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Vinicius, racismo, pasta e hipocresía

Imagen generada con la IA de: picsart.com. Edición Actually Notes.

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Claro que España es racista. Claro que el estadio de Mestalla es racista. ¡Ni más ni menos racista que cualquier otro país o estadio donde hay blancos! De verdad no se sabe que la trata de esclavos duró cuatro siglos. De verdad no se sabe que el último país europeo en abolir la esclavitud fue España ¡en 1886! Vendrá algún listo a contestar que los negros son también racistas. ¡Cómo para no! En cambio, no hay tesis doctorales sobre la trata de blancos que haya durado cuatro siglos por parte de una población negra. Puede que solo sea un detalle. Decir que España no es racista ni que Mestalla lo sea es de aventureros. Que un negro venga a decir después de soportar durante años insultos racistas que España y la liga de fútbol son racistas es inadmisible para los que no son racistas, y en esta ocasión sobre todo para los racistas. Si no eres racista, de verdad, no te puede molestar sus declaraciones, precisamente por eso, porque no eres racista. Algunos ven que fue más antimadridismo que racismo, no lo comparto. A Eto’o no fue por anticulé, fue por negro, buen jugador y por hacer lo mismo que cualquier jugador blanco de su nivel. El negro debe jugar bien y quedarse calladito. Que juegue, que cante, que baile y a dormir, pero que no baile jugando. Al blanco le gusta las cosas en su sitio.

Si no eres racista, de verdad, no te puede molestar sus declaraciones, precisamente por eso, porque no eres racista.

Al principio, sólo eran dos aficionados (inclusive no racistas) que sólo velaban por los intereses deportivos de su equipo, sin maldad, porque siempre fue así, después dijeron que eran 8, y finalmente toda una grada. Realmente era todo el estadio. Para quien asiste regularmente a un estadio de fútbol de alta competición sabe que cuando una grada realiza cánticos “desafortunados”, el resto del estadio les pita, independientemente del resultado y de lo que se juega, que en general es muy poquito, pues jugar al fútbol lo harán siempre, al menos sobre el papel, más arriba o más abajo. En esta ocasión, el resto de la grada no pitó a los “desafortunados”.


La estampa racista, nivel Ku Klux Klan, de un blanco ahogando por detrás y arrastrando a Vinicius es para “mirárselo” mucho mucho.

Pero no era contra los negros, era contra Vinicius por ser él un negro provocador ya que los demás negros son buenos, juegan sin provocar. Debe ser un buen negro, no debe tirarse como los demás, no debe protestar como los demás blancos y de todos los colores, aunque a los asiáticos les cuesta más comprender que el fútbol es así, de maleducados y de tramposos. Son diferenciales culturales.

La estampa racista, nivel Ku Klux Klan, de un blanco ahogando por detrás y arrastrando a Vinicius es para “mirárselo” mucho mucho. Bien poco reaccionó Vinicius comparando con la violencia empleada contra él. Yo no ví a nadie ahogar a Maradona, a Zidane, a Messi, a Raúl, a Ronaldo y eran muy buenos y también insultaban, provocaban y hacían lo que el fútbol supuestamente les pedía que hicieran como cualquier otro jugador. Hay gestos que se hacen desde la inconsciencia como adquisición cultural y social.

Tanto en España como en Brasil, una persona de entre 70 y 90 años pudo conversar con un abuelo que fue esclavo, o peor, esclavista.

El racismo tiene diferentes capas, se podría analizar incluso políticamente desde la extrema izquierda hasta la extrema derecha, en España y en el resto del mundo. Unos días después de tal espantosa escena se mostró otra estampa racista que incluso podríamos decir puede ser aún más aterradora que la de Mestalla: Vinicius sentado en el palco del Real Madrid junto a su presidente. Un palco repleto de blancos ricos que hipócritamente vende una posición antiracista. Los nietos o tataranietos de beneficiados directa o indirectamante por la trata de esclavos haciendo el paripé del antirracismo. En este caso, era más “madridismo” que antirracismo. Entiendo que Vinicius no lo haya concienciado de esta manera; aunque seguro que sus adentros sí inconscientemente.

Por si fuera poco, saltó el cojo: la indignación por parte de las autoridades de Brasil. El último país del mundo en abolir la esclavitud, en 1888, cuya población blanca gobierna sobre la negra, con un racismo persistente como base de hegemonía económica y social, quiso dar lecciones. Tanto en España como en Brasil, una persona de entre 70 y 90 años pudo conversar con un abuelo que fue esclavo, o peor, esclavista.

No obstante, deberían también empezar a entender que cuando yo pago para ver un partido de fútbol, no pago para ver a jugadores provocándose, insultándose…

Es de agradecer que algunos jugadores y entrenadores de renombre hayan aprovechado la ocasión para expresar que son trabajadores de a pie, que no entienden, con razón, que se les insulten nada más aterrizar en el estadio rival. En efecto, aunque fuera así de siempre, habría que ir avanzando en modales deportivos y no antideportivos. No obstante, deberían también empezar a entender que cuando yo pago para ver un partido de fútbol, no pago para ver a jugadores provocándose, insultándose, haciendo teatro, dando patadas y codazos sin sentido, siendo antideportivos desde el primer segundo del encuentro. Son muy amigos de utilizar al “niño” para valorar su profesión y su fama como buenos modelos a seguir. Pues, al mío no lo llevo ni a El Molinón. Por lo dicho anteriormente y por aburrimiento, nada puede aprender allí ni como entretenimiento básico, incluído de fútbol.

Vinicius como en su momento Eto’o sigue siendo esclavo de los blancos, tanto de la élite del poder como de los esclavos blancos de esa élite. La libertad está en el “no”, no se halla en el “vale, de acuerdo” ni en “la próxima vez”. Habrá otra oportunidad para salir del campo, independientemente del resultado y de lo que esté en juego deportivamente hablando, porque lo que realmente se juega es el cambio de mentalidad, el golpe sobre la mesa necesario para despertar y luchar de verdad contra el racismo y la xenofobia. ¿Quién será esa persona libre? No se puede ser libre, por el momento, siendo negro y rico. Entiendo que la decisión sea difícil debido a la carga cultural hegemónica del éxito que se basa según el dinero que acumules en la cuenta bancaria, pero la libertad es una sensación tan rica… wade in the water


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Vinicius, racismo, pasta e hipocresía
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Artículo de opinión de Yván Pozuelo. Reflexión sobre el caso Vinicius. Un enfoque crítico e inteligente sobre el racismo en el fútbol y en la sociedad.
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