante la opinión internacional; su arsenal nuclear se presupone importante, a la vez que preocupante, y no ha dudado en realizar pruebas nucleares o mostrar mediante ostentosos desfiles sus armas amenazando no sólo a su archienemiga la vecina Corea del Sur, si no también a Estados Unidos, frente a quien siente el más puro de los odios.
Su nivel de dureza y crueldad es tal que la propia ONU y la Corte Penal Internacional instan a que se investiguen los crímenes cometidos por el régimen totalitario de Corea del Norte, al que abiertamente equiparan con el nazismo, calificados como crímenes contra la humanidad, muchos de ellos documentados de forma precisa y exhaustiva como son “exterminio, asesinato, esclavitud, desaparición forzosa, ejecuciones sumarias, torturas, violencia sexual, abortos forzosos, privación de alimento, desplazamiento forzoso de poblaciones y persecución por motivos políticos, religiosos, racionales o de género”.
Un régimen político totalitario y hermético
Pero tal vez lo más “curioso” de todo resulte ser el hermetismo del régimen, especialmente en estos despiadados aspectos; las autoridades oficiales nunca confirman ni desmienten nada, por lo que algunas de las cosas que vamos a ver a continuación siempre basculan a medio camino entre el mito y la realidad.
Formado en Suiza, con chofer, asistente, cocinero y amante de las zapatillas Nike, Kim Jong-un tuvo una primera novia llamada Hyon Song-wol y cantante de profesión.
Tal vez Hyon se hubiese pensado mucho dar el primer beso a su amado Kim de haber sabido cuál sería su final: ejecutada por “grabar y vender pornografía” si bien la realidad fue que la cantante grabó un video musical considerado “inapropiado” por el régimen. Juzgad vosotros mismos:
En la actualidad, Kim Jong-un está casado con Ri Sol-ju, una joven veinteañera de la que también se sabe muy poco.
En octubre de 2013 un diario japonés informaba que el régimen norcoreano había ejecutado a nueve artistas de la Orquesta Unhasu. El objetivo: ocultar el pasado artístico de Ri. Parece que a ésta la quiere más que a su anterior novia.
Una de las medidas más surrealistas del “adorado líder” ha sido imponer por ley que todos los estudiantes de las universidades del país lleven su mismo corte de pelo.
Un corte de pelo peculiar, tal vez ridículo, que últimamente ha generado ciertos problemas en Inglaterra donde un peluquero tomó la imagen de Kim Jong-un y su corte de pelo para la publicidad del establecimiento recibiendo amenazas por funcionarios norcoreanos en aquel país ante lo que consideran una “burla”.
Pero sin lugar a dudas, y antes de hablar de los campos de concentración existentes en Corea del Norte, el episodio más cruel fue el protagonizado contra su propio tío, Jang Song-Thaek, en otro tiempo candidato a suceder a Kim Jong-il pero considerado un traidor por Kim Jong-un.
Probablemente con el firme deseo de eliminar a quien podría suponer un estorbo a sus fanáticos planes, Kim Jong-un acusó de traición a su tío al que mandó ejecutar y, aunque el método “oficial” de ejecución en Corea del Norte es el fusilamiento, parece que Jang fue entregado a una jauría de más de un centenar de perros hambrientos que le habrían devorado vivo.
Pero el “líder” no se detendría ahí. Con mano firme ordenó ejecutar a toda la familia de Jang, niños incluidos. En total unas 200 ejecuciones.
La ejecución de su tío Jang y de toda su familia se encuadra en una purga llevada a cabo por el “adorado líder” encaminada a reafirmar quién lleva las riendas de la nación y orientada a todo aquel que le pueda hacer la más mínima sombra por ello, sus planes prosiguieron con la ejecución de otros 11 altos funcionarios del régimen norcoreano.
Entre ellos, el viceministro de Seguridad Pública O Sang-hon que habría sido quemado vivo con un lanzallamas junto a su hermana y el marido de ésta, el embajador en Cuba, todos acusados de traición por haber ayudado al tío de Kim Jong-un
Campos de concentración coreanos
Como antes ade lantaba, la existencia de campos de concentración o campos de trabajos forzosos en Corea del Norte es una realidad demostrada (incluso a través de Google Earth se ha podido descubrir alguna de estas instalaciones).
Allí, el infierno más bien resultaría el paraíso para los que son obligados a pasar el resto de sus vidas encerrados; vidas que, por otra parte, no acaban extendiéndose demasiado en el tiempo.
Los prisioneros de estos inhumanos centros de internamiento sufren las más terribles situaciones: se les deja morir de hambre, se enfrentan a torturas rutinarias con los métodos más atroces que podamos imaginar, las mujeres son violadas sistemáticamente y, cuando quedan embarazadas, obligadas a abortar; y por si fuera poco, incluso ellos mismos son obligados a deshacerse de los cuerpos inertes.
No puedo acabar este artículo sin haceros tres recomendaciones especiales si estáis interesados en conocer más acerca del régimen totalitario norcoreano: dos documentales, “Corea del Norte: acceso al terror” y “Amarás al líder sobre todas las cosas” de Jon Sistiaga, y la novela gráfica “Maus”.