Estas situaciones se han producido siempre. Las agresiones a las puertas de las discotecas, a manos de aquellos que se creen con el derecho de impartir la justicia en forma de bofetón.
Lo bueno es que ahora, en la era multipantalla, todo queda (o puede) quedar grabado para la posteridad, desde el acto más vil, hasta el más vacuo.
Las imágenes, que están siendo reproducidas por múltiples medios de comunicación, hablan por sí solas. Lo curioso es que, en esta época de buenismo insólito, hay que decir que es una ‘supuesta agresión‘.
Todo es presunto, hasta las iniciales que ocultan los nombres de los que son declarados culpables.
Grandes colas para entrar a sitios de ‘moda’, donde se exhibe el público, más o menos adolescente, y donde te pueden partir la cara por el motivo más insospechado. Eso es lo que se ofrece como divertimento. El mundo sigue girando sobre el mismo eje podrido.
Y, sí, eso ha sucedido siempre. Yo lo he visto y lo he vivido. Es es lado salvaje e incongruente del ser humano, más salvaje e incongruente cada día.
